Sociedad

Maltrato a personas mayores, un problema silenciado y difícil de detectar porque no se denuncia

María Bonillo

Foto: Bigstock

Sábado 15 de junio de 2024

20 minutos

Suele ser maltrato psicológico en el ámbito familiar de mujeres entre 81 y 85 años

Maltrato a personas mayores, un problema silenciado y difícil de detectar porque no se denuncia (Bigstock)
María Bonillo

Foto: Bigstock

Sábado 15 de junio de 2024

20 minutos

Señales para detectar casos de maltrato a personas mayores

Teléfono gratuito contra el abuso y maltrato a personas mayores: 900 65 65 66

CONFEMAC y la Policía Nacional se unen en una campaña de prevención contra el maltrato en mayores

 

El maltrato hacia las personas mayores, a pesar de estar reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una violación de los derechos humanos, sigue siendo un problema social invisibilizado y que suele "pasar desapercibido ante conductas que consideramos normales, pero que no lo son, son maltrato".

Así lo destaca María José Sánchez Morilla, directora de la Confederación Estatal de Mayores Activos (CONFEMAC) a 65YMÁS, con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, que se celebra este 15 de junio. Pone como ejemplos "que una persona necesite apoyos para ir al mercado pero no necesite que decidamos por ella en lo que quiere comprar, el despojarlos de sus documentos de identidad amparándose en que van a estar a mejor recaudo, acudir a un médico y que el profesional le hable al acompañante y no a la persona mayor, infantilizar en el trato, considerar que con la edad que tienen no disponen de capacidad para intervenir en una conversación o que su argumento no es lógico, o que no tiene sentido lo que vayan a decir, el pensar que con que estén aseados y comidos es suficiente dejando en segundo plano la necesidad de cariño, apoyo y presencia…". 

En definitiva, se considera maltrato a las personas mayores cualquier acto u omisión que, de forma única o reiterada, voluntaria o involuntaria, causa daño o aflicción a esa persona. Según explican desde CONFEMAC, estas conductas, "que a priori pueden ser inofensivas, causan un daño a las personas mayores, haciéndolas sentir ciudadanos de segunda, provocando un automaltrato por autoedadismo". 

Mónica Ramos Toro, geroantropóloga feminista y coordinadora técnica de UNATE, La Universidad Permanente, y Fundación PEM, ya señalaba en este sentido que, "a pesar de que los abusos y malos tratos hacia las personas mayores son considerados un problema social y de salud pública, existen escasos estudios que aborden esta problemática y menos aún que lo hagan desde una perspectiva de género. De hecho, no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo cuando se ha evidenciado que las personas mayores también son víctimas de malos tratos, por lo que su investigación es muy reciente". Hacía así referencia a estudios e informes, como La Violencia de Género contra las Mujeres Mayores en la población aragonesa, del Instituto Aragonés de la Mujer, o Prevención de malos tratos a personas mayores, de la Unión Democrática de Pensionistas (UDP). 

La primera definición de maltrato a personas mayores en España se dio en el año 1996, con la Declaración de Almería, resultado de la celebración un año antes de la Primera Conferencia Nacional de Consenso sobre el Anciano Maltratado, que abordó los malos tratos en la vejez. La definía como "todo acto u omisión sufrido por personas de 65 años o más, que vulnera la integridad física, psíquica, sexual, y económica, el principio de autonomía, o un derecho fundamental del individuo; que es percibido por este o constatado objetivamente, con independencia de la intencionalidad y del medio donde ocurra (familiar, comunidad, Instituciones)". 

Aunque la violencia contra las personas mayores no se abordó por primera vez por las Naciones Unidas hasta el año 2002, en la II Asamblea mundial del Envejecimiento, celebrada en Madrid, en la que presentaron un informe sobre el tema. Casi una década más tarde, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaraba este 15 de junio como el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez.

