El actual director del Instituto de Mayores y Servicios Sociales, Luis Alberto Barriga Martín (Torrelavega, Cantabria, 1966), bien podría definirse como un 'outsider' de la política y del establishment madrileño. Sin vinculación a ningún partido, este trabajador social con amplia experiencia en Servicios Sociales y hasta hace poco funcionario de la Junta de Castilla y León, nos desgrana los entresijos de la principal institución española de mayores, a la que llegó casi por sorpresa tras su designación el pasado enero por parte de la Vicepresidencia de Pablo Iglesias.
Tras ocho meses en el cargo– y una pandemia de por medio–, ya ha tenido tiempo para visualizar los asuntos prioritarios de la agenda de los mayores. Más allá de revisar los viajes del Imserso, el programa estrella de la institución que acaba de ser cancelado por el coronavirus, destaca la necesidad de poner el foco en las pensiones no contributivas, que suponen la mitad del presupuesto de la institución, y sobre todo acortar sus "insoportables" tiempos de gestión, que puede llegar a superar el año y medio en algunas comunidades autónomas.
Sobre el terreno, Barriga ha podido confirmar también lo que ya denunciaba desde la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales y del Observatorio Estatal de la Dependencia que fundó en 1994. Y es que los intrincados procesos administrativos, a los que califica como "el cáncer de los Servicios Sociales", siguen lastrando según él, el reconocimiento de este derecho a cientos de miles de personas en nuestro país. La Estrategia contra la Soledad no Deseada o el incremento de las partidas sociales en los próximos Presupuestos Generales del Estado son otros de los proyectos centrales de Barriga en los próximos meses.
FERNANDO ÓNEGA.- Si me permite, tengo la impresión de que el Imserso es un gran desconocido en este país, quizás por la deformación profesional de los propios periodistas que hablamos solo de los viajes del Imserso. Por eso díganos, ¿qué es el Imserso en este momento?
LUIS ALBERTO BARRIGA.- Asumo y comparto ese desconocimiento que puede existir sobre la Institución de Mayores y de Servicios Sociales. El antiguo Inserso, –que era con 'n', Instituto Nacional de Servicios Sociales– en estos momentos es un órgano gestor de la Seguridad Social que depende del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que gestiona muchísimas cosas. Aunque sean competencias exclusivas de las comunidades autónomas, el Imserso tiene un papel moderador con todos los Servicios Sociales que se prestan en España y muy en particular con todas las políticas dirigidas a los sénior, a los mayores.
Digamos que tiene una panoplia de competencias y tareas muy importantes, también en términos presupuestarios que van desde la dependencia a las pensiones no contributivas. Yo comento mucho que su imagen de marca han sido siempre los viajes del Imserso, pero esta actividad, que genera tanta expectativa, supone tan solo el 2,5% del total de los presupuestos de la casa. Aquí se gestionan unos 4.000 millones de euros y los viajes del Imserso y Termalismo juntos suponen tan solo unos 100 millones de euros. Entonces, dimensionando las cosas, se puede ver que hay mucho más.
"Aquí se gestionan unos 4.000 millones de euros y los viajes del Imserso y Termalismo juntos suponen tan solo unos 100 millones"
F. Ó.- Entre otras cosas gestiona las pensiones no contributivas, que según tengo entendido suponen la mitad del presupuesto del Imserso, pero son de muy baja cuantía. ¿Tienen previsto algún programa en este sentido?
L.A.B.- Efectivamente son de baja cuantía, que se ha ido incrementando últimamente... Pero en este momento, la preocupación del Ministerio y la mía personal, tiene más que ver con los programa de gestión que con las cuantías. Y me explico. Las cuantías son bajas y es algo que tenemos que revisar y acompasar las subidas de pensiones, también con las de pensiones no contributivas –de jubilación e invalidez–. Pero creo que el mayor problema actualmente es de gestión en cuanto a los tempos en los distintos territorios autonómicos.
