Por ley, salvo contadas excepciones, los hijos deben heredar al menos un tercio de los bienes y del dinero de los padres. Sólo por causas como agresión, desatención o maltrato psicológico, si se acreditan debidamente, es posible desheredar a un descendiente. Y parece que, tras el estado de alarma y el confinamiento por el coronavirus, han aumentado el número de casos en los que estos supuestos se han producido.
Al menos así lo refleja el creciente número de solicitudes de consultas para desheredar a sus hijos que han recibido en la Asociación de Mayores ACUMAFU.
En concreto, han pasado de 48, el año pasado de marzo a julio, a 115 durante 2020, para ese mismo periodo de tiempo. Y es que la cuarentena ha sido, en muchos casos, el detonante para que padres o madres quisieran recurrir a esta práctica.
Y, la principal razón, según asegura el presidente de la asociación, Marcelo Cornellá, suele ser por abandono (ya sea en su domicilio o en residencia) o por dificultar el contacto con los nietos.
"Con el tema de la pandemia se han hartado de buscar contacto con alguno de sus hijos. Quieren no premiar a aquel hijo que no ha estado con ellos. Suelen dárselo a otro o a una sobrina o familia", explica.
"Tampoco es un volumen grande el de la gente que se anima. La mayoría lo deja como está. Ayer hubo dos personas y antes de ayer otras tres. Solemos tener una media de siete o ocho consultas a la semana", añade.
Con todo, cada vez más personas acuden a ellos. Además, son muchos los que "no pasan por colectivos", sino que recurren directamente a abogados, por lo que es muy complicado cuantificar, por parte de las asociaciones, el aumento de procesos que se han iniciado en este sentido.
Sin embargo, no todas las peticiones prosperan, sobre todo cuando hay que acreditar temas como maltrato psicológico o desatención donde entran en juego servicios sociales y jurídicos. "De cada 100 demandas prosperan 18", sostiene Cornellá.
En 2019, ACUMAFU recibió 285 peticiones para iniciar este trámite legal y la mayoría siguen abiertos. Por ello, desde la asociación recomiendan contactar, a parte de con ellos, también con notarios para ver cómo de complicados pueden ser los trámites y qué vías se pueden explorar.