 

Maltrato a personas mayores, un problema silenciado y difícil de detectar porque no se denuncia (Bigstock)

Maltrato invisibilizado que suele darse en el ámbito familiar

El Teléfono contra el Abuso y Maltrato a las personas mayores de CONFEMAC, disponible a través del 900 65 65 66 y la App StopMaltrato+65, recoge datos actualizados sobre el maltrato a personas mayores. Para ello utilizan el programa PICAM, galardonado por ICONG con el Premio al Mejor Plan de Mejora en 2023, que permite realizar un seguimiento de los casos, los cuales quedan informatizados para que siempre se tenga constancia de la situación del mismo. De esta forma, "se evita la revictimización de la víctima". 

Desde su puesta en marcha en septiembre de 2019, el número de casos atendidos no ha dejado de aumentar, pasando de 52 ese primer año a 324 en el año 2020. En el año 2021 volvieron a aumentar hasta 491 los casos atendidos, cifra que siguió ascendiendo en el año 2022, alcanzando los 744, y hasta los 847 que se atendieron en 2023. En lo que va de 2024, se han atendido un total de 267 personas.

 

Maltrato a personas mayores, un problema silenciado y difícil de detectar porque no se denuncia (CONFEMAC)

Fuente: CONFEMAC.

 

En todo este tiempo se ha atendido 2.722 casos, de los cuales el 64,7% han sido mujeres y el 35,3% hombres. Por edades, el rango de las personas entre 81 y 85 años ha sido el mayoritario, sumando un total de 626 personas, seguido del rango de personas entre 86 y 90 años (527), personas entre 76 y 80 años (494), personas mayores de 90 años (349), personas entre 71 y 75 años (259), personas entre 66 y 70 años (195), personas entre 61 y 65 años (73) y personas menores de 60 años (67).

Por su parte, las provincias donde más casos se han atendido han sido Madrid, con 601, seguida de Barcelona, con 273, y Sevilla, con 196. Mientras que por Comunidades Autónomas, aquellas donde se han atendido más casos ha sido Andalucía, con 656, la Comunidad de Madrid, con 615, y Cataluña, con 339.

Del total de las llamadas realizadas en este tiempo, destaca que la mayoría, el 76,9%, no han denunciado el maltrato o no quieren hacerlo, frente al 16,8% que sí lo ha hecho o tienen la intención de hacerlo. En el 6,3%, la persona afirma no tener la capacidad.

En cuanto al tipo de maltrato, es habitual que las llamadas se den por un maltrato psicológico (1.266), seguido del maltrato económico (627) y el abandono (519), muy cerca del maltrato físico (498). El resto de llamadas se deben a un tipo de maltrato relacionado con la libertad o los derechos (420), negligencias (376), institucional (66), social (18) y automaltrato (16). Solo se ha recibido una llamada por tipo sexual, mientras que en 208 llamadas se determinó que no había maltrato.

Estos malos tratos se producen "en ámbitos muy diversos, como es el domicilio de la persona mayor, el hogar de sus descendientes o familiares, la sala de urgencias de un hospital, la consulta de atención primaria, una residencia para personas mayores, una entidad financiera, un centro de formación para personas mayores o los medios de comunicación, entre otros muchos", añaden desde la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP). Aunque, según reflejan los datos, el ámbito familiar es el más común donde se produce maltrato a las personas mayores (2.100 casos atendidos), seguido de las residencias de mayores (428).

"Cuando iniciamos nuestra andadura con la Estrategia hacia el buen trato a las personas mayores en 2017, y especialmente, con el Teléfono contra el Abuso y Maltrato a las personas mayores, nunca imaginábamos que a día de hoy llevaríamos más de 2.700 casos atendidos", asegura la directora de CONFEMAC, que apunta que "decimos casos, que no llamadas, porque un caso es mucho más que una llamada. Son horas de atención incontables a las personas que nos llaman, ya sean las víctimas, familiares, allegados, vecinos, profesionales…". 

Con este asesoramiento y acompañamiento, que está disponible 12 horas al día, de 9 a 21 horas de lunes a domingo, estan "presentes en todo el proceso", asegura. 

Sánchez Morilla afirma que "estamos muy contentos con el trabajo realizado", aunque consideran que "aún podemos llegar a mucho más, porque de esta realidad apenas se conoce nada", insiste. "Necesitamos de más sensibilización social y, sobre todo, que toda la ciudadanía española sepa que el 900 65 65 66 y la App StopMaltrato+65 está disponible para ayudarlos a superar este tipo de situaciones". 

