Los mayores de la Comunidad de Madrid reclaman mejoras en las residencias de mayores

La Comunidad de Madrid celebrará el próximo 28 de mayo sus elecciones autonómicas, al igual que el resto de CCAA, en las que se decidirán los partidos políticos que asumirán la presidencia en cada una. Hasta ese momento, cada uno tiene la oportunidad de compartir con los ciudadanos y ciudadanas sus diferentes propuestas, en las que se espera que se incluya un espacio dedicado a las personas mayores de la región y todo aquello que se prevé hacer por ellos. 

El número de personas mayores de 65 años en la Comunidad de Madrid ascendía en el año 2021 a 1.213.096, una cifra que se prevé que aumente con el paso de los años debido al creciente envejecimiento de la población. Esto supone que cerca del 21,9% de los votantes en las próximas elecciones autonómicas serán mayores de 65 años.

Pero, ¿qué es lo que realmente necesitan las personas mayores de la Comunidad de Madrid? Desde 65YMÁS hemos querido conocer directamente cuáles son las preocupaciones y reivindicaciones de las principales asociaciones de mayores de la región, que han coincidido en que la atención sanitaria y la brecha digital son los principales temas que se deberían mejorar. 

Menús en residencias y atención sanitaria

En este sentido, desde Mayores Telefónica Madrid, su presidenta, María Teresa Lozano, explica que, aunque Madrid "es una ciudad muy grande con muchos barrios o distritos", las necesidades de los mayores suelen coincidir. "Hablo mucho con socios de todas las edades", y señala que muchas personas mayores están "encantadas" con los Centros de Mayores cercanos a sus domicilios y la oferta de actividades que se les da, sin embargo, el problema está precisamente en esa cercanía, ya que muchos mayores no disponen de ella, lo cual se convierte en un impedimento. 

Destaca también el tema sanitario, en concreto lo que ocurre en los ambulatorios, donde "en algunos solo hay una persona que atiende urgencias, en otros tardan muchos días en dar cita". Por otra parte, Lozano pone el foco en las residencias de mayores, "necesarias", y en concreto en las comidas que se ofrecen, de las cuales "he oído muchas quejas", así como de "la atención prestada a un residente, compartida con otros por falta de personal", critica. 

Aplicaciones y webs más sencillas e intuitivas

De igual modo, Lozano señala que la brecha digital es un tema "muy importante" en el que considera que "se debe abundar" para poder ayudar de verdad a las personas mayores. "Muchos tienen familia que les ayuda con ello, pero hay casos muy desesperantes, sobre todo en el trato con la Administración. Y esto se ha agudizado exponencialmente tras la pandemia", añade. 

En este sentido, Inocente Gómez, presidente de SECOT (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica) coincide en que la principal necesidad de las personas mayores es acabar con la brecha digital. "Donde más trabajamos con mayores es en el segmento de los proyectos que tienen que ver con el envejecimiento activo, y el más potente para nosotros es el de brecha digital. Ahí atendemos a bastante gente a lo largo del año, entre 1.500 y 2.000 personas mayores en toda España, que reciben formación de nuestros seniors sobre temas de reducción de brecha digital", explica.

Es en este aspecto donde asegura que se perciben más problemas, que en ocasiones empeoran o provocan unos nuevos, como es "la sensación de aislamiento que se produce en muchos mayores como consecuencia de quedarse un poco fuera de juego en los temas de digitalización". 

Tal y como explica, la situación solo se agrava debido a la "poca atención que los organismos públicos y las administraciones en general tienen cuando piensan en los procedimientos que les afecta a este colectivo, como sanidad o servicios bancarios, entre muchos otros, donde normalmente ya es complicado hacer gestiones para una persona estándar, joven con conocimientos digitales medios, cuanto menos una persona mayor".

"Este es un tema que se percibe claramente, también la necesidad, así como lo positivamente que lo recibe la gente cuando ve un poco de luz y aprendizaje en algunas materias, como la comunicación, el contacto con las personas, y efectivamente cualquier tema que tenga que ver con gestiones", afirma. 

