Las mujeres mayores, y las mujeres mayores con discapacidad, tienen un papel incuestionable en la sociedad, "contribuimos significativamente en la vida política, civil, económica, social y cultural", sin embargo, "nuestras aportaciones y experiencias son invisibles".
Así lo asegura Sabina Camacho, presidenta de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) y del Comité Asesor de 65YMÁS, en una entrevista a este diario con motivo del Día Internacional de la Mujer, que se celebra este viernes 8 de marzo, en la que destaca que "la discriminación por edad y de género agravan las desigualdades existentes". Considera, así, que es necesario, "erradicar todos los estereotipos negativos".
En este sentido, la presidenta de CEOMA destaca que, en realidad, "el peso de las mujeres senior en la sociedad es grande". Una sociedad cada vez más envejecida, en la que, actualmente, hay casi 10 millones de personas mayores, de las cuales, cerca del 60% son mujeres, según datos de 2022 del Instituto Nacional de Estadística (INE). Cabe destacar también que el 60% de las personas con discapacidad son mayores de 65 años, una cifra que "no deja de crecer debido a la mayor esperanza de vida", y que especialmente las mujeres con discapacidad mayores siguen siendo "las grandes olvidadas" para la sociedad y las instituciones, tal y como denunciaba la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) con motivo del Día Internacional de las Personas con Discapacidad el pasado 3 de diciembre.
"El envejecimiento de la población es un éxito, individual y social que se corresponde con cambios sociales, sanitarios y demográficos, pero hay que abordarlo y bien, primero desde nosotras mismas, también desde las distintas administraciones, con políticas públicas, en las cuales la participación y el reconocimiento de la mujer mayor es primordial", explica, asegurando que las mujeres mayores "aportamos a la sociedad mucho, desde el propio hogar, en el mundo laboral o en ambos".
"En nuestra juventud y madurez hemos sido unas trabajadoras incansables y en la actualidad seguimos igual. Cuando envejecemos seguimos aportando a la sociedad, siendo unas trabajadoras perseverantes, realizando un trabajo invisibilizado, nuestra vida sigue igual, no cambia por razón de edad, sino por razón de salud, y ello ocurre a todas las edades. La realidad es que teniendo salud no hay horas, ni días, seguimos siendo activas, inquietas, modernas, viajeras, estudiosas, eficaces, somos las mayores del siglo XXI y estamos encantadas", resalta.
Las mujeres, las principales cuidadoras
"Las mujeres, dependiendo de nuestras trayectorias vitales, y el rol que cada una hemos tenido a lo largo de nuestra vida, envejecemos según hemos vivido", explica la presidenta de CEOMA, haciendo referencia asimismo a los roles de género asignados tradicionalmente.
En el caso de las mujeres, han sido las tareas de cuidado, lo que ha llevado a que "en la vejez, las mujeres mayores continúan cuidando de otras personas con mucha mayor frecuencia que los hombres. A menudo significa menos tiempo para nosotras mismas, en nuestro ocio, amistades, cuidado personal y bienestar. Las personas que no se dedican de pleno a cuidar a otras personas tienen más tiempo para disfrutar de su tiempo libre, participar más en la comunidad, ampliar sus redes sociales, amistades, participar en actividades, practicar deportes…. contribuyendo todo ello a un envejecimiento activo y saludable".
De hecho, así lo demostraba un estudio publicado en 2022 por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que destacaba que el colectivo cuidador mayoritariamente es femenino, tres de cada cuatro cuidadores y muchas de ellas de edad avanzada. Por su parte, la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) ya ponía de relieve en esta misma fecha el año pasado que el 76% de los cuidados de las personas con demencia en el ámbito familiar lo realiza una mujer, por lo general de entre 45 y 65 años, que además, debe compaginar esta tarea con sus obligaciones profesionales y de atención al propio hogar.
"Estas circunstancias hacen que la carga del cuidado sea tan alta, que las personas cuidadoras sufran grandes consecuencias físicas y psicológicas que se dan por la falta de apoyo en estas tareas, lo que afecta negativamente su salud y su calidad de vida", apunta en este sentido Sabina, quien considera que, ante esto, el objetivo es "subrayar la importancia de incluir una perspectiva de género en el debate sobre el cuidado informal, para poder entender la situación y abrir el paso para que desde ahí emerjan soluciones y respuestas apropiadas".
Y es que, tal y como destaca, "el hecho de que el cuidado haya sido, y siga siendo considerado como un asunto del ámbito femenino, refuerza los estereotipos de género sobre los roles asignados a hombres y mujeres en la sociedad, y hay que romper con ello". Sin olvidar "las consecuencias sobre la salud, el tiempo, las relaciones familiares y económicas del cuidado" que afectan a las personas cuidadoras, añade.
La presidenta de CEOMA destaca en este sentido el caso de las mujeres mayores, quienes "han trabajado en su hogar y han dedicado una jornada laboral interminable, cuidando a su familia, primero a los hijos, después a los nietos y luego a sus propios padres y/o familiares mayores, sin horarios, sin convenios, ni derechos laborales, ni lugar donde reclamar, realizando un trabajo invisible, no valorado ni reconocido por la sociedad, llegando a ser mayores, sin derecho a una pensión, que les permita vivir con dignidad".
