La Biblioteca Humana que no permite que se juzgue a las personas por su portada

A día de hoy, la tecnología prima por encima de todo, y muchas relaciones sociales se han reducido a relaciones digitales en las que se elige cuidadosamente y bajo un filtro muchas veces estereotipado con quién hablar. Para que las personas pudieran relacionarse con quien tiene poco o nada en común, se creó la Biblioteca Humana. Se trata de una iniciativa danesa diseñada para construir un "contexto positivo para el diálogo" y que lleva funcionando desde el año 2000, ya en más de 80 países. 

No juzgues un libro por su portada

Bajo el pretexto de "no juzgar un libro por su portada", pretenden hacerse eco de la diversidad humana. Por ello, los "libros" que pueden alquilarse proceden de minorías o colectivos oprimidos como personas refugiadas, sin hogar, con problemas de salud mental, con diversidad funcional, transexuales... Lo califican como un "espacio seguro" donde se puede preguntar sin reparo, pero también sin juzgar, a estos libros abiertos que, al fin y al cabo, son personas. 

"Cumplimos nuestros objetivos creando una sala de diálogo especial donde los temas tabú se pueden discutir abiertamente y sin condena. Un lugar donde las personas que de otro modo nunca hablarían encuentran un espacio para conversar", afirman desde la página web. Por este motivo, las "citas" se configuran de manera que el "libro" esté lo más distanciado posible del "lector". Por ejemplo una feminista con una musulmana que lleva hijab o un activista negro antirracista con un votante de Trump. 

El creador, Ronni Abergel, declaró que "tenía la teoría de que podía funcionar, porque la biblioteca es uno de los pocos lugares en nuestra comunidad donde todos son bienvenidos, ya sea rico o pobre, sin hogar o viviendo en un castillo, profesor o analfabeto". "Es verdaderamente la institución más inclusiva de nuestro tiempo", afirma. 

"Poseo poco y debo mucho más"

Uno de los "libros abiertos" cuenta: "Vivo en la calle. Vivo día a día y no tengo un techo sobre mi cabeza. No tengo baño al que ir o cocina donde hacer café. Poseo muy poco y debo mucho más y soy sin-techo". 

Desde la organización explican que tienen a personas sin hogar porque es un grupo muy expuesto al abuso verbal y crímenes de odio. También aseguran que son víctimas de estereotipos y prejuicios como que están en la calle debido al alcohol o las drogas y quieren ofrecer la oportunidad de que se pregunte por qué ha llegado a esa situación. 

También para trabajar con estudiantes

Este proyecto ha sido utilizado, además, por el sector educativo. La Universidad de Glasgow, por ejemplo, invitó a sus estudiantes de medicina a convertirse en "lectores" y así aprender a no juzgar para su futuro trabajo. La Dra. Lynsay Crawford comentó que pretendía promover esta idea para todos los graduados en medicina cada curso.

Además, explicó que los estudiantes de medicina "deben tener una amplia base de conocimientos que se puede aprender de los libros tradicionales", pero para ser verdaderos médicos, deben desarrollar otras habilidades, "y qué mejor manera de lograrlo que a través de interacciones y conexiones con las personas y su experiencia vivida: los libros humanos".

¿Cómo funciona?

La organización planifica actividades presenciales y online por todo el mundo. Los "libros" son voluntarios que tienen algo que contar. Así como los bibliotecarios -también voluntarios-, que se encargan de emparejar a dos personas que hablen el mismo idioma y se les permite conversar durante 30 minutos.

Su creador explicaba: "Queremos que el libro vuelva a tiempo, lo necesitamos en las mismas condiciones, no puedes llevártelo a casa". De esta forma, pretenden mantener la seguridad de las personas que se ofrecen a responder preguntas, por muy incómodas que resulten, y a hacerlo de forma honesta, para intentar lograr el fin último de esta asociación: acabar con los prejuicios.