La campaña Soy mayor, no idiota que inició el médico jubilado de 78 años, Carlos San Juan puso el foco en la exclusión financiera que sufren las personas mayores en relación con la banca, algo por lo que las asociaciones de mayores llevaban tiempo luchando. Después de conseguir que el sector financiero reconociese que no estaba dando un servicio adecuado a las personas mayores, otros sectores se han visto señalados también por su cuestionable trato dado a este colectivo: la administración pública, las eléctricas, telecomunicaciones, el sector seguros, Hacienda y también la sanidad.
En este sentido, el Barómetro Sanitario 2022, publicado el pasado jueves por el Ministerio de Sanidad, indicaba que casi un 57,8% de la población no termina de estar satisfecha con su experiencia con las consultas telefónicas en Atención Primaria, y solo un 40,7% de la población consultada afirmaba estar Muy satisfecho (15,3%) o Bastante satisfecho (25,4%).
Esta insatisfacción predomina también entre las personas mayores, quienes se ven afectadas por una brecha digital que les impide en ocasiones acceder a estos servicios y recibir una atención adecuada. "Evidentemente, la brecha digital es lo que mas preocupa", asegura Josep Carné i Teixidó, presidente de la Federació d'Associacions de Gent Gran de Catalunya (Fatec), a 65YMÁS.
Inmaculada Ruiz, presidenta de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP), añade el problema de que las consultas no sean presenciales, sino virtuales o telefónicas, algo que ocurre en gran medida en las zonas rurales. "A una persona mayor no le puedes dar el diagnóstico a través de un teléfono, es absurdo", critica.
Cuando hablamos de salud, para Juan Manuel Martínez, presidente del Comité Asesor de 65YMÁS y de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA), es importante tener en cuenta dos cosas: "Que tú como persona, seas joven, adulto o mayor, eres responsable de tu salud. Esto significa que debes tener una educación sanitaria lo suficientemente amplia como para saber qué es lo que tienes que hacer para conservar la salud. Y en esa educación sanitaria tiene un papel importante el médico de la Atención Primaria".
En segundo lugar, explica Juan Manuel, una persona puede perder la salud en algún momento determinado, y es entonces cuando la Atención Primaria cobra especial importancia. "Para que funcione bien, tiene que ser una relación directa donde sea fácil solicitar la cita previa para que te vean en la consulta. Sin olvidar que el médico de la Atención Primaria debe estar formado y tener los conocimientos suficientes en geriatría, tanto en el curar como en el cuidar, para ser eficiente y efectivo".
El problema surge cuando esa vía telefónica para pedir una cita previa está saturada y lo digital no es una opción. "Nosotros, tanto las organizaciones de mayores como los geriatras, decimos que los médicos de Atención Primaria deben resolver el 95% de todos los problemas de salud que tiene la personas mayor en su domicilio. Es decir, que la relación paciente, mayor y Atención Primaria tiene que ser muy directa. Y tiene que ser una conexión que no tenga la dificultad de la utilización de sistemas informáticos ni situaciones en las que el teléfono no es contestado", explica Juan Manuel.
El presidente de Fatec pone como ejemplo la web con la que cuentan en Barcelona para pedir cita previa, poder mandar informes o hacer consultas vía online. "El problema con el que se encuentran las personas mayores es que no saben entrar en esta web, crear la contraseña, y una vez dentro, hay que saber moverse por la página… Todo esto lo que hace es complicar muchísimo esta problemática", asegura Josep. "Lo que ocurre es que si vas presencialmente, evidentemente te atienden, pero tienes que hacer tu cola, para que después te digan que tienes que pedir cita a través de la web", añade.
Acabar con las demoras y contar con una vía "más directa"
Juan Manuel reclama "una forma más directa" para que las personas mayores no se vean afectadas cuando las llamadas no pueden ser contestadas inmediatamente. "Se trataría de incluir una línea que, automáticamente, rediriga a la persona mayor para que sea atendida de forma rápida y por personas perfectamente formadas para hablar con ellas. Informáticamente sería muy fácil hacerlo".
En la misma línea, considera necesario "quitar el miedo que les ha surgido a este colectivo como consecuencia de la pandemia a ir a la Atención Primaria". "Hay que concienciarlas de que es muy importante el médico de cabecera, tanto como los farmacéuticos. Y esto no se dice. Los farmacéuticos tienen casi más confianza con la persona mayor que con el médico. Casi se podría decir que es una Atención Primaria no contemplada como tal, pero que realmente hacen una labor parecida", añade.
Algo que también preocupa al presidente de Fatec son las demoras. "Eso de pedir cita para una consulta y que te la den, no para el día siguiente, sino para una semana o diez días después".
En este sentido, la plataforma Salvemos la Atención Primaria, formada por 115 organizaciones profesionales, sociales y sindicales, se reunía este lunes con el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, para exponerle la situación de la Atención Primaria y sus reivindicaciones para mejorar este nivel asistencial. En concreto, una de las reivindicaciones que han hecho desde la plataforma ha sido la de "garantizar una respuesta asistencial en 48 horas para acabar con las demoras de las citaciones actuales".
"El verdadero problema lo ven los médicos de forma presencial"
Un 39,8% de la población afirma que la última vez que tuvo una consulta en la sanidad pública fue por teléfono, frente al 57% que acudió a consulta. Durante los últimos doce meses, un 76,8% ha tenido alguna consulta por teléfono con su médico de cabecera o de familia de la sanidad pública. En épocas de confinamiento esta fue prácticamente la única atención posible, y en los últimos meses se ha ido reduciendo, no sin abrir el debate sobre si esta nueva forma de atención médica debe quedarse, a lo que un 65% considera que algunas de las consultas se pueden hacer por teléfono y otras deberían ser presenciarles, una cifra que dobla a los que consideran que se debería volver a las consultas exclusivamente presénciales (31%). Mientras un 2,2% considera que la mayor parte de las consultas las podría hacer por teléfono.
