Casado, a punto de cumplir las bodas de oro, Juan Manuél Martínez (Madrid, 1944), elegido presidente de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) hace tan sólo un mes, tiene dos hijos: un profesor de clave que recorre el mundo dando conciertos y un periodista especializado en temas medioambientales. El nuevo presidente de CEOMA es médico especialista en geriatría y traumatología. “Empecé como traumatólogo, pero tengo un problema de daltonismo que me dificultaba la actividad en el quirófano y encontré la solución en la geriatría porque siempre me ha gustado la psicología, las relaciones humanas y aprender de la experiencia que acumulan los mayores".
Su carrera como geriatra comenzó en 1971 y, además de a ejercer su profesión, le llevó a ser Jefe de los servicios médicos del Imserso, Asesor de la dirección general del Imserso y el Imsalud y coautor del Plan Gerontológico Nacional de 1989 para, posteriormente, recalar en el sector privado donde se jubiló a los 70 años. Fue entonces cuando decidió “tener un año sabático que al final fueron cuatro. Pero mi único hobby en la vida es el trabajo, la organización de servicios dedicados a los mayores tanto desde el punto de vista social como sanitario. Este año me convencieron para presentarme a las elecciones en CEOMA y aquí me tiene, otra vez en la brecha”. CEOMA agrupa a 26 organizaciones, tiene presencia en casi todas las Comunidades Autónomas y representa a cerca de 700.000 personas. El objetivo de su presidente es claro: “Si estoy cuatro años aquí, quiero que logremos llegar a que sean el doble de los mayores que ahora tenemos”.
Sobre el candente tema de la reciente ruptura del Pacto de Toledo, muy preocupado Juan Manuel Martínez asegura: "No entiendo lo ocurrido. A mi manera de ver, el problema de las pensiones no es político, es un problema de Estado y los partidos pueden opinar sí, pero deben defender los derechos adquiridos". Para el presidente de CEOMA "es ridículo que tras años de esfuerzo, los políticos lleguen con la disculpa de unas elecciones para romper la negociación sin terminar el trabajo. Espero que recapaciten y que nuestros líderes, que son muy jóvenes, miren también por sus propias pensiones y entiendan que jugar con este tema está prohibido. Insisto, es un asunto de Estado que debe ser blindado por ley".
¿Cuándo se es mayor?
Casi todas las asociaciones son de pensionistas y jubilados, pero CEOMA se define como de mayores, pero ¿cuándo se es mayor? Para Juan Manuel Martínez está muy claro: "Yo suelo responder cuando me preguntan qué es ser una persona mayor, que es tener diez años más que yo. Pero lo cierto es que cuando se nace ya se empieza a envejecer. En realidad tenemos una edad cronológica, una edad biológica, una edad psicológica y una edad funcional y es muy difícil que coincidan todas estas edades, en realidad, no coinciden casi nunca, así que cada uno tiene la edad que le corresponde en el aspecto, en el área de la que hablemos. Hay quién con 70 años que es muy activo y hay quien con 50 no lo es”.
El nuevo presidente de CEOMA se muestra convencido de que “el mayor de hoy no es como el de hace 30 o 40 años. En la actualidad, desde el punto de vista intelectual, físico y psicológico, está muy preparado y tiene una gran experiencia que aún puede aportar a la sociedad. Recuerdo un anuncio publicitario de unos grandes almacenes que en los años 80 rezaba: ‘¡Qué grande es ser joven!’, y yo ya me preguntaba entonces, ¿qué pasa, que es pequeño ser mayor?”.
Sin embargo, Juan Manuel es muy consciente de que “buena parte de esas personas ya están jubiladas” y la pregunta es inevitable: ¿va a haber dinero para las pensiones?. “Estoy seguro de que sí -responde el presidente de CEOMA-, pero habrá que hacer una redistribución distinta a la de ahora, ¿cómo no va a haber dinero para las pensiones si hemos estado cotizando toda nuestra vida laboral? Es cierto que tenemos la segunda tasa de natalidad más baja del mundo y que no va a haber gente que cubra los puestos de trabajo. Si el número de personas que trabajan hoy está en torno a los 20 millones, es difícil que puedan mantener las pensiones de más de 9 millones. Es complicado pero no imposible, se trata de que si no llega por la vía contributiva habrá que crear una vía mixta, unir la vía impositiva con la vía contributiva. En esta vida todo tiene solución, menos la muerte… ¡qué ya veremos!”, apostilla el presidente entre risas.
