En España existen ya 200 pueblos y ciudades que pertenecen a la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, un proyecto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado a crear entornos y servicios que promuevan y faciliten un envejecimiento activo y saludable. Desde 2011 el Imserso (@Imserso) es el encargado de promover esta estrategia de adaptación del entorno a los mayores entre los ayuntamientos. En una comunidad amigable con el envejecimiento, las políticas, los servicios y las estructuras relacionadas con el entorno físico y social de la ciudad se diseñan y reorganizan para apoyar y permitir a las personas mayores vivir dignamente, disfrutar de una buena salud y continuar participando en la sociedad de manera plena y activa. Hablamos con David Roa (@DavidArbeteta), experto en salud y bienestar para analizar el estado de "amigabilidad" de nuestras ciudades. En su experiencia profesional destaca la gestión y dirección de diferentes centros sanitarios y de mayores.
PREGUNTA: ¿Están preparadas las ciudades españolas para el reto del envejecimiento?
RESPUESTA: Claramente, no. Hemos avanzado mucho en los últimos años pero nuestras ciudades se están adaptando de forma muy lenta al envejecimiento poblacional tan acusado que estamos experimentando y sólo lo hacen bajo demanda, es decir, la masa de población mayor es ya tan grande que sólo modificamos nuestras ciudades ante sus necesidades más urgentes. No estamos innovando de manera proactiva y sobre todo lo hacemos sin contar con la opinión de los adultos mayores. La reciente crisis económica paralizó de manera sustancial las inversiones necesarias para materializar estos cambios. Sí tengo que destacar a Pescueza, pequeño municipio extremeño, que literalmente se ha convertido en un pueblo-residencia donde todo está adaptado a los mayores que viven allí. Este proyecto es realmente innovador en España.
Imagen de Pescueza
P.- ¿Qué otros ejemplos funcionan como referentes?
R.- Más de 40 países cuentan con alguna de sus ciudades en la Red Mundial de ciudades amigables con los mayores, una cifra que no deja de incrementarse de manera exponencial año tras año. Dos referentes internacionales en mi opinión son Japón y Holanda. El país europeo tiene una partida presupuestaria anual destinada a detectar la soledad de los mayores en sus domicilios, a la par que han creado villas enteras para personas con demencia, donde fomentan su independencia de manera segura y sin riesgos. Japón sigue ostentado el título de país con mayor esperanza de vida (España se lo arrebatará en el año 2040 si se cumplen las previsiones) y esto hace que en muchas de sus ciudades existan redes de voluntarios para apoyar a los mayores e incluso espacios orientados únicamente a cubrir sus necesidades.
"La masa de población mayor es ya tan grande que sólo modificamos nuestras ciudades ante sus necesidades más urgentes"
P.- ¿Qué requisitos hay que cumplir para formar parte de la Red de Ciudades amigables? ¿Cómo se mide la evolución de cada consistorio en esta materia?
R.- Sólo son necesarios dos requisitos. El primero es una carta firmada por el alcalde del municipio y su corporación en la que se comprometan a llevar a cabo el sencillo protocolo necesario para pertenecer a esta Red internacional. El segundo requisito es un compromiso claro en evaluar y mejorar de forma continua la adaptación de la ciudad a las personas de avanzada edad. No existe en este momento una medición clara e internacional que nos aporte información real sobre la adaptación de nuestras ciudades a las personas mayores. A pesar del fuerte envejecimiento social que está ocurriendo en nuestro país y en las sociedades más avanzadas, este hecho está siendo relativamente reciente, rápido y de manera precipitada. La OMS ya está trabajando en escalas que permitan baremar los esfuerzos y cambios que hacen las ciudades en su compromiso de mejorar la calidad de vida de los mayores y así poder establecer comparaciones entre ellas.
P.- En caso de que hubiese un barómetro, ¿en qué punto situarías a España?
