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La brecha digital es un fenómeno directamente relacionado con la evolución generacional de la sociedad. Es, por tanto, un aspecto que cobra su mayor dimensión en el segmento de las personas mayores, motivo por el que la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España - UDP, lo aborda de nuevo en 2021, a través de la consulta que se realiza mediante el Barómetro MayoresUDP.
El nuevo informe, realizado por Simple Lógica, ofrece una comparativa sobre la evolución de la brecha digital en el colectivo de personas mayores en 2017, 2019 y 2021, así como la identificación del perfil más habitual de las personas mayores internautas.
También pretende evidenciar las principales barreras y dificultades a las que se enfrentan a la hora de realizar gestiones y trámites vía telemática y los riesgos de exclusión del colectivo de las personas mayores de la sociedad digital en nuestro país. Todo ello enmarcado y teniendo en cuenta las desigualdades existentes en España y en el contexto de la pandemia de la Covid-19.
"Un informe cuyos resultados deben llevar a las Administraciones, a reflexionar sobre la necesidad de promover acciones informativas, formativas y de apoyo, para asegurar el bienestar, la calidad de vida y los derechos de las personas mayores", señala la asociación.
Los mayores que usan Internet siguen en aumento
Seis de cada diez personas mayores encuestadas por el Barómetro de MayoresUDP -el 59, 5%- afirman ser usuarias habituales de Internet, frente al 40,5% que aseguran no haber accedido nunca, reflejando así la dimensión actual de la brecha digital en este segmento de población.
La evolución de este porcentaje revela que la brecha digital va disminuyendo entre el colectivo de personas mayores: casi 14 puntos porcentuales con respecto a 2019 y casi 27 con respecto a 2017. Asimismo, los resultados del informe demuestran que el aumento del porcentaje de internautas en tiempos de pandemia se produce en gran medida por la proliferación de personas usuarias ocasionales.
La mejora en el porcentaje de personas usuarias de las nuevas tecnologías entre el colectivo de personas mayores de 65 años se debe no sólo a un crecimiento de usuarios/as sino también a una mera cuestión generacional: a medida que pasa el tiempo las nuevas generaciones ya usuarias de internet van cumpliendo 65 años y por tanto el porcentaje de usuarios/as en este segmento crece.
El perfil de la persona mayor usuaria de Internet
Así, el informe realizado por UDP en colaboración con el Instituto de Opinión Simple Lógica, esboza el perfil habitual de las personas internautas en el colectivo de personas mayores: formado por hombres (55,1%), quienes tienen de 65 a 74 años (55,7%), con alta capacidad de gasto (56,9%) y sobre todo, quienes tienen estudios universitarios (82,0%). Lo cual relaciona el uso de internet por parte de las personas mayores con el género masculino, los de menor edad y un mayor estatus socioeconómico.
La brecha digital durante la pandemia de la Covid-19
Para profundizar en los efectos del fenómeno de la brecha digital durante la pandemia, el nuevo informe del Barómetro de MayoresUDP incluye una pregunta sobre gestiones de diferente índole que no hubieran podido realizarse porque sólo se podían realizar a través de internet o en una máquina.
De esa manera, más de una cuarta parte de las personas mayores que no usan internet aseguran que no pudieron realizar alguna de las gestiones propuestas (27,1%), muchos de ellos señalando más de una. Concretamente, el 14,0% afirmaron que no pudieron realizar gestiones sanitarias o sociales, el 13,3% asegura que no pudieron obtener información por teléfono siguiendo instrucciones de una máquina, el 11,3% señalaron las gestiones administrativas y el 9,6% bancarias. Además, un 7,7% no pudieron realizar compras online.
Consultadas sobre lo que creen que deberían hacer las Administraciones, servicios públicos, bancos o empresas de servicios para facilitar realizar esas gestiones, el 64,6% de las personas mayores consultadas se decantan como principal solución por mantener algún tipo de asistencia presencial. Por su parte, el 38,7% reclaman establecer horarios específicos para grupos de personas mayores y el 12,1% mantener un servicio telefónico gratuito atendido por una persona real.