Tenemos Comunidades Autónomas donde el tiempo medio de gestión de un expediente es más de un año y medio. Eso es lo que no podemos permitir. Hay preocupación por las cuantías, pero mi mayor preocupación es que no puede ser que un ciudadano en función del territorio en que viva –no pondré ejemplos pero ahí están los datos–, puede tener en 3 meses su pensión no contributiva y empezar a cobrarla regularmente; mientras que en otros, puede alargarse a un año y medio, incluso hasta cerca de los 2 años.
Eso es insoportable, y debemos poner remedio a esto. No podemos depender solo de la Administración Central, sino que tenemos que hablar con las comunidades autónomas para ver de qué manera se refuerzan los mecanismos de gestión, se simplifican... Lo que haga falta, para que una persona con derecho a una pensión no contributiva por jubilación o invalidez, tenga en días resuelta esa situación.
"Es algo que tenemos que revisar y acompasar las subidas de pensiones, también con las de pensiones no contributivas –de jubilación e invalidez–"
F. Ó.- ¿Qué otros programas del Imserso son prioritarios para usted en un momento tan delicado como este?
L.A.B.- Cuando accedí al Imserso, una de las primeras cosas que tenía sobre la mesa como tarea a desarrollar era una Estrategia Nacional de Soledad no deseada. Esto además, hay que hilarlo con el tema de los cuidados y las personas mayores y también con la discapacidad. No me gusta llamar a la soledad "no deseada", porque entiendo que no tiene por qué tener un componente positivo o negativo...
Pero la soledad tiene muchas cuestiones que abordar desde el punto de vista sociológico, de estilo de vida, de cómo son ahora nuestros pueblos y nuestras ciudades, de cómo vivimos en ellos y cómo nos relacionamos. Este es uno de los puntos que está en agenda y que me parece importantísimo de aquí a 2030-2040 o el horizonte que le queramos poner, porque el horizonte de la pirámide de población es la que es y las predicciones demográficas son las que son.
F. Ó.-Me gusta que un responsable político como usted, hable de planes a largo plazo...
L.A.B.- Otro elemento crítico a futuro es todo lo que tiene que ver con las necesidades de los cuidados a las personas a medida que vayamos necesitando apoyos para la vida cotidiana. La dependencia, o autonomía personal que es el primer apellido que tenía esta ley. Y es además hacia lo que hay que tender, a favorecer los mecanismo de la autonomía personal. Ahí, el desafío de nuevo es de primer orden.
Es decir, una cosa es la Ley de Dependencia o cómo se está gestionando... Yo estoy ilusionadísimo con el programa que se ha presentado desde la Vicepresidencia Segunda sobre Dependencia, que va a suponer, no solo un incremento presupuestario, sino modificaciones y reformas. Porque mucho dinero sin reformas, nos tememos que sería ahondar en errores, y reformas sin presupuesto, serían brindis al sol.
F. Ó.- Antes de acceder al cargo de director del Imserso criticaba duramente las “desesperantes” listas de Espera de la Dependencia. Lo hizo desde el Observatorio de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales, ¿mantiene el mismo calificativo?
L.A.B.- Sí, por supuesto. No tiene sentido. Ayer hablaba con una gestora autonómica de la reforma, del plan de choque, y de tiempos. Decía que algunos expedientes se van a más de dos años… Esto causa dolor. Es decir, una persona en situación de dependencia es aquella que por definición necesita apoyos para las actividades de la vida diaria. Que se retrase tanto la articulación de un derecho, muchas veces por cuestiones de tipo presupuestario, pero otras muchas por problemas de gestión, es porque hemos armado un sistema truculento de requisitos, de procedimientos administrativos encadenados... Ese es posiblemente el cáncer de los Servicios Sociales. Y eso ya mata muchas cosas.
Tenemos que llegar a un esfuerzo por simplificar las cosas e introducir cuestiones como las prescripciones facultativas. Es decir, si una persona requiere de estos apoyos, pónganlos en funcionamiento. Entonces en ese sentido, esas listas de espera son absolutamente desesperantes. Y además, vuelvo a lo de las pensiones no contributivas, de mucha inequidad interterritorial. No deja de ser una Ley del Estado. Las Cortes Generales aprobaron con mucho consenso, mucha unanimidad, este nuevo derecho de ciudadanía. Hay que conseguir que se pueda ejercer con todas las de lay, independientemente del territorio en el que se viva.
