Asociaciones de mayores

Nagusilan entrega los premios de su III Concurso de Relatos cortos sobre la soledad no deseada

María Bonillo

Foto: Nagusilan

Viernes 28 de marzo de 2025

10 minutos

Jesús, Jon, José Luis y Lourdes se han inspirado en la soledad que conocen para escribir sus relatos

Nagusilan entrega los premios de su III Concurso de Relatos cortos sobre la soledad no deseada (Nagusilan)
María Bonillo

Foto: Nagusilan

Viernes 28 de marzo de 2025

10 minutos

La Asociación Nagusilan ha dado a conocer los ganadores de la tercera edición de su Concurso de Relatos sobre la soledad no deseada, que tiene como objetivo promover la escritura y la lectura, y sensibilizar a la ciudadanía sobre esta problemática que afecta en España a dos de cada tres personas (67,7%) durante más de 2 años y a casi la mitad de la población (49,3%) actualmente, según datos de 2024 del Observatorio SoledadES. Cabe destacar también que el número de personas que viven solas en España se ha multiplicado por ocho en los últimos 50 años, según el informe La soledad en España, elaborado por el Observatorio Demográfico CEU-CEFAS.

Sobre este tema han girado los relatos que han participado en este concurso, dirigido a mayores de 60 años, y que ha concedido cuatro premios: dos en la categoría de personas mayores de 60 años empadronadas en la CAPV o la Comunidad Foral de Navarra (uno en la modalidad de castellano y otro en la modalidad de euskera), y otros dos en la categoría de voluntariado de Nagusilan (uno en la modalidad de castellano y otro en la modalidad de euskera). 

La gala, que ha tenido lugar en el auditorio del Colegio Oficial de Médicos de Gipuzkoa, ha premiado a cuatro personas que se han inspirado en la soledad que conocen para escribir sus relatos con los que se han hecho con los galardones de esta edición, algunos por segunda vez consecutiva, tal y como han relatado a este diario. 

'El Viejo Lector'

jesus montero

Jesús Montero (izquierda), premiado en la categoría 'Personas empadronadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco y Navarra', en la modalidad de castellano. Foto: Nagusilan.

 

Jesús Montero tiene 75 años y es "un escritor tardío", pues no fue hasta que se jubiló que encontró su pasión por escribir. Comenzó con relatos y cuentos pequeños, y ahora tiene "un proyecto más ambicioso", y es que está intentando escribir una novela, según explica a este diario. El año pasado decidió presentarse por primera vez a este certamen, resultando ganador. Ahora, ha vuelto a alzarse ganador del premio a Personas empadronadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco y Navarra, en la modalidad de castellano, con su relato El Viejo Lector.

Cuenta la historia de una persona que, desde joven, ha tenido inclinación por la lectura. El sentimiento de soledad se asienta en su vida y, con los años, acaba ingresando en una residencia de mayores, donde conoce a otras personas que se encuentran en una situación parecida. Sin embargo, un día llevan a cabo una actividad dirigida por una terapeuta consistente en escribir un relato, algo que nuestro protagonista lleva a cabo sin problemas. El relato conmueve a sus compañeros de tal manera, que el protagonista continúa escribiendo estos relatos, poniendo el foco en las memorias de sus compañeros. 

Es la historia de cómo una persona solitaria, al final de su camino, desarrolla su afición al tiempo que llena de felicidad a sus compañeros. De esta forma, "ese viejo lector se acaba convirtiendo en un vehículo transmisor de recuerdos de sus compañeros de residencia", explica Jesús, que se ha basado en sus vivencias para escribir este relato, con el que espera que pueda "dar un sentido a más gente, sobre todo a ver que la soledad es una faceta de la vida tan grande, que se puede abordar de un montón de perspectivas y ángulos". 

"Es un poco autobiográfico porque siempre fui aficionado a la lectura, y luego conocí un poco el mundo de las residencias por mi mujer, que estuvo en una y veía un poco las dificultades, los avances y los retrocesos de la gente que estaba allí. Las dos cosas sumadas me inspiró un poquito, esa soledad compartida", a diferencia de la edición anterior, que escribió acerca de "la soledad que no se dice, no querida". 

Jesús se ha mostrado "muy agradecido" por este reconocimiento que, asegura, "te motiva a hacer cosas más ambiciosas o seguir un poco con esta afición". "Cada vez más nos hacemos mayores siendo más solitarios, porque la familia se ha reducido mucho, porque los hijos ya no están tan cerca como estábamos nosotros antes con nuestros padres", es por ello que considera que "hablar de la soledad, y que se hable de lo positivo, es bueno y puede ayudar". 

'Zure karpeta urdinak' ('Tus carpetas azules')

jon mendizabal

Jon Mendizabal Ituarte (izquierda), premiado en la categoría 'Personas empadronadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco y Navarra' en la modalidad de euskera. Foto: Nagusilan.

 

Jon Mendizabal Ituarte tiene 71 años y ha sido el ganador en la categoría Personas empadronadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco y Navarra en la modalidad de euskera, con su relato Zure karpeta urdinak (Tus carpetas azules), que recoge la historia de un hombre viudo que, poco a poco, consigue superar la muerte de su mujer. 

Su afición por la escritura también determinó su participación en el concurso, y es que a lo largo de los años "he escrito un montón de relatos, una novela, mucha poesía", explica. Todo culminó en este premio, que recibió con "una gran ilusión". "Fue una forma de reconocimiento de ese trabajo tan solitario que es escribir", añade. 

