El verano ya está aquí, y con él, las altas temperaturas. Por eso, es habitual escuchar a expertos recordar las pautas que hay que seguir si tomamos el sol y los riesgos que asumimos si no lo hacemos de forma correcta, especialmente los niños y las personas mayores, que son los más vulnerables.
Aunque la mayoría de la sociedad está muy concienciada con el cuidado de la piel en verano y con la importancia de mantenerse hidratado durante esta época del año, no todos saben que una de las consecuencias de no beber suficiente agua puede acarrear al aparición de litiasis renal, más conocidas como piedras en el riñón.
Entre el 5 y el 10% de la población podría verse afectado por este problema antes de cumplir los 70 años. Por eso, es importante que durante los meses de verano la cantidad de orina que produzcamos sea elevada, ya que así disminuiremos la concentración de sales disueltas, y así la probabilidad de que se acumulen y se junten formando piedras sea menor.
Alimentación e hidratación
En esta época del año sudamos más, y si bebemos poco, el riñón trata de ahorrar agua quitando agua de la orina, lo que hace que salga más amarilla. Cuando bebemos lo suficiente, sale clara.
Este pequeño detalle que puede ocasionar un dolor tan molesto es algo en lo que no muchos reparan cuando llega el calor. Por eso es importante beber agua, y no otras bebidas que pueden aumentar la cantidad de sales en la orina, por lo que tendríamos que beber mucha más agua para evitar la formación de piedras.
El agua no es la única que puede ayudarnos a evitar la aparición de piedras. Una dieta donde no se abuse de sal, proteínas animales, ni dulces también es una buena aliada. Porque no se trata solo de la cantidad de agua que tiene la orina, sino de las sales que tiene que expulsar. Por eso, lo mejor es una dieta basada en alimentos vegetales, grasas cardiosaludables y proteínas magras.
En caso de que la formación de piedras sea inevitable, es necesario acudir al médico porque no todas las piedras son iguales.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.