La secretaria de Salud Pública de la Generalitat de Cataluña, Carmen Cabezas, ha explicado este miércoles que un total de 69.129 dosis –en 9.103 viales– de la vacuna contra el coronavirus se han caducado en Cataluña, lo que representa un 0,6% del total de dosis administradas desde el inicio de la campaña de vacunación.
Lo ha dicho en rueda de prensa en la que ha subrayado la complejidad de esta campaña, sobre todo tras abrir la vacunación sin cita previa en la que el ajuste de la oferta y la demanda es "más difícil" porque se desconoce cuántas personas acudirán para recibir el pinchazo, aunque añadía que lo que no hubiesen permitido es que alguien llegase y no tuviese a su disposición una dosis.
Las dosis se descongelan en función de la previsión de vacunas que tengan que administrar en las siguientes semanas, pero, como ya explicó la secretaria la semana pasada, el departamento preveía un aumento de las inoculaciones en septiembre que no se ha producido.
De hecho, el conseller de Salud, Josep Maria Argimon, avanzó a finales de agosto que la voluntad del departamento era administrar dos millones de dosis en septiembre tras una bajada de las inoculaciones en agosto, y Cabezas ha lamentado que el ritmo de vacunación incluso fue "más alto" en el mes anterior.
Sin embargo, las dosis caducadas –que son tanto de Pfizer, Moderna como de Janssen– se encuentran almacenadas en las neveras con la idea de que "se puedan utilizar" más adelante, un objetivo que Cabezas ha ejemplificado con la vacuna de Pfizer, que inicialmente se podía utilizar solamente cinco días después de su descongelación y actualmente se puede administrar hasta los 30 días una vez fuera del congelador.
La secretaria ha defendido que no se caducarán más dosis, ha aclarado que no es una situación única de Cataluña y ha concretado que países como Francia, EEUU, Polonia y Alemania han vivido "situaciones similares" y también han perdido dosis.