Enviar mensajes por WhatsApp, realizar gestiones bancarias, sanitarias o sociales, las actividades más habituales
Las personas mayores utilizan internet principalmente para intercambiar mensajes con familiares y amigos por WhatsApp o SMS (85,1%) y para informarse, leer la prensa, noticias… (80,8%). No obstante, las distintas actividades digitales disminuyen significativamente entre los segmentos más vulnerables: las personas de mayor edad, con menor nivel formativo y menor poder adquisitivo.
A estas dos actividades mayoritarias, les siguen otras realizadas también por más de la mitad de las personas usuarias: el 54,6% lo utilizan para realizar gestiones bancarias, el 52,0% para gestiones sanitarias o sociales y el 50,5% para comunicarse con imagen con familiares o amigos (Skype o similares). Por último, en menor medida -aunque con porcentajes reseñables de personas usuarias- también se usa internet entre las personas mayores para realizar gestiones administrativas (38,6%), para comprar (36,9%) y participar en redes sociales (34,3%).
El informe también refleja diferencias entre las personas usuarias habituales del ámbito rural y las grandes ciudades, registrándose en las grandes urbes un porcentaje (48,0%) significativamente superior al registrado en los pequeños municipios (33,6%). Destaca también, el porcentaje de quienes participan en redes sociales en las ciudades pequeñas (42,0%) que es significativamente superior al registrado en el ámbito rural (23,9%).
Hijos e Hijas, fundamentales en el apoyo de actividades digitales
Las actividades para las que más personas mayores usuarias han requerido ayuda son las videoconferencias por Skype o similar (22,2%), realizar compras online (21,4%), realizar gestiones bancarias (20,6%) y realizar gestiones administrativas (20,5%). También necesitaron ayuda el 15,7% de las personas mayores usuarias para informarse, leer prensa, documentos, noticias, etc.; el 14,0% para participar en redes sociales, el 13,5% para realizar gestiones sanitarias y el 10,7% para enviar y recibir mensajes por WhatsApp, SMS o similar.
En cuanto a la identificación de quienes realizaron esa ayuda, se observa claramente la importancia del papel de los hijos e hijas. Así en todos los casos el porcentaje mayoritario es el de quienes recurrieron a sus descendientes para realizar cada una de las gestiones, desde el 7,0% que recurrieron a los hijos/as para enviar o recibir mensajes al 16,6% para realizar videoconferencias.
¿Quién se queda fuera del ámbito digital?
Casi tres de cada diez personas mayores que no usan internet, aseguran que no han podido hacer alguna gestión cotidiana porque sólo se podía hacer a través de internet o en una máquina (27,1%). Este porcentaje llega a ser el 58,9% entre quienes tienen una capacidad de gasto insuficiente.
Así, el mayor porcentaje de personas mayores no usuarias se registra entre las mujeres (49,5%), quienes tienen más de 75 años (55,4%), quienes viven solos/as (55,3%), y quienes tienen un menor nivel formativo (61,5%).
En cuanto al principal motivo por el que las personas mayores no utilizan internet tiene que ver con la ausencia de interés y de conocimientos para hacerlo (61,4%). A este le siguen otros relacionados con la tenencia de dispositivos: no disponer de ordenador / tablet (47,0%) o móvil con acceso a internet (33,7%).
Alerta social por la consideración de actividades poco accesibles:
A la cuarta parte de las personas mayores usuarias de internet les resulta complicado realizar gestiones de administración (26,4%), identificándose como la actividad que resulta más complicada realizar. Le siguen las gestiones sanitarias o sociales (15,8% de porcentaje agregado), realizar gestiones bancarias (14,1%) y realizar compras (13,2%). En ese sentido, los resultados del informe reflejan el aumento de la dificultad en los últimos dos años: en las gestiones administrativas el porcentaje aumenta del 21,4% al 26,4%, superando incluso el 25,1% de 2017, y en cuanto a la dificultad de las gestiones bancarias el porcentaje llega al 14,1%, mientras que en 2019 fue el 7,2% y en 2017 el 11,1%.
