Carlos Blanco Cocho
Sociedad
La ausencia de los nietos durante la pandemia empeoró la salud mental de los mayores
Dejar de cuidarles significó pérdida de satisfacción y calidad de vida
Menos tiempo con los nietos, más síntomas de una peor salud mental. Esa es la conclusión a la que ha llegado un estudio acerca del impacto de la separación entre familiares que ha llevado a cabo la University College of London. Los mayores –siempre y cuando tuvieran nietos– que permanecieron alejados de ellos durante los meses de pandemia sufrieron síntomas de ansiedad y depresión mientras que los que sí que pudieron verlos no acusaron un empeoramiento tan llamativo de su salud mental.
La investigación se dio cuenta también de que, en general, los abuelos que se vieron privados de la compañía de sus nietos informaron de una pérdida de satisfacción y calidad de vida. Llevado a cabo con una muestra de mayores británicos, el estudio se ocupó de preguntar a unos 2.500 individuos acerca de los efectos de la pandemia sobre su bienestar.
En torno al 50 por ciento de los mayores con nietos a los que se preguntó se dedicaban a su cuidado de manera usual. Una vez se pusieron en marcha las restricciones y los gobiernos aconsejaron a los mayores que se quedaran en casa, ese número fue bajando y, para el primer año de la pandemia, el 32 por ciento de los abuelos redujeron su tiempo con sus nietos de manera sustancial. Algunos, de hecho, pasaron de cuidar a los nietos todas las semanas a no pasar tiempo con ellos en absoluto. Según la Revista Española de Pedagogía, esa súbita falta de los abuelos también afectó a los nietos.
En declaraciones a Europa Press, el autor principal del estudio, Giorgio di Gessa comentó que "cuidar de los nietos puede proporcionar a los abuelos una gratificación emocional y una sensación de utilidad y competencia, aumentando así la satisfacción vital. La participación de los abuelos en esta actividad familiar también puede proporcionarles una sensación de valor y apego, fortaleciendo así las relaciones intergeneracionales y los intercambios emocionales positivos que podrían beneficiar su salud mental"
Por su parte, la coautora del estudio, Valeria Bordone, resaltó que "si las políticas de distanciamiento físico siguen siendo una estrategia fundamental para proteger a las personas con mayor riesgo de contraer la COVID-19 o, de hecho, en una futura pandemia, debería prestarse atención a abordar la salud mental y las necesidades más amplias de las personas mayores que pueden sufrir la pérdida de funciones significativas en su familia y en la sociedad".