“Es necesario que tengamos pensiones dignas, pero también hay que tener en cuenta el esfuerzo que se ha hecho con las pensiones no contributivas, las de personas que no han cotizado y tienen una pensión. Debemos estar orgullosos de tener un país como España con éste tipo de prestaciones, pero es cierto que hay algunas cuestiones que se tienen que resolver. Un buen amigo, Ángel Rodríguez Castedo, ex director general del Imserso, suele explicar que si en estos momentos España tuviera el nivel de recursos en personas trabajando, en proporcionar unos servicios dirigidos a los mayores, tanto sociales como sanitarios, como tienen bastantes países de la Comunidad Europea, estarían trabajando 1.100.000 personas más. Lo que nos diferencia en el porcentaje del paro sobre la población activa es el desarrollo de toda la creación de riqueza y empleo que generaría la aplicación de una política coherente de servicios sociales y de sanidad dirigida a los mayores", mantiene el presidente de CEOMA.
Solución política
"Si tuviéramos ese millón cien mil personas trabajando, bajaría de forma más que considerable la gente que está en el paro y, por un lado el SEPE (antiguo Inem) no tendría que utilizar ese dinero para pagar sus prestaciones y por otro, esas personas volverían a ingresar dinero en la Seguridad Social con sus cotizaciones”, mantiene Juan Manuel Martínez antes de añadir que “este es un problema para el que sólo hay una solución y debe ser política. Yo quiero que desde el CEOMA hagamos una plataforma de mayores junto con otras asociaciones tan importantes como la nuestra para reclamar éste tipo de actuaciones, porque los partidos políticos no se dan cuenta de que existe un 20% de votantes que son personas mayores”.
Otro importante problema que detecta CEOMA es el de la compatibilidad de las pensiones con otro tipo de trabajos remunerados. “Yo creo que la pensión debería ser compatible con todo tipo de trabajo remunerado, pero no con renuncias al 50% de la misma. Porque si es compatible para médicos y abogados que cobrando una pensión pueden seguir ejerciendo su carrera, ¿por qué no para todos?. Tú has pagado durante un tiempo de tu vida para tener derecho a una pensión que tienes que recibir, pero eso ya lo tienes, si quieres seguir trabajando, trabajas y cotizas. ¿Cómo puede ser que un escritor o a cualquier otro creador, tenga que dejar que crear si se jubila porque entonces no recibe su pensión? No tiene ningún sentido”.
Soledad y ciudades amigables
En cualquier caso, para el doctor Martínez, “el mayor problema que tiene la persona mayor es la soledad , que no sólo es vivir solo, sino sentirse solo. Puedes vivir solo, como hacen casi un 20% de los mayores y no sentirte así, y puedes vivir con tus hijos y sentirte solo, porque te sientes utilizado, no útil. Es algo parecido al síndrome del abuelo esclavo. Vas a vivir con tus hijos y como hoy llevamos una vida muy agitada, te encuentras al abuelo por todos lados, ‘¡quita de ahí que tengo que hacer la casa!’, parece que estorbe. La solución es el diálogo sincero y la distribución organizada de tareas diarias que cada cual, incluidos los mayores, debe realizar”.
Pero es que además, explica, "el problema de la soledad muchas veces se agrava porque las ciudades no son amigables, aunque algunas hay, no son utilizables por todos los que en ella viven. Hay muchas viviendas que no tienen ascensor y hay mayores con dificultad en la deambulación que no se atreven a bajar a la calle por temor a caerse. Esto hay que resolverlo. Hoy la tecnología permite la instalación de ascensores externos y de plataformas que suben las escaleras. Y también necesitamos que los pasos de peatones tenga más duración, porque hay mayores que no pueden atravesarlos en 20 segundos. Son necesarios más espacios que favorezcan el envejecimiento activo y no podemos permitir que alguien se rompa la cadera por ser arrollado por una bicicleta o un patinete eléctrico”.
“Desde mis 74 años, estoy convencido de que todos estos problemas tienen solución y de que deberían escucharnos los políticos. ¿Cómo quieren legislar en temas de mayores si no cuentan con los mayores para que les digan qué es lo que quieren y lo que necesitan?. No tiene sentido, yo creo que los políticos nos oyen, pero no nos escuchan. Ese es el problema”, concluye el presidente de CEOMA.