Sociedad

Los biomarcadores que preceden al alzhéimer con precisión antes de los primeros síntomas

Juan María León

Foto: Big Stock

Sábado 2 de diciembre de 2023

7 minutos

Han supuesto un cambio de paradigma en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad

Los biomarcadores que preceden al alzhéimer con precisión antes de los primeros síntomas
Juan María León

Foto: Big Stock

Sábado 2 de diciembre de 2023

7 minutos

La principal causa neurológica de deterioro cognitivo y dependencia (demencia) es la enfermedad de Alzheimer. Los signos de esta enfermedad empiezan a aparecer veinte años antes de los primeros síntomas y del deterioro cognitivo.

Hace unos años se pensaba que el diagnóstico que confirmara el alzhéimer solo se podía realizar con la autopsia, después de que el paciente haya fallecido. Sin embargo, en un 17% de los casos de alzhéimer diagnosticados mediante criterios clínicos se presentaron otras enfermedades tras la autopsia. Por el contrario, en la actualidad se han introducido biomarcadores permiten un diagnóstico de precisión de la enfermedad de Alzheimer, incluso en los principios estadios de la enfermedad en los que el deterioro cognitivo es leve.

El doctor Alberto Lleó, neurólogo y el director del Servicio de Neurología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau en Barcelona, “estos biomarcadores detectan los signos biológicos en fases iniciales de la enfermedad”. Además, el doctor Pablo Martínez Lage, otro neurólogo y director científico de la Fundación CITA-Alzheimer de San Sebastián, añade que “la principal aportación de los biomarcadores es que nos permiten hacer un diagnóstico certero de la enfermedad y dar la posibilidad de hacer un diagnóstico a tiempo”.

 

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En España se utilizan dos tipos de biomarcadores en la práctica clínica habitual. Estos biomarcadores son: los que utilicen tecnología de imagen PET (tomografía por emisión de positrones) y los biomarcadores bioquímicos. Con los PET se puede identificar, en directo, los depósitos de unas proteínas llamadas β-amiloide y tau en el cerebro, que son los que definen la presencia de la enfermedad de Alzheimer. Por otra parte, los biomarcadores bioquímicos, que se obtienen a través de la punción lumbar utilizan una muestra de líquido cefalorraquídeo para el análisis de las proteínas β amiloide, tau y tau fosforilada. Si los niveles de esta proteína β son bajos y los de tau fosforilada son altos se puede confirmar el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer. No obstante, solo el PET de amiloide está aprobado en España para el uso clínico.

Sin embargo, no todos los centros españoles cuentan con estas técnicas de detección. El acceso de los profesionales sanitarios, y de los usuarios, a la realización de un diagnóstico de la enfermedad es bastante limitado y, además, desigual en las diferentes comunidades autónomas. En palabras del Dr. Pascual Sánchez, neurólogo y director científico de Fundación Cien (Centro de Investigaciones Enfermedades Neurológicas), “el PET precisa de un nivel de tecnología que no está al alcance de todos, por lo que no hay una distribución homogénea de la disponibilidad”. Por otra parte, el Dr. Martínez Lage señala una dificultad logística: “tampoco los radiofármacos necesarios para estas pruebas pueden llegar a todas las comunidades autónomas desde los centros de producción”.

Un diagnóstico preciso y oportuno de la enfermedad de Alzheimer ayudaría a facilitar el acceso a la asistencia y tratamiento adecuados, al tiempo que capacitaría a los pacientes y a sus cuidadores para planificar acciones necesarias. “Los biomarcadores permiten hacer un diagnóstico preciso en personas con un deterioro cognitivo leve que conservan un nivel funcional adecuado que les permite aún llevar una vida independiente. Su detección temprana hace posible que la persona pueda tomar decisiones en un momento en el que todavía está capacitada como, por ejemplo, sobre quién quiere que le cuide, hacer un documento de voluntades anticipadas o poner sus papeles en regla. También, desde el punto de vista terapéutico y preventivo, puede hacer frente a factores de riesgo que pueden hacer que su enfermedad evolucione más rápido o incluso potenciar estilos de vida saludables, como mejorar su alimentación o hacer más ejercicio físico. Además, la comunicación de un diagnóstico certero y a tiempo disminuye los niveles de ansiedad y depresión tanto en la persona afectada como en su entorno”, explica el Dr. Martínez Lage.

En este sentido, los biomarcadores han supuesto un cambio de paradigma en el diagnóstico y seguimiento de la persona con enfermedad de Alzheimer, evitando a la vez falsos diagnósticos y permitiendo un abordaje terapéutico apropiado.

Nuevas técnicas en la investigación clínica

Asimismo, desde la investigación clínica, se están llevando a cabo distintos estudios en España para ampliar la cartera de biomarcadores y solventar estas limitaciones de los actuales, permitiendo que sean más ampliamente utilizables. El Dr. Pascual Sánchez destaca que “estamos trabajando fundamentalmente con marcadores de plasma para que, a través de un análisis de sangre, se puedan detectar las distintas proteínas que indicarían que esa persona padece la enfermedad de Alzheimer”.

Por su parte, el Dr. Alberto Lleó añade que “se prevé que en un futuro próximo se puedan implementar los biomarcadores en sangre en la rutina clínica para el diagnóstico de la enfermedad, esto facilitará mucho y disminuirá las necesidades técnicas y los costes asociados al diagnóstico precoz”.

Por último, el Dr. Pablo Martínez-Lage comparte la idea de que “los biomarcadores en sangre permitirán la identificación de personas en las que estará indicado llevar a cabo una punción lumbar o una PET y quizás puedan contribuir a mejorar la eficacia de la acción coordinada entre la Atención Primaria y la Especializada”.

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Juan María León

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