 

 

Con todo, desde CONFEMAC señalan que algunos aspectos que dificultan la detección de estos casos, como "la falta de información y sensibilización acerca del maltrato a las personas mayores".

"Siempre decimos que el abuso y/o maltrato en la vejez es una realidad oculta por quienes la padecen y ocultada por miedo al qué dirán. Y principalmente esto ocurre, porque según nuestro recorrido, hemos podido constatar que el maltrato se produce principalmente en el ámbito familiar (78%), por parte de los hijos/as (48%)", explica Sánchez Morilla, que destaca que este tipo de situaciones son "muy difíciles de denunciar, más aún cuando la persona maltratadora convive con la víctima o es de los pocos familiares que prestan cuidados". Otro de los motivos de la infradenuncia son los largos tiempo de espera en los procesos judiciales. 

"Sentir que las únicas personas que te acompañan son las que te maltratan (detrás de esta creencia está el maltrato psicológico), es muy duro porque el pensamiento perverso nos hace creer que al menos tengo alguien aquíal menos no estoy solo/a. Pero ¿quién necesita de una compañía que te maltrata y te hace sufrir?", cuestiona la directora de CONFEMAC, desde donde tratan de "empoderar a la persona mayor para que sea agente de su propio cambio, para que vea que hay salida, para que reconozca que no merece vivir una vejez con miedo y siendo víctima de maltrato". 

También el hecho de que "no existe una definición consensuada", añade Gema Pérez Rojo, catedrática de la Universidad CEU San Pablo, experta en personas mayores y miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). "Además, los estudios se realizan con diferentes metodologías y es muy difícil comparar unos con otros", sin olvidar que situaciones como que la persona presente dependencia funcional o cognitiva puede provocar que tenga "menos contacto con el mundo exterior y tener dificultades para comunicarse". 

Es importante tener en cuenta que todavía existen pocos estudios y datos sobre este problema, y estos "deben ser tomados como orientativos debido a las diferencias en el desarrollo de estos estudios", indica, por lo que cabe pensar que afecta a todavía más personas de las registradas en las estadísticas actuales, sobre todo si recordamos los factores que en ocasiones impiden su detección o visibilización. Y cobra especial relevancia si consideramos que para el año 2050 se prevé que cerca del 32% de la población tendrá 65 años o más, lo que podrá volver a este grupo de población aún más vulnerable. 

En cualquier caso, la experta considera que "puede ser interesante en estos momentos, por un lado, centrarse más en la parte de prevención o intervención y, por otro lado, en abordar ese maltrato más sutil que lleva, por ejemplo, al edadismo". 

Desde la PMP resaltan que "el problema del abuso y maltrato permanece oculto y subestimado por las múltiples barreras que obstruyen su análisis", por lo que consideran una necesidad prioritaria "la realización de estudios y diagnósticos más exhaustivos para ayudar a solventarlo, así como una adecuación y refuerzo de los servicios sociosanitarios para establecer los mecanismos de control necesarios". 

Ser mujer y de edad avanzada, principales factores de riesgo 

Aunque los datos pueden reflejar una idea del perfil más habitual de la persona mayor que sufre abuso o maltrato, Pérez Rojo aclara que "hablar de perfil puede llevar a pensar que solo esas personas mayores que se encuentran dentro de ese perfil pueden ser víctimas de maltrato, cuando eso no es cierto. Cualquier persona mayor podría ser maltratada. Lo que sí es cierto es que existen ciertos factores que pueden incrementar la probabilidad de que aparezca esta situación. Por ejemplo, ser mujer, edad avanzada, problemas de salud, dependencia, deterioro cognitivo o soledad".

Otro factor de riesgo que puede influir en sufrir malos tratos es tener una discapacidad. "Dificulta mucho más el romper con situaciones de maltrato en la vejez a la vez que te hace potencialmente más vulnerable", explican desde CONFEMAC, que señalan a su vez la falta de recursos alrededor y la carga cultural de las personas mayores en el entorno rural. 

"Pero si algo podemos afirmar después de estos años de recorrido es que los factores de riesgo más significativos para ser víctima de abuso y/o maltrato en la vejez son ser mujer, mayor de 75 años, viuda y dependiente, no tener contactos sociales, tener dependencia emocional de otras personas, dejar tus decisiones en manos de otras personas, tener miedo al qué dirán y desconocer tus derechos". 

A lo largo de los años han detectado algunos factores de riesgo más que pueden llevar al maltrato, como "desestructuración familiar, presencia de adicciones o problemas de salud mental, no hablar en familia los asuntos relevantes, conflictos entre hermanos, ser familiar cuidador de larga duración, no aceptar el papel de cuidador, falta de formación, falta de recursos o de adaptación del medio, ser cuidador único (no tener otros apoyos), convivir y depender económicamente de la persona mayor, tener pocas habilidades sociales, no tomarse tiempo de respiro y carecer de contactos sociales".

También en el ámbito profesional, donde señalan que "hay que cuidar especialmente estas cuestiones para que no terminen en un maltrato a la persona mayor: organización deficiente del equipo, gestión centrada en los recursos y no en las personas, ausencia de humanización en la organización de los servicios, sufrir sobrecarga laboral, falta de motivación para el trabajo con personas mayores, falta de formación y déficits de medios para la atención". 

"Hacerse mayor tiene un significado diferente para mujeres y hombres. Las mujeres mayores deben hacer frente a una doble discriminación: por edad y por género", recuerdan en este sentido desde la PMP, que destacan la evidencia de que "la discriminación y el maltrato hacia las personas mayores se mantienen principalmente por la persistencia de una visión plagada de estereotipos y estigmas hacia ellos".

"La visión social de las personas mayores es una visión más vinculada a elementos negativos que positivos. Estas nociones anticuadas y prejuiciosas sobre el envejecimiento, vistas como etapas negativas de la vida, son la raíz del problema. El edadismo, del que emergen representaciones sociales que tienden a despersonalizar a las personas mayores, homogeneizándolas, retratándolas como seres frágiles, débiles y sin autonomía, unido a la insuficiente incorporación de la perspectiva de género, son factores que oscurecen los abusos que puede sufrir este grupo de población", añaden.

 

Maltrato a personas mayores, un problema silenciado y difícil de detectar porque no se denuncia (Bigstock)

Se necesita mayor sensibilización, formación de profesionales y prevención

La sensibilización de la sociedad es algo que desde CONFEMAC destacan. "Ahora percibimos que se habla más del tema y que se exige que se tenga en cuenta a este grupo de población, por ejemplo con el asunto de los bancos. Hasta ahora, en los medios de comunicación se ha transmitido una imagen de las personas mayores de débiles y dependientes, y eso es edadismo, porque las personas mayores son un grupo de población, diverso y heterogéneo, y eso solo contribuye a tener una imagen de la vejez sesgada y llena de estereotipos", comenta su directora. 

Pérez Rojo coincide en este avance, aunque más concretamente en relación a "los datos de prevalencia y al maltrato más explícito, el que también se puede encontrar en otras poblaciones como maltrato infantil o violencia de género. Pero el maltrato más sutil es más difícil de detectar todavía debido a esa falta de sensibilización y concienciación". 

No obstante, Sánchez Morilla señala que "verdaderamente, el maltrato a las personas mayores se encuentra en la situación de la violencia de género hace 25 o más años. Es una realidad que se sabe que existe, pero que pasa desapercibida y para la que se cuenta con muy pocos recursos".

"Es inhumano que una víctima denuncie a una persona agresora con la que convive o le presta cuidados (teniendo en cuenta lo que eso significa), y que tenga que seguir conviviendo o siendo mal cuidada con ella, y si no es así se proponga un ingreso en residencia, sin tener en cuenta la voluntad de la persona mayor. Una residencia no es un lugar para víctimas de maltrato en la vejez. Una residencia es un lugar para personas que necesitan de apoyos y cuidados debido a su situación de dependencia. Y así, una vez más, damos por hecho que todas las personas mayores que sufren maltrato son dependientes, y esta no es la realidad", lamenta. 

Desde la PMP lamentan que "la visión social negativa frente a la vejez está tan fuertemente arraigada que no solo condiciona su imagen de manera externa, sino que a menudo repercute también en la propia visión que algunas personas mayores tienen de sí mismas como elementos inútiles, pasivos, incapaces de adaptarse o necesitados de tutela. Se da la paradoja de que la persona mayor goza socialmente de una visión positiva como individuo, pero negativa como grupo de edad". Al mismo tiempo, consideran que "se debería reconocer como una forma de maltrato la invisibilidad del rol y las contribuciones de los mayores, especialmente las mujeres, en la sociedad y la familia. La visión social impregnada de edadismo es especialmente perjudicial para ellas, que viven más tiempo y enfrentan abuso y violencia en distintos contextos, convirtiéndose en un problema complejo debido a la falta de estudios con datos concretos, la invisibilidad mediática del tema y la falta de conciencia social y profesional".

"La problemática del abuso y maltrato en la vejez debe ser una preocupación constante", indican en este sentido, recordando que "la Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030) de la OMS prioriza la superación del edadismo, promoviendo un cambio en nuestra manera de pensar, sentir y actuar respecto a la edad y el envejecimiento, y el desarrollo de entornos que mejoren las capacidades de los mayores. Estas iniciativas son clave para la concienciación y erradicación del maltrato y abuso hacia las personas mayores", añaden, haciendo referencia a su vez al Dictamen del Comité Económico y Social Europeo sobre la Implicación y participación de las personas mayores en la sociedad publicado en el Diario Oficial de la Unión Europea en 2013, que señala que "las personas mayores son dinámicas, capaces y vitales para nuestra sociedad; transmiten conocimientos, competencias y experiencia a las generaciones siguientes. Participan en nuestras comunidades de manera individual y colectiva, contribuyen a nuestra economía y son un repositorio de nuestra historia".

En esta línea, desde CONFEMAC y la SEGG hacen también una serie de reclamaciones, comenzando precisamente por una "mayor sensibilización social" y "concienciación".

Reclaman igualmente "formación de profesionales que a día de hoy no conocen esta realidad a fondo y eso les lleva a la inactividad profesional ante casos que se podrían solucionar desde el ámbito asistencial", así como "prevención con personas mayores que se inician en la etapa de la vejez, para empoderar acerca de sus derechos y que sepan poner límites, contribuyendo así a evitar que situaciones de abuso y/o maltrato en la vejez se produzcan". 

Desde CONFEMAC consideran necesarios también "protocolos nacionales de actuación ante casos de abuso y/o maltrato en la vejez, porque el vivir en una comunidad u otra no puede ser indicativo de disponer de recursos o no en estas situaciones tan aberrantes" y "legislación específica para situaciones de maltrato a las personas mayores, como ocurre en el caso de maltrato infantil o la violencia de género". 

Por último, piden "recursos específicos que apoyen a personas que viven esta realidad, dirigidos por profesionales especializados que entiendan, conozcan y empaticen con estas situaciones".

"Los abusos y el maltrato en la vejez están considerados un problema de salud pública y, sin embargo, está invisibilizado, apenas existen estudios que den una dimensión exacta de su extensión e incidencia. Sin embargo, son muchos los ejemplos y los casos que demuestran cómo se vulneran de manera cotidiana los derechos de las personas mayores en situación de fragilidad, soledad o dependencia. La pandemia de Covid-19 no hizo sino poner de manifiesto ante toda la sociedad esta grave situación, especialmente en los ámbitos residenciales", señalan desde la PMP, que exigen "compromisos y garantías como sociedad, para que no se vuelvan a repetir las dolorosas y graves situaciones de violación de derechos y comportamientos gerontofóbicos que se vieron recrudecidos durante la pandemia, especialmente entre aquellas personas que viven con una situación de dependencia". 

Por su parte, Sánchez Morilla resalta la necesidad de "seguir avanzando y reivindicando los derechos de las personas mayores, que no son más que los mismos que los del resto de la ciudadanía. Cumplir años no significa restar derechos".

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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