Chandro Tomar es de la India, tiene 89 años y es considerada la francotiradora profesional de mayor edad a nivel mundial. La primera vez que sostuvo un arma tenía más de 65 años. Desde entonces, ha ganado decenas de medallas, ha sido mentora y entrenadora de jóvenes y se ha convertido en un icono feminista en su país.
Chandro Tomar o ‘Shooter Dadi’ (abuela tiradora) como la han apodado en su país, nació en 1931 en Johri, una pequeña aldea del estado de Uttar Pradesh, India. En una entrevista para ‘The New York Times’, la francotiradora cuenta que viene de una enorme familia de agricultores. Igualmente, asegura que nunca asistió a la escuela y que se casó a los 15 años, algo habitual en la sociedad india tradicional: la pobreza y la dificultad de acceder a la educación para las niñas las lleva a contraer matrimonio muy jóvenes para hacerse cargo de toda la familia.
Así le ocurrió a Tomar, que desde pequeña había trabajado en casa junto a su madre y, desde que se casó, dedicó los siguientes 50 años a criar a su familia.
Pero, hace algo más de 20 años, su vida dio un giro de 180 grados. En 1999, la aldea de Johri inauguró su primer campo de tiro y los fundadores organizaron una competencia. Tomar decidió acompañar al campeonato a su nieta Shefali, que entonces tenía 12 años. Eran las únicas mujeres que asistieron.
Al ver que a su nieta, nerviosa, le costaba disparar, Tomar cogió el arma, apretó el gatillo y, para su sorpresa, dio en el blanco. Lo volvió a hacer y, de nuevo, atinó en el centro.
La extraordinaria puntería de la abuela animó a Shefali a disparar. A día de hoy, a sus 34 años, también es una reconocida francotiradora, al igual que la cuñada de Tomar, Prakashi Tomar.
Pero no todo fue un camino de rosas. Tomar tuvo que soportar las risas del resto de participantes –hombres– de las competiciones por ver que su rival era una mujer de avanzada edad. Eso sí, después de ver su destreza, no les quedó otra que cambiar las burlas por aplausos.
Igualmente, cuando se hicieron públicas sus victorias y las de su nieta, la francotiradora tuvo que luchar contra su familia. Su esposo y cuñados eran los que más estaban en contra. Ellos, avergonzados, pensaban en lo qué dirían los demás al ver a una mujer mayor disparando un arma. También argumentaban que lo que debía hacer era cuidar de sus nietos, por lo que le prohibieron asistir al campo de tiro. Pero ya era demasiado tarde para ella: nada podía separarla de su pasión.
Entonces, ‘Shooter Dadi’ comenzó a llamar a cada casa de Johri para convencer a los padres de que sus hijas se apuntaran al campo de tiro. Actualmente, casi 30 tiradoras del pueblo compiten a nivel nacional, aunque continúa siendo difícil compaginarlo con el matrimonio y las familias de las jóvenes indias.
En toda su trayectoria, Tomar ha ganado decenas de medallas y, en la actualidad, participa en charlas por todo el país para defender los derechos de las mujeres. Incluso, su historia despertó el interés de los cineastas de Bollywood y existe una película llamada Saandh Ki Ankh (en el blanco), sobre su vida y la de su cuñada, Prakashi Tomar.