La creciente digitalización es algo que afecta a muchos ámbitos de la sociedad, en cualquier tipo de gestión, también en lo que se refiere al transporte. "Pasa un poco lo mismo. En realidad, en todos los temas que requieran gestiones en general. Ahora muchas cosas están digitalizadas, y no de manera fácil. Entonces hay una necesidad en que las administraciones tuvieran un poco más de sensibilidad, para que cuando hacen los desarrollos informáticos y aplicaciones para servicios, sean cuales sean, sean un poco más intuitivos y sencillos". 

Mayor accesibilidad

Por su parte, Margarita Torrego, presidenta de la Asociación Jubilares, destaca algunas de las preocupaciones principales de las personas mayores que se recogen en el Plan de Acción 2021-2023 Madrid, ciudad amigable con las personas mayores, en el que han participado en su elaboración, como son la autonomía y la accesibilidad. "Poder hacer tus propias actividades, tanto domesticas como sociales, supone un reto", y, en este sentido, la accesibilidad "es lo más inmediato", tanto en lo que se refiere a las barreras físicas, como a la accesibilidad cognitiva, es decir, la legibilidad de los documentos, las rotulaciones urbanas o la capacidad de orientarse, la accesibilidad de los transportes públicos y la accesibilidad digital. 

Este último punto supone "una de las barreras que está produciendo un aislamiento significativo, y en la pandemia es donde más se ha visibilizado", señala Margarita, quien considera que "preservar la autonomía es lo principal".  

La presidenta de Jubilares hace referencia también al nuevo modelo de cuidados al que se está transitando, "un modelo integral y centrado en la persona que comprende las claves de las necesidades significativas que hay que atender". En este sentido, señala cinco principios, que son la autonomía (todo lo referido a la accesibilidad), la personalización ("Es evitar la sensación de que ya no te vales, que muchas veces está asociada a limitaciones que no son tuyas, sino del entorno. Es la necesidad de decidir tu propio camino, tu proyecto de vida, y que se respete"), la participación (que no sea "inducida", sino que "se lleve al máximo nivel", aunque "es lo más complicado a nivel procesos, porque nuestra cultura es más bien de recibir asistencia y exigir unos derechos, poco más"), la integralidad (comprender a una persona "en todas sus dimensiones, no solo como un beneficiario") y la continuidad (que los recursos y estrategias duren en el tiempo). "Estos cinco principios luego despliegan una cantidad de herramientas de estrategias de apoyos que en el caso de las viviendas colaborativas, son apoyo mutuo, y en el caso de las ciudades amigables, son recursos", explica. 

Margarita destaca a su vez que "la soledad no deseada aglutina la mayoría de todas estas carencias", ya que estas personas "no contemplan su situación como una falta de derechos, y en realidad lo es, porque todo el servicio sociosanitario a su disposición y al que tienen derecho, no les está llegando". 

Desde su experiencia, el principal reto que tienen que afrontar las personas mayores es el de "empoderarse, cambiar la mirada y desinstitucionalizar su proceso de envejecimiento". "No podemos estar pensando siempre en que necesitamos ayudas a domicilio o subvenciones, la idea es el cambio hacia preservar tus capacidades. Lo difícil es ser proactivo. Es entender tu nueva etapa como un proyecto de vida y exigir tus derechos", explica. 

En este sentido, destaca el cohousing, donde los mayores que acuden "están decididos a hacer ese cambio, a ser los protagonistas, a tomar sus decisiones y trabajar con un nivel de participación importante", sin embargo, lamenta que a día de hoy todavía es "una minoría". 

Todo deriva en el deseo de "permanecer en sus casas el mayor tiempo posible". "Es unánime", asegura, sin embargo, "emprender todo el trabajo de recursos de mejora de las casas, del entorno familiar y todas las necesidades que se planteen, ya es más difícil de llevar a cabo. Por lo que, normalmente, se quedan un poco a expensas de lo que se vaya proponiendo desde su médico o quien corresponda. Todo eso resulta más fácil de acometer en el cohousing. Pero estos procesos de cohousing son largos. Una de las dificultades es que no existe un reflejo". 

Por ello, indica que es necesario "desarrollar estrategias comunitarias para que nuestra vida sea larga y buena", "inversión" y "detectar la necesidad", y, en este sentido, la pandemia, "a pesar de todo, ha permitido visibilizar mucho y sensibilizar a las administraciones".