Para Jon, la soledad no es algo ajeno. "Conozco la soledad, y ese vacío lo he rellenado muchas veces con relatos", permitiéndole también escribir sobre el tema.

'Soledad, mi Libertad y mi Miedo'

jose luis

José Luis Insausti Urigoitia, premiado en la categoría 'Personas Voluntarias de Nagusilan', en la modalidad de castellano. Foto: Nagusilan.

 

José Luis Insausti Urigoitia tiene 76 años y ha sido otro de los ganadores del concurso, en la categoría Personas Voluntarias de Nagusilan, en la modalidad de castellano, con su relato Soledad, mi Libertad y mi Miedo.

José comprendió la importancia de ayudar a las personas que viven en soledad una vez jubilado y a raíz de la pandemia de la Covid-19. Fue entonces cuando se unió a Nagusilan, iniciando las visitas a las residencias y centros de mayores, algo que "me llena muchísimo", asegura. "Me dan ellos mucho más de lo que yo les puedo dar". Estas experiencias que vive diariamente, tanto en las residencias como en la calle, "me dio qué pensar" y fue lo que le llevó a escribir un relato. 

De hecho, la "vena literaria" de José Luis le ha llevado a escribir diferentes escritos, poemas y relatos a lo largo de los años, algunos publicados. Con todo, ganar este premio era algo que no esperaba, por lo que recibió la noticia "con mucha ilusión, pero con muchos nervios también". 

La soledad es algo que, "por desgracia, la estamos viviendo diariamente". En este sentido, considera que iniciativas como esta, así como los relatos resultantes, "pueden ayudar a mucha gente". Anima, así, a todas aquellas personas que tengan tiempo a que "acudan a estas residencias de mayores, porque el bien que les podemos hacer a ellos es muy grande. Y no solamente es lo que tú les vas a dar, es lo que te dan ellos a ti, que te enseñan muchísimas cosas". 

"Es un trabajo que hacemos normalmente personas con una edad ya avanzada, que todavía nos encontramos bien, que tenemos vitalidad, que tenemos ganas, que tenemos ilusión, pero que al mismo tiempo somos realistas con lo que estamos viviendo en el día a día y vemos cuál es la situación. Y bajo esa perspectiva, pues levantarte para ir a visitar a esas personas, a mí cada día me da mucha más fuerza", añade. 

'Ahatetxoa Bakarrik' ('Solo el patito')

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Lourdes Rodríguez, premiada en la categoría 'Personas Voluntarias de Nagusilan', en la modalidad de euskera. Foto: Nagusilan.

 

Lourdes Rodríguez tiene 66 años y ha sido otra de las galardonadas en el certamen, en la categoría Personas Voluntarias de Nagusilan, en la modalidad de euskera, con su relato Ahatetxoa Bakarrik (Solo el patito).

Se define como una persona que siempre ha tenido "mucho interés por aprender, por ayudar y por colaborar". Cuando se jubiló conoció Nagusilan y el trabajo que hacen para paliar la soledad de las personas mayores, y encontró el mejor modo de colaborar con Hilo de plata, un teléfono de acompañamiento gratuito dirigido a mayores en situación de soledad no deseada. "Se consigue una relación muy familiar y amigable. Yo tengo dos personas usuarias, son muy cercanas, y me piden: No te olvides de mí. Eso a pesar de que tienen familia, necesitan hablar y contar sus cosas de otra forma". 

Para Lourdes, tampoco es la primera vez que participa en este certamen. La edición pasada ya presentó un relato en castellano con el que consiguió el primer premio, y este año se ha hecho con el galardón también, esta vez en la modalidad de euskera. "Es mucha alegría porque dices, por lo menos puede salir lo que tengo dentro y puede servir para que los demás también lo disfruten", cuenta. 

Solo el patito está planteado como un cuento en el que está muy presente "la esperanza", la idea de "resurgir de uno mismo, de aportar y ver que desde pequeños podemos aprender unos valores que de mayores nos sirven para potenciar estas actitudes de ayuda a los demás, de cooperación, de colaboración y de solidaridad", explica, mostrándose "esperanzada" con el tema de la soledad "porque hay muchas posibilidades de hacernos compañía y disfrutar". 

Para la creación de este relato, Lourdes contó con la ayuda de su nieta. Ha "transformado" el cuento de El patito feo, presentando un patito que "nace diferente pero, sin embargo, su madre no lo deja de lado". En esta historia, su madre lo acompaña, lo ayuda y descubre que el patito, que no puede nadar bien, no obstante resulta ser muy hábil corriendo, por lo que es quien enseña a sus hermanos a correr. Los años pasan, y el patito forma su propia familia, es entonces cuando conoce a una persona mayor que acude a un banco del parque todos los días. Su expresión triste atrae al patito, quien acabará ayudándola a mejorar su situación. 

"Yo veo que cuanto más das, más recibes. Y eso es grande", destaca Lourdes en relación a la labor que realiza en la asociación, de la que se siente "orgullosa". Y ahora, con su relato, espera también ayudar a aquellas personas que se encuentren en situación de soledad. "Hay que estar abiertos a que cualquiera se te pueda acercar, abiertos a decir: Pues esto puede ser lo que yo estoy buscando, voy a probar, voy a hacer, voy a llamar, voy a estar, voy a ir. Si no hacemos nada, es cuando realmente las situaciones se endurecen". 

Sobre el autor:

María Bonillo

María Bonillo

María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.

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