Las abuelas tienen un papel relevante en la sociedad
En concreto, las abuelas tienen un papel muy relevante en la sociedad, especialmente "en la conciliación de la vida familiar y laboral de los hijos/as trabajadores/as", sin ir más lejos. "Seguimos aportando a la sociedad desde nuestra invisibilidad y trabajo no remunerado, ayudamos a nuestros hijos para que puedan mantenerse en sus trabajos, cuidando a nuestros nietos, en el día a día en momentos de enfermedad de los niños, en vacaciones escolares, etc.", destaca Sabina.
De hecho, una encuesta realizada en 2021 por la Fundación Edad&Vida con motivo del Día de los Abuelos, reflejaba que "el 27% de los abuelos afirma que se encarga del cuidado de sus nietos más de 10 horas a la semana. Además, el 16% manifiesta una dedicación semanal de entre 5 y 10 horas".
Sabina afirma, a su vez, que las abuelas "somos un eficaz complemento de la tarea educativa de los padres, a los más pequeños de la familia, aunque ahora la responsabilidad de la educación de los niños corresponde a sus padres, no a nosotras".
De esta forma, considera que "el papel de las abuelas tiene que ser aún más visible en la sociedad actual, somos las que realmente hacemos que sea posible la conciliación de la vida laboral y familiar de nuestros hijos e hijas. La participación y colaboración de las abuelas hace mucho más fácil la vida de muchas familias", añade, recordando que "la esperanza vida ha aumentado, mejorando también la calidad de vida de las mujeres sénior, viviendo más años y mejor, lo que nos permite cuidar de nuestros nietos y ayudar a nuestros hijos más tiempo".
El valor y los retos de las mujeres sénior
A pesar de todo, y de que las mujeres "han hecho posible una sociedad más igualitaria y mejor", no siempre se les reconoce el valor que realmente tienen. Sabina destaca así que "la sociedad debe tomar conciencia y erradicar la discriminación, prejuicios y estereotipos que sufren en la actualidad las mujeres mayores, por dos motivos, por ser mayor y por ser mujer".
Por este motivo, considera importante "abogar por la igualdad de oportunidades y la participación en cualquier ámbito y a cualquier edad. Además, contando con que las mujeres mayores vivamos en plenitud y de la manera que nos sintamos felices tengamos la edad que tengamos, los derechos no se pierden por la edad ni por el género y las personas tenemos reconocidos nuestros derechos en las leyes europeas y españolas, y tienen que ser respetados, independientemente del género y de la edad", añade.
Por su parte, señala que, actualmente, los retos de las mujeres sénior se centran en "la igualdad de género, la convivencia basada en el respeto, y la confianza", así como la "superación de las brechas económicas de las pensiones, tanto en las pensiones de jubilación como en las de viudedad".
"Las pensiones de jubilación en el género femenino, en muchas ocasiones, son más bajas que las de los hombres debido a las cotizaciones por la brecha salarial, el no haber podido trabajar fuera de casa por cuidar a la familia o haber tenido que dejar el trabajo, o verse obligadas a reducir la jornada laboral, con la consiguiente repercusión económica. Como en las pensiones de viudedad que tienen una merma económica considerable y la mujer se tiene que seguir enfrentando a unos pagos fijos e invariables de la vivienda, por ejemplo, que no son más bajos porque haya un miembro menos en la unidad unifamiliar", explica la presidenta de CEOMA.
También considera necesario "reivindicar la figura de las abuelas trabajadoras en el hogar y cuidadoras de sus nietos, y darles más visibilidad", y poner atención en la soledad no deseada, y es que "al vivir más años podemos sentir aún más la soledad no deseada, y mayor vulnerabilidad si se vive sola", destaca.
"En entornos rurales se suelen presentar indicadores menores de soledad que en entornos urbanos debido a la mayor cercanía y relaciones de vecindad. Aunque, también es cierto, la problemática que existe en la actualidad en la España vaciada repercute directamente en las personas que residen", apunta Sabina. Es por ello que resalta la importancia de "contar con los recursos necesarios en función de la necesidad de cada persona".
"Mantenernos activas el mayor tiempo posible, con un buen abanico de actividades culturales y de ocio, también aportando a la comunidad realizando voluntariado, en aquellas áreas donde aportemos a la sociedad y a nosotras mismas, siendo esta una actividad gratificante para todos, y permitiéndonos en muchos casos aumentar nuestras redes sociales", es otro de los retos actuales de este colectivo, que se enfrenta igualmente a la necesidad de "fomentar y trabajar todos juntos, las personas mayores y los jóvenes". "La sociedad está formada por personas de todas las edades y todas hemos de relacionarnos y trabajar juntos, creando así una sociedad inclusiva, diversa, más justa y equitativa, independientemente de la edad que se tenga", indica.
La presidenta de CEOMA hace referencia también a la infrarepresentación a la que se enfrentan las mujeres, especialmente las mayores, en los puestos de liderazgo, decisión, poder y representación social.
"Las mujeres como personas que somos, inmersas en la sociedad, seguimos formándonos cuando cumplimos años y reivindicamos el aprendizaje continuo y formación a lo largo de toda la vida", recuerda a su vez, remarcando que las reivindicaciones de las mujeres mayores también se centran en "acabar con los malos tratos, la violencia de género, familiar, e institucional" y en "nuestro derecho a envejecer, dónde, cómo y con quién nosotras deseemos", finaliza.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.