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Científicos del Instituto Francis Crick, en Reino Unido, han identificado un grupo de células madre latentes que responden a las lesiones en el sistema nervioso central de los ratones.
Si existe un tipo de células similar en los humanos, podrían ofrecer un nuevo enfoque terapéutico para tratar las lesiones cerebrales y de la médula espinal, confían los investigadores que publican el estudio en la revista 'Developmental Cell'.
Tras una enfermedad o lesión, las células madre ayudan a reparar el daño sustituyendo las células que han muerto. En algunos órganos, como la piel y el intestino, estas células madre están constantemente activas, mientras que en otros, las llamadas "células madre latentes" esperan a que se produzca un daño para entrar en acción.
En su estudio, los investigadores han identificado un grupo de células madre latentes en el sistema nervioso central de los ratones. Éstas forman parte de las células ependimarias que recubren las paredes de los compartimentos del cerebro y la médula espinal que contienen líquido cefalorraquídeo.
Las células se identificaron por casualidad cuando el equipo utilizó una herramienta de fluorescencia para buscar células inmunitarias llamadas dendríticas en el cerebro. Se descubrió que las células ependimarias que la herramienta identificó surgían de células progenitoras embrionarias que compartían una misma proteína que las células dendríticas en su superficie, lo que las reveló a los científicos.
En colaboración con colegas neurocientíficos del Instituto Francis Crick y con biólogos del desarrollo del Instituto de Medicina Molecular de Lisboa, descubrieron que, en ratones sanos, estas células permanecen inmóviles y agitan pequeños pelos en su superficie para ayudar al flujo del líquido cefalorraquídeo.
Sin embargo, en las médulas espinales de los ratones lesionados, estas células respondían dividiéndose, migrando hacia la zona dañada y diferenciándose en astrocitos, uno de los principales tipos de células del sistema nervioso.
El equipo también examinó estas células en detalle en el laboratorio y descubrió que mostraban características clave del comportamiento de las células madre. Se dividieron de forma continua durante un largo periodo de tiempo y también fueron capaces de diferenciarse en los tres tipos celulares principales del sistema nervioso central: neuronas, astrocitos y oligodendrocitos.
La clave: repararse después de una lesión
Bruno Frederico, coautor y becario de formación postdoctoral en el laboratorio de Inmunobiología del Crick, afirma que, "aunque no sabemos si estas células existen en los seres humanos, si lo hacen, sería interesante ver si también se convierten por defecto en astrocitos en lugar de neuronas en respuesta a los daños. Esto podría ayudar a explicar por qué el sistema nervioso central de los mamíferos no tiene una gran capacidad para repararse a sí mismo después de una lesión".
"Si pudiéramos encontrar una forma de superar las barreras que impiden la diferenciación en neuronas y oligodendrocitos tras una lesión medular, podría presentar una nueva vía de terapias para tratar las lesiones medulares", añaden.
Los investigadores sugieren que liberar el potencial de estas células podría ayudar al organismo a producir nuevas neuronas, responsables de recibir y enviar señales clave para el movimiento, tras una lesión medular.
Caetano Reis e Sousa, coautor y jefe de grupo principal en el Crick, recuerda que "había incertidumbre sobre si las células ependimarias pueden tener capacidades de células madre neurales, pero este estudio subraya su potencial".
"Esperamos que el estudio de estas células ayude a construir una imagen más completa del papel que desempeñan los distintos tipos de células madre en la reparación de daños, lo que podría tener importantes implicaciones para la medicina regenerativa", concluye.