R.- España lleva muchos años con programas de turismo adaptado para seniors, con recursos sociales públicos y privados de primera categoría para la atención a los mayores, con una ley de dependencia pionera y con una red sanitaria excepcional aunque carente de geriatras. Nuestras calles y ciudades no son óptimas, pero día a día van adaptándose a las necesidades de personas con discapacidad y a los mayores. No tengo dudas de que estaríamos en la parte alta del barómetro a nivel internacional pero no tenemos que ser conformistas, ya que deberíamos estar en los primeros puestos, dado que la esperanza de vida en nuestro país será la más alta a nivel mundial en aproximadamente 15 años.
"La OMS ya está trabajando en escalas que permitan baremar los esfuerzos y cambios que hacen las ciudades en su compromiso de mejorar la calidad de vida de los mayores"
P.- ¿Cuáles son los grandes cambios que tienen que dar las ciudades para ser amigables?
R.- Deberíamos comenzar realizando cambios sencillos en nuestros espacios comunes como instalar más bancos y aseos públicos en las calles, aumentar el tamaño de los carteles públicos, incrementar el tiempo disponible para cruzar los pasos de cebra, aumentar el número de licencias de taxi adaptados, legislar sobre la obligación de instalar ascensores en espacios comunes, etc. La segunda prioridad sería formar un grupo de trabajo con personas mayores que puedan asesorar a los grupos municipales sobre sus necesidades y cómo poder cubrirlas en las ciudades donde residen.
Es esencial que nuestros mayores recuperen la calle y ésta sea amigable para ellos, un lugar seguro, sin riesgos y donde poder desarrollar actividades sociales y culturales. Me parece clave que las calles puedan ser compartidas de manera intergeneracional entre jóvenes y niños con las personas adultas mayores. La clave del éxito para transformar las ciudades en amigables para mayores es que estos cambios sean beneficiosos para todos: niños, adolescentes y adultos.
P.- ¿Qué papel tendrán las nuevas tecnologías en el diseño de nuevas ciudades?
R.- Las nuevas tecnologías serán esenciales en el diseño de nuestras ciudades del futuro. Al contrario de lo que podríamos pensar, nuestros mayores usan la tecnología de manera mayoritaria y siempre que les suponga una mejora en su rutina diaria. La tecnología permitirá por ejemplo las videoconsultas médicas, la teleasistencia en domicilio, el mejor diseño de calles o viviendas, la mejora en el transporte público y así un largo etcétera de bienes y servicios que nuestros mayores requerirán. La tecnología nos ayudará incluso a paliar la soledad.
"Nuestras calles y ciudades no son óptimas, pero día a día van adaptándose"
P-. ¿Y el fomento de políticas que creen comunidad y fomenten las relaciones sociales?
R-. No podemos crear espacios para los mayores sin escucharles y sin saber cuáles son sus deseos y necesidades. Antes de innovar o invertir en nuestras ciudades, debemos saber qué cambios quieren ellos que hagamos para que su bienestar se mantenga en niveles óptimos. El porcentaje de mayores va a ir creciendo día a día y nuestras calles deben estar pensadas para que ellos puedan desarrollar su actividad diaria de manera adecuada.
P.- ¿Cuáles son los principales retos a asumir ante el envejecimiento de la población?
R.- Hay tres retos importantes a los que nos enfrentaremos en los próximos años. El primero es el abandono cada vez más alarmante de las zonas rurales, incluso por los más mayores. El segundo reto es la velocidad a la que habrá que legislar y adaptar nuestro sistema sanitario, social, cultural y económico al gran envejecimiento demográfico que estamos experimentando. El tercer reto es clave y consiste en cómo hacer sostenible económicamente la adaptación de nuestras ciudades a los mayores, mantener un sistema de pensiones como el actual y preservar el estado de bienestar para el resto de los ciudadanos. En este tercer punto debemos seguir poniendo foco en la silver economy que nuestros mayores promueven y que hará equilibrio con los recursos que necesitamos para crear ciudades más habitables para ellos.