En este sentido, desde Fatec, su presidente considera que la mejor forma para las personas mayores es la atención presencial, en lugar de que "de forma fría, alguien te atienda por teléfono y te diga lo que te ocurre". "El verdadero problema lo ven los médicos de forma presencial", asegura. "Si alguien le dice al médico que le duele el cuello y él le responde que tiene faringitis y solo le manda unas pastillas... Lo que ocurre es que esa persona no se fía mucho del diagnóstico". Y es que, en cuanto a si el paciente puede dar las mismas explicaciones que cuando se hace cara a cara, el Barómetro Sanitario 2022 indica que el 64% no está de cuerdo con esta afirmación frente al 32 que cree que es igual. Por el contrario, el 50% está de acuerdo con que se entienden las indicaciones del médico igual de bien que consulta.
Y es algo en lo que coincide la presidenta de UDP: "Tiene que ser presencial, para eso están los médicos de cabecera, para la visita presencial, si no, no los necesitaríamos. Lo que pasa es que hay muy pocos médicos, y no los culpo a ellos, culpo al sistema".
Por su parte, el presidente de CEOMA opina que la consulta telefónica "debe quedarse". "El problema de las personas mayores es la soledad, y como siempre, en el tema de la atención al mayor tiene que estar perfectamente unido lo clínico, lo funcional, lo psíquico y lo social, por lo que debe ser un complemento. Porque a través de esas consultas telefónicas es posible recordar muchas veces cuándo tienes que ir al médico, o incluso te pueden hacer una comunicación directa con tu centro de salud".
Se está perdiendo la relación médico-paciente
Según el Barómetro Sanitario 2022, un 72% cree que este tipo de consultas son más cómodas para el médico, mientras que existe división de opinión entre los que opinan que es más cómodo para el paciente (un 45,4% cree que cómodas; un 48%, no). Josep recuerda a su vez que el hecho de acudir al centro de Atención Primaria "es también una forma de socialización para los mayores". "Lo que nos da miedo es este método que se ha adoptado por la pandemia, que parece que ha venido para quedarse, porque es mucho mas fácil que en cinco minutos te atiendan por teléfono que no sentarse en la consulta y explicar todo lo que te está sucediendo".
"Se está perdiendo esa relación médico-paciente que se ha tenido desde siempre", advierte, "esa socialización tan importante". "Y esto les viene muy bien a la administración, porque seguramente agilizan mucho las consultas. De entrada no las haces, y además es mas rápido", critica.
Juan Manuel coincide en esa pérdida en la relación médico-paciente, sin embargo, insiste en que no es necesario eliminar por completo las consultas telefónicas, sino "complementarlas". "Las personas mayores, con el Covid, han cogido miedo a ir a los centros de salud, aunque ya se les está quitando. Entonces, que tengan esta herramienta es bueno. Ahora claro, lo que es la atención directa, mirar a los ojos, preguntar, escuchar directamente al médico en el cual tienes la confianza… Eso no se debe quitar nunca. Hay una cosa que no se puede hacer de forma telefónica, algo muy importante en la Atención Primaria, que es la palpación, la percusión, todo eso no se puede hacer si no tienes al paciente delante", aclara.
"La vida normal sería que nos atendieran"
"Al final, todo termina en el problema de la brecha digital", afirma el presidente de Fatec. "Es decir, en cómo nos atienden. Y esto es algo que genera inquietud y una incertidumbre con el trato que se está recibiendo; si es adecuado o no".
"La perspectiva que tenemos es que esto va a seguir así", indica la presidenta de UDP, "que no nos van a atender en ningún momento para nada". "Estamos hablando de cita previa, pero ya no solo en sanidad, que es terrible, también en las administraciones, donde no te atienden", recuerda.
"La solución no es quitarte la mascarilla y hacer vida normal, es que la vida normal sería que nos atendieran en todas las administraciones e instituciones, en todos los lugares públicos", reclama Inmaculada. "Nos está pasando con la banca, nos dicen a todo que sí, pero siguen igual. Yo he visto que a las once te cierran el banco, que los cajeros están cerrados, que no están atendidos, y encima estamos pagando por mantenimiento cuando no nos están manteniendo, tampoco están los cursos que habían prometido de formación. No hay prácticamente nada. Así no se resuelven las cosas. Solo conseguimos reunirnos y hablar, y que nos digan que van a tratar de arreglarlo, y quizás si que lo intentan, pero al final se olvida. Es todo una tomadura de pelo. No se dan cuenta de que no nos quedan tantos años de vida como a una persona joven, y que tenemos que vivirlos y disfrutarlos, y tenemos el derecho a tener todas estas compensaciones y que nos atiendan y nos vean. Y eso no se está cumpliendo en absoluto. Necesitamos que se nos trate como se nos tiene que tratar, que se nos respete y se respeten nuestros derechos", concluye indignada.
Sobre el autor:
María Bonillo
María Bonillo es licenciada en Comunicación Audiovisual y Periodismo por la Universidad Carlos III de Madrid. Escribe principalmente sobre temas de sociedad. También tiene experiencia en comunicación corporativa de empresas como OmnicomPRGroup y Pentación Espectáculos.