¿Es bueno tomar leche, yogur y otros lácteos a partir de los 50 años?

Los años van pasando y nuestro cuerpo se va volviendo cada vez más vulnerable a sufrir distintas enfermedades. Es por eso por lo que seguir una buena alimentación es clave para disminuir riesgos y fortalecer nuestra salud.

El envejecimiento aumenta el riesgo de sufrir diabetes, enfermedades cardiovasculares y osteoporosis. Esta última es la causa de casi 9 millones de fracturas de huesos a nivel mundial.

En la edad adulta es importante mantener el consumo de diferentes lácteos como leche, yogur, y otro tipo de productos que nos brindan nutrientes básicos como el calcio. La nutricionista Lourdes de la Bastida López, del Hospital Quirónsalud Córdoba, que precisamente celebra ahora su quinto aniversario –abrió sus puertas en septiembre de 2018–, nos indica que “el consumo de lácteos favorece un envejecimiento saludable y tiene grandes beneficios sobre la salud ósea”.

Por otro lado, se estima que, en personas mayores de 50 años, una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres sufren de alguna fractura por la osteoporosis, una enfermedad que provoca el deterioro de los huesos. Es por eso por lo que la nutricionista de Quirónsalud Córdoba insiste en que “es preciso modificar el estilo de vida, consumir una dieta mediterránea y realizar una actividad física regular”.

¿Cómo consumir lácteos a partir de los 50?

La duda frecuente sobre el consumo de lácteos en personas mayores de 50 años suele ser a la cantidad recomendada. Lourdes de la Bastida López nos aconseja consumir entre dos y tres lácteos al día, siguiendo las indicaciones de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética. También es preferible el consumo de lácteos enteros para evitar la pérdida de nutrientes que contiene la grasa de estos productos.

Un producto lácteo que tiene un gran efecto positivo en la microbiota es el yogur. Sobre esto, la nutricionista de Quirónsalud Córdoba refiere que “los yogures, sobre todo naturales y sin azúcares añadidos, aportan un mayor beneficio sobre la microbiota debido al tipo de bacterias que contienen”.

Es importante tener en cuenta que algunas personas que no pueden consumir lácteos por diferentes motivos. Existen otros alimentos que te pueden proporcionar los mismos nutrientes. Por ejemplo, los frutos secos y las legumbres contienen proteínas y minerales como el calcio, fósforo, magnesio y potasio. Por otro lado, el huevo y el pescado azul te proporcionan vitamina D.