F. Ó.- ¿Cuánta gente está ahora en las listas de espera de la Dependencia?
L.A.B.- Bueno, hay dos listas de espera, los que están en espera de valoración de dependencia para que se les reconozca cuál es su grado y también los que están a la espera de un servicio o prestación. Sumando estas dos, 300.000 personas estaría en la lista de espera de la Dependencia.
F. Ó.-Mucha gente, ciertamente, desesperante… Y una última cuestión: ¿me aconseja creer o ser escéptico ante la esperanza que nos han creado de que los Presupuestos 2021 va a tener un incremento de gasto social muy importante?
L.A.B.- Yo me lo creo. Estoy convencido. Dentro de los acuerdos del gobierno de coalición, este es uno de los elementos capitales. Además, en cuestiones como la atención a la dependencia, yo diría que hay un consenso total en el arco parlamentario. Es curioso pero todos los grupos políticos, absolutamente todos, y lo sé por las preguntas parlamentaria que no dejamos de contestar, sabemos que toda la clase política y el legislativo está volcado en que se impulsen estas políticas, conscientes de que llevamos demasiado tiempo con unos presupuestos prorrogados y que si el sistema ya estaba tocado, ahora está en una situación crítica. Y creo en el consenso para eso. Independientemente de la aprobación de presupuestos, este tiene que ser un elemento fundamental en todos aquellos que tengan responsabilidad para llegar a acuerdos. Y es que no nos podemos permitir continuar en una situación de prórroga presupuestaria indefinida.
Sobre el autor:
Fernando Ónega
Fernando Ónega, presidente del diario 65ymas.com, es un cronista imprescindible desde los primeros tiempos de la transición. Una voz escuchada y respetada por su rigor y su neutralidad.
Fue director de prensa de la Presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez, siendo autor de buena parte de sus discursos.
Ha trabajado en distintos medios escritos y televisiones. En la radio, inauguró el comentario político en mayo de 1978, en el programa “Hora 25” de la Cadena SER. Después ha sido director de informativos de la Cadena SER y de la Cadena COPE, además de director general de Onda Cero. En esta misma emisora, colaboró con Luis del Olmo durante 17 años, con Carlos Herrera y, desde abril de 2015 a septiembre de 2022, colaboró en los programas “Más de uno”, con dos comentarios políticos diarios, y en La Brújula, con una carta también diaria.
En prensa escrita publicó su primer trabajo a los 13 años en “La Noche” de Santiago de Compostela. Dos años después firmaba una página semanal y hacía entrevistas en “El Progreso” de Lugo. Dirigió el diario “Ya”, fundó el confidencial y la agencia “Off the record” (“OTR Press) y en los últimos tiempos ha sido columnista de “La Vanguardia y “La Voz de Galicia”.
En televisión, fue director de varios programas en TVE, así como director de relaciones externas de la cadena pública. También ha presentado los espacios informativos de Telecinco y Antena 3 y colaboró como contertulio en varios programas de debate.
Autor de diversos libros entre los que destacan “El termómetro de la vida”, “Puedo prometer y prometo”, “Juan Carlos I”, “Qué nos ha pasado, España”.
En 2020 recibió su tercer Premio Ondas, en este caso a la trayectoria o mejor labor profesional. El jurado reconoció "su fecunda carrera en la radio, tanto en su faceta directiva como ante el micrófono, desarrollada en las principales cadenas". "Fue pionero de la incorporación de los espacios de opinión en la radio, y sigue todavía hoy aportando una mirada ponderada sobre la actualidad", destacó.
A lo largo de su trayectoria también ha recibido otros galardones, como el Premio Godó, varias Antenas de Oro y Micrófonos de Oro, aunque él presume de otros reconocimientos: por ejemplo, la Medalla Castelao de Galicia o los nombramientos como Hijo Predilecto de Pol, o Hijo Adoptivo de Lalín y de la Provincia de León.