Todavía quedan unos meses de invierno, pero la cantidad de luz diaria continúa aumentando cada día, lo que supone que queda menos para que se produzca el cambio de horario. En España, cambiar la hora en primavera y otoño es una costumbre que ya existía antes de la Unión Europea. Pero, ¿cuándo tendrá lugar el próximo? ¿Se retrasa o se adelanta el reloj una hora?
El horario de verano empieza el último domingo de marzo y acaba el último domingo de octubre. Este 2024, la fecha del cambio será la madrugada del 31 de marzo. Con esta medida se deja atrás el invierno y se da la bienvenida a la primavera, aunque el equinoccio de primavera es el 20 de marzo.
Con el cambio de hora se cumple con la Directiva Europea 2000/84/CE que sigue afectando, sin excepción, a todos los estados miembros de la Unión Europea. Por tanto, el cambio es obligatorio y siempre se produce en las mismas fechas en el conjunto de la UE, de modo que no existe la posibilidad de que un Estado miembro no aplique este cambio de hora.
En el cambio de hora de verano se adelanta el reloj una hora con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar por la tarde. Habrá que adelantar el reloj de las 02:00 a las 03:00 de la mañana, y en consecuencia, dormir una hora menos.
¿Cuándo se produjo el primer cambio de hora?
Este hábito se remonta a la década de los 70, con la primera crisis del petróleo. Sin embargo, el Imperio Alemán fue el primero en cambiar sus relojes durante la Primera Guerra Mundial, para ahorrar luz natural y como consecuencia combustible. Esta idea de aprovechar las horas de sol se le atribuye a Benjamin Franklin.
Tras su visita a París en 1784, Franklin llegó a creer que se desperdiciaba mucha luz del sol durante el día. Por lo que, publicó un artículo en el Journal de París en el que explicaba cómo los parisinos podrían ahorrar velas adaptando sus costumbres a las horas de luz. Sin embargo, esta propuesta no fue inmediata aunque sí fue el germen para lo que vendría después.
En España, el primer cambio de hora se produjo en 1918 y cabe destacar que entre los años 1920 y 1925 ni entre 1930 y 1936 se produjo el cambio de hora. El Gobierno de Franco retomó en 1940 esta medida para que España tuviera el mismo horario que la Alemania nazi y los países de Europa Central.
El horario de verano resucitó en España y en el resto de Europa en los años 70 por la crisis del petróleo y sigue vigente en la actualidad.
¿Será el último cambio de hora en España?
Según el BOE, España mantendrá el horario de verano con sus correspondientes cambios hasta mínimo 2026, por lo que aún no se sabe cuándo será el último cambio de hora. En Europa aún no hay consenso para tomar esta medida.
Nueva propuesta de la UE
La Comisión Europea presentó en 2018 una propuesta para suprimir el cambio de hora que tiene lugar dos veces al año. Sin embargo, todavía no se ha adoptado ninguna decisión definitiva sobre este asunto y no se ha establecido ningún plazo para tomar dicha decisión. Por lo que, sigue vigente el sistema actual, que prolonga las horas diurnas en verano mediante cambios de una hora en el reloj.
¿Se ahorra energía con el cambio de hora?
Según estimaciones oficiales del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), el potencial de ahorro en iluminación podría alcanzar en torno a 300 millones de euros, el equivalente al 5 por ciento del total. De esa cantidad, 90 millones corresponde al potencial de los hogares españoles, lo que supone un ahorro de 6 euros por hogar y 210 millones restantes se ahorrarían en los edificios del terciario y en la industria.
Sin embargo, fuentes del IDAE han informado a Europa Press que realmente no existen en España informes actualizados que permitan asegurar que el cambio de hora lleve asociados ahorros energéticos, ya que el último estudio es de 2015.
En esa línea, estas fuentes recuerdan que el cambio de hora se aprobó en una época distinta a la actual con hábitos de vida que podrían afectar en mayor medida al consumo energético.
Además, apunta que ahora habría que tener en cuenta otra realidad que es el hecho de que las jornadas de trabajo han cambiado y el teletrabajo se ha ido extendiendo, lo que hace que las rutinas de los ciudadanos ya no coincidan tanto como antes en el mismo espacio-tiempo.