La importancia de algunas de esas actividades supone una clara alerta social, por la consideración de poco accesibles
Tomando como punto de partida el nuevo informe publicado por el Barómetro MayoresUDP y ante un escenario que inevitablemente apuesta por lo digital frente a lo presencial, desde la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España -UDP demandamos más recursos enfocados a la formación digital para que todas las personas puedan acceder sin restricciones al derecho a la información, con especial atención en reducir la brecha de género, acusada también en los entornos digitales. De ello depende acabar con muchas de las situaciones de soledad no deseada y de aislamiento social mientras la pandemia de la Covid-19 no permita totalmente escenarios de ayuda presencial.
La autonomía personal también es un derecho en el mundo digital; no obstante comprobamos que este “mundo paralelo” o virtual dista mucho de facilitar esa autonomía personal a la que tenemos derecho.
La brecha digital entre muchas personas del colectivo de mayores, así como el que no siempre se respeten los estándares de accesibilidad y usabilidad de los recursos tecnológicos, impide en numerosas ocasiones el acceso a algo tan sencillo para otras personas como pedir una cita online con el médico, entre otros trámites, sin tener que pedir ayudas a terceros.
Dado que muchas personas mayores, con el paso de los años, vemos limitada alguna de nuestras capacidades físicas o sensoriales, exigimos que todas las aplicaciones para teléfonos móviles así como los recursos existentes en la WEB para hacer uso de servicios dirigidos a la ciudadanía, cumplan sin excepción desde un inicio con las pautas de accesibilidad para personas con discapacidad.
No deja de ser llamativo que la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares que elabora el Instituo Nacional de Estadística- INE sólo cubre la población menor de 75 años, claro caso de discriminación por ausencia de investigación.
Por otro lado, los recortes de horarios de atención directa y el cierre de oficinas bancarias están afectando directamente a las principales usuarias de estos servicios: las personas mayores. Así, cada vez que se reduce o se prescinde de una prestación presencial sin ningún tipo de transición o formación, una parte del colectivo de las personas mayores, que todavía no utilizan con soltura las tecnologías o que se han acostumbrado a una determinada forma de proceder, sale perjudicada y pasa a ser “cliente de segunda”. Estos recortes terminan siendo, al final, otra forma de discriminación por edad (Edadismo).
Asimismo reclamamos la modificación de la obligatoriedad de relacionarse telemáticamente con las Administraciones Públicas establecida con la entrada en vigor de la actual Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas, para las asociaciones de personas mayores y aquellas asociaciones que puedan encontrarse en igual situación de vulnerabilidad. Permitir para estas la elección del medio de relación, tal y como establece la Ley para las personas físicas, sería una forma de garantizar ese derecho a quienes más lo necesitan.
En ningún caso se puede cercenar un derecho fundamental (el de relacionarnos la sociedad con la administración) pensando en la innovación, si su obligatoriedad y exclusividad excluye a colectivos con menos capacitación o recursos.
Por último, incidimos en que la brecha digital, que no sólo es resultado de la falta de capacidades de determinados colectivos (especialmente de personas mayores) para manejar los dispositivos y herramientas digitales, sino también la inexistencia o falta de cobertura de banda ancha en numerosos emplazamientos (especialmente en el ámbito rural), y el coste elevado de la conectividad, especialmente para pensiones y rentas bajas. Por ello, urge garantizar el acceso correcto a internet en el medio rural.
Para UDP el acceso de las personas mayores a la Sociedad de la Información, con todas las ventajas y oportunidades que esto supone, es una absoluta prioridad.
La Sociedad de la Información ha de ser una sociedad inclusiva y amigable, propiciando el acceso a su mundo de servicios y oportunidades a todas las personas sin distinción. Acceder es un derecho, no lo olvidemos.
Informe completo: https://www.mayoresudp.org/wp-content/uploads/2021/07/54461ISAS01-Baro%CC%81metro-Mayores-2021_I.pdf