Hay quien afirma que los médicos que más conocimientos tienen son los forenses, pero que su sabiduría no sirve para curar a nadie. Ocurre lo mismo con muchos expertos en movilidad: saben mucho, pero son incapaces de resolver los problemas que día a día nos plantean los desplazamientos personales. En la mayoría de los casos, estos expertos se limitan a recomendar límites a la movilidad, bien sea limitando el acceso o reduciendo la velocidad del desplazamiento. Para esas soluciones no se necesita mucha sabiduría. Muerto el perro se acabó la rabia.
En el automóvil encontramos expertos y “gurús” de toda tendencia y no pocos pronosticadores de futuro. Quien se tome la molestia de acudir a una hemeroteca e indague en las previsiones que se hicieron hace 25 o 30 años puede tener un ataque de risa. Hoy, superado ya ampliamente el inicio del siglo, ni los coches vuelan, ni se conducen solos, ni están movidos por energía atómica, ni levitan electromagnéticamente. Todas estas suposiciones abundaban en los medios de comunicación de los años 60/70, incapaces sin embargo de prever internet, el teléfono móvil o el GPS. Sustancialmente, los automóviles de hoy son iguales a los que recorrían las carreteras de hace 50 años. Eso sí: carreteras infinitamente mejores y coches muchísimo más seguros, eficientes y respetuosos con el medio ambiente.
Comienzo con estas reflexiones porque en estos días se está hablando mucho sobre movilidad y sobre el empleo de los medios de transporte. Las próximas elecciones no son ajenas a esta proliferación de mensajes para conformar programas políticos que los distintos partidos intentan trasladar a los votantes. Programas elaborados tan a la ligera como las previsiones de hace 50 años. Hay quien quiere prohibir determinado combustible; hay quien afirma que va a restituir el tránsito en el centro de las ciudades que otros partidos reducen; no faltan los enemigos de la movilidad personal y quienes creen que la bicicleta va a resolver los problemas de transporte y contaminación de nuestras ciudades. Todas las propuestas tienen su parte de razón y todos los partidos parecen razonables “forenses” de una situación cercana a la terminal. Mucha palabrería y poca solución.
En este cúmulo de propuestas y opiniones surge un hecho interesante: el carsharing, el vehículo compartido. Hace ya dos años que en Madrid funciona este sistema de movilidad personal y hemos tenido oportunidad de conversar con responsables de la empresa emov (@emov_es), pionera en esta actividad y ahora propiedad del grupo PSA, @GroupePSA , (@Peugeot, @Citroen y @Opel). El éxito de esta actividad ha originado la llegada de otras empresas similares: car2go (@car2goES), Zity (@Zity) y Wible (@wible_esp).
Compartir el coche no es algo novedoso, aunque en España era muy poco usual. La clave y su éxito actual es que estos vehículos compartidos son totalmente eléctricos, lo que les permite beneficiarse de dos ventajas: circular sin restricciones y aparcar gratuitamente en cualquