65ymás
Un grupo de estudiantes suizos han batido el récord mundial de aceleración con su coche de carreras eléctrico construido a mano. El vehículo aceleró de 0 a 100 km/h en 0,956 segundos y recorrió 12,3 metros.
Esto supera en más de un tercio el anterior récord mundial de 1,461 segundos, establecido en septiembre de 2022 por un equipo de la Universidad de Stuttgart.
Los miembros del Academic Motorsports Club Zurich (AMZ) -estudiantes de ETH Zurich y de la Universidad de Ciencias Aplicadas y Artes de Lucerna- lograron su proeza construyendo un prototipo denominado Mythen, que pusieron a prueba en el Parque de Innovación de Suiza en Duebendorf, con la miembro del equipo Kate Maggetti al volante.
Todos los componentes de Myten, desde las placas de circuito impreso (PCB) hasta el chasis y la batería, fueron desarrollados por los propios estudiantes y optimizados para su función. Gracias al uso de un ligero panal de carbono y aluminio, el coche de carreras pesa solo unos 140 kilos. Los motores de cubo de cuatro ruedas desarrollados por los propios estudiantes y un sistema de propulsión especial confieren al vehículo su impresionante potencia de 240 kilovatios, o alrededor de 326 CV.
"Pero la potencia no es lo único que importa cuando se trata de establecer un récord de aceleración: transferir efectivamente esa potencia al suelo también es clave", dice Dario Messerli, jefe de aerodinámica de AMZ. Los coches de Fórmula Uno convencionales resuelven esto mediante la aerodinámica: un alerón trasero o delantero empuja el coche al suelo. Sin embargo, este efecto solo entra en juego cuando el coche ha alcanzado una determinada velocidad. Para garantizar una buena tracción desde el principio, el equipo AMZ ha desarrollado una especie de aspirador que mantiene el vehículo pegado al suelo mediante succión.
El equipo AMZ ya había establecido dos veces el récord mundial de aceleración para coches eléctricos: en 2014 y nuevamente en 2016. En los años siguientes, su récord lo batió un equipo de la Universidad de Stuttgart. Ahora el récord mundial vuelve a estar en manos suizas y los estudiantes de la ETH Zurich confían en no volver a perderlo pronto, informa este centro en un comunicado.