La atención integral a personas mayores, que pone a los usuarios en el centro, se ha demostrado como uno de los mecanismos más efectivos para acompañar a las personas de edad avanzada más vulnerables. Son muchas las asociaciones y administraciones que han decidido aplicar esta filosofía de trabajo con éxito, demostrando que es más eficaz y eficiente que el asistencialismo. 65Ymás ha querido conocer uno de los proyectos pioneros en la materia, ejemplo de que una Atención Centrada en la Persona (ACP) es posible además de deseable: la Fundación Matia (@MatiaFundazioa).
Este organismo sin ánimo de lucro guipuzcoano, que en 2018 "mejoró el bienestar" de 24.811 personas (incluidos familiares de mayores), cuenta con casi 1.500 trabajadores y otros tantos voluntarios en toda la provincia que trabajan con las personas mayores desde distintos ámbitos: la atención psicosocial, la valoración de la dependencia, la ayuda a domicilio, el acompañamiento, los servicios médicos y de rehabilitación (cuentan con un hospital propio), la orientación y los servicios de centro de día y residenciales.
En contacto permanente con la Diputación y el Gobierno Vasco, con quienes tienen concertadas muchas de estas prestaciones, la Fundación también cuenta con un organismo de estudio, el Instituto Matia, que se encarga de elaborar informes gerontológicos, en colaboración con la diputación, el gobierno autonómico y el Estado, y de investigar sobre las necesidades de las personas mayores para lograr el objetivo principal de esta entidad: poner a los usuarios en el centro.
Sin embargo, esta red de apoyo a las personas mayores no ha surgido de la nada, es fruto de una constante adaptación. Y es que Fundación Matia fue fundada en 1889 por un marinero de Llodio cuya última voluntad fue crear un albergue para personas que no podían trabajar. Así, la entidad, que cuenta con más de 100 años de historia, ha pasado por todas las etapas históricas de la atención a los mayores, desde la lógica asilar llevada acabo por una orden religiosa hasta la ACP, pasando por el enfoque más sanitario.
Las personas mayores en el centro
"Trabajamos de manera individual. Intentamos comprender las necesidades, conocer las capacidades y el proyecto de vida de los usuarios", sostiene el director general de la Fundación, Gerardo Amunarriz. Para la Fundación la ACP no es un objetivo sino "el cómo", la forma de funcionar. Y lo aplican en todos los servicios que dan, ya sea en el sanitario, en la ayuda a domicilio (tratando que los mayores puedan vivir cuantos más años en sus domicilios) o en los propios centros residenciales.
Según el dirigente de la Fundación se trata de un proceso de renovación constante que comenzó en 2010 cuando, inspirados en múltiples estudios de su Instituto y en los modelos de los países nórdicos, decidieron "pasar de una organización de procesos y servicios a una centrada en las personas". "Es un camino lento en el que hay que trabajar mucho en liderazgo y responsabilidad personal, en transformar los protocolos y normas en guías, recomendaciones y ayuda a la toma de decisiones, y en caminar hacia la autodeterminación", señala.
Para ello, explica, "necesitamos un modelo que mucho más flexible que permita la personalización" y, por eso, es importante que las decisiones se tomen donde ocurren las cosas y que los equipos tengan cierta flexibilidad. Por esta razón, la formación de los profesionales es imprescindible y, sobre todo,"que estén dispuestos a aprender, mejorar y adquirir nuevas capacidades". Además, matiza que no es tanto una cuestión de que la ratio de personal sea alta (cosa que siempre ayuda), sino de que cambie la mentalidad y "que enfrente se vean a personas y no tareas".
Por otra parte, la participación de los familiares es esencial para dar una atención más personalizada y saber más acerca de las preferencias y estilos de vida de los mayores. "Intentamos conocer sus hábitos", apunta. Asimismo, una máxima de sus centros, sobre todo en las siete residencias que gestionan, es que sean "abiertas", para que se pueda acompañar en todo momento a los residentes.
Fundación Matia, 2018.
Otro de los temas por los que se preocupa la Fundación son "las soledades", sobre todo la no deseada. Actualmente, a parte de realizar servicios de acompañamiento, se centran en el estudio de la dimensión del problema desde su Instituto, para poder actuar posteriormente adecuándose a las necesidades de los mayores.
Finalmente, también le dan una especial importancia a sus servicios sanitarios, que prestan desde los años 80. En este ámbito, se han especializado en un perfil de población con necesidades de cuidados especiales cuya estancia media suele estar en 25 días.
En concreto, en su hospital, que está integrado dentro del Servicio Vasco de Salud Osakidetza, la Fundación apuesta por un servicio de geriatría que "aporta una visión más integral" para el tipo de pacientes que les derivan, cumpliendo así su máxima de adaptarse a las necesidades de los mayores.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.