Los mayores advierten al Gobierno que obligarles a ser los últimos en salir es discriminatorio

UDP y CEOMA exigen que el criterio para desconfinar a los mayores no los discrimine por edad

La Fundación Pilares pide no discriminar a los mayores en el desconfinamiento

Confinamiento, desescalada y mayores

 

Si la presión social de padres y madres obligó este martes al Gobierno a modificar su postura frente a la salida de menores de 14 años como punto inicial del desconfinamiento hacia medidas más laxas, ¿qué podría ocurrir si el Ejecutivo deja a los mayores de 65 en casa durante meses mientras el resto de la población puede salir a la calle? La mera incógnita planteada en rueda de prensa con el Ministro de Sanidad y el director del Centro de Emergencias Fernando Simón, quienes aseguran que "la medida se está estudiando", ha desatado la polémica. 

Diversas asociaciones de mayores como la Fundación Pilares, Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (@MayoresUDP), la Confederación Española de Organizaciones de Mayores  (@CEOMA_ong) o Yayofalutas (@YayosCartagena), no han dudado en recordar a través de varios comunicados que son los derechos de los mayores los que están en juego e instan al Gobierno a no aplicar criterios que los disciminen por edad. 

'La revolución de las canas'

"Confiamos en que no será necesario promover una “rebelión de las canas”, expresaban en su manifiesto la plataforma de YayoFlautas en relación a la presión que se ha ejercicio en Francia ante la propuesta de su Ejecutivo de obligar a los mayores de 65 años a quedarse en casa, que ha obligado a retirarla. "Reclamamos que cuando se suprima o alivie el aislamiento no haya restricciones en función de la edad. Exigimos que se nos trate como personas físicas con plenos derechos y deberes", reclaman desde la plataforma de mayores.

Tanto UDP como CEOMA, las dos asociaciones de mayores más grandes del país, recuerdan en un comunicado conjunto que ser mayor no es sinónimo de "vulnerabilidad " y que "antes que nada, son ciudadanos de pleno derecho, con derechos y deberes". Así, ven con temor que bajo la excusa de ser protegidas, "las personas de edades avanzadas corremos el peligro de ver cómo nuestros derechos se ven postergados mucho más que en otros colectivos durante la paulatina recuperación de la libertad de movimientos." 

Medida paternalista y edadista

La Fundación Pilares fue la primera en alertar sobre la posible discriminación por edad de esta medida y llamar al Gobierno a tener en cuenta más aspectos. "En caso de estimarse la necesidad de que se garantice la seguridad de algunos grupos mediante las medidas de protección pertinentes, estas deberían estar determinadas, no por la edad de las personas, sino por otros factores como ciertas enfermedades, situaciones de inmunodeficiencia u otras causas vinculadas a la salud que pudieran suponer un riesgo directo de contagio".

En caso contrario, desde la Fundación Pilares entenderia que se estaría sometiendo a las personas mayores a una “sobreprotección” paternalista que podría incurrir en una nueva forma de discriminación (edadismo), tal como ha reconocido un tribunal argentino ante una medida similar que se pretendía imponer para los mayores de 70 años de Buenos Aires. Los Yayoflautas van más allá y amenazan con no acatar la norma. "No podemos admitir ni acatar ninguna de las múltiples formas de discriminación que se aplican en función de la edad. No es una medida de protección, es un comportamiento paternalista que vulnera derechos. Entenderíamos que si se aplica alguna prohibición hubiese personas que la incumpliesen por considerarla ilegítima".

Envejecimiento saludable y soledad, en juego

Desde UDP y CEOMA solicitan a a las autoridades "establecer criterios alejados del edadismo y no prolongar el confinamiento de las personas mayores sin patologías previa, más allá del que se disponga para el resto de la ciudadanía". De lo contrario, aseguran que se estará condenando a miles de personas a permanecer aisladas, agravando su situación, y dando lugar a situaciones de vulnerabilidad y soledad. Así, señalan que agrupar a la población mayor  bajo un mismo 'saco' responde a criterios edadistas, lo cual va en contra de la dirección de las políticas sociales, así como del envejecimiento saludable que preconiza la OMS. 

La Fundación Pilares por la Autonomía Personal recuerda además que las personas con algunas patologías cardiovasculares, osteoarticulares, respiratorias, musculares y otras, caminar diariamente de 30 a 45 minutos actúa como elemento preventivo en todos los casos. "Además del abandono forzoso de esta actividad, el confinamiento prolongado, que dura ya 5 semanas, comienza a pasar factura en el estado psíquico y anímico de todos los grupos de edad, y esto no excluye a la población mayor, que también sufre estrés por la situación de encierro".

Ejercicio de civismo

Al mismo tiempo las asociaciones insisten en que el ejercicio de los derechos individuales no está reñido con el cumplimiento de los deberes de solidaridad y civismo en el cumplimiento de las medidas y recomendaciones de las autoridades sanitarias. Las personas mayores han dado sobradas muestras de saber ponerse al frente de los cuidados y de la defensa del bienestar de sus familias y comunidades "no las tutoricemos ahora como si no supieran cuidar de sí mismas".

En la misma línea se expresan desde el colectivo de Yayoflautas, quienes señalan que las personas de mayor edad comprenden la necesidad del confinamiento motivado por la epidemia del COVID-19. "Lo cumplimos con rigor, sabiendo que es necesario para proteger la salud de toda la población" y añaden que su sentir es común al del conjunto de la sociedad, por lo que piden que se les trate "con la misma consideración". Una reivindicación presente en todos los textos de las asociaciones de mayores.