En abril, los campos de amapolas se llenan de un rojo intenso y su belleza les convierte en un auténtico regalo para la vista. Por ello, estos últimos días, una plantación privada ubicada en Alcalá de Guadaira (Sevilla) se ha llenado de sevillanos de los alrededores que tenían la intención, en su mayoría, de conseguir la foto más espectacular y subirla en redes sociales. Sin embargo, a los propietarios del terreno no les ha hecho ninguna gracia, ya que la supervivencia del campo está siendo amenazada. Esto ha provocado que, tanto las fotos de los usuarios como las imágenes aéreas de la plantación destrozada por ellos, se hayan hecho virales en redes sociales.
“Campo de amapolas sulfatado”, reza un cartel colocado en uno de los postes a la entrada a la plantación. Sin embargo, a pesar de esta advertencia, los visitantes no se conforman con contemplar el paisaje desde fuera y deciden entrar en la finca para inmortalizar la belleza de las amapolas desde muy cerca.
La agricultora del campo, Susana SJ, ha denunciado por Facebook la situación. En ella, asegura que "el campo de amapolas ha sido sembrado, igual que más variedad de hierba que tiene que salir, la cual no sale por falta de lluvia y por el pisoteo de la gente” ya que las personas han formado caminos y senderos que antes no estaban.
La agricultora continúa expresando su indignación y dice claramente que “no se puede entrar”. Finalmente, termina su comunicado con un irónico “muchas gracias por el destrozo realizado”.
La agrupación Andaluza de Meteorología (@Andalmet) se ha hecho eco de esta noticia y ha alertado a la población que el daño que están causando amenaza la supervivencia de la plantación.
En la publicación de instagram, Andalment advierte que, durante estos días, se han llegado a formar colas de gente para entrar en la plantación. Igualmente, confirman que, tras ponerse en contacto con la dueña, se trata de “una siembra en terreno privado" que "está siendo pisoteado" y “que está recién sulfatado y es peligroso para niños”. Finalmente, recuerdan que debemos ser respetuosos con la naturaleza y, sobre todo, con “lo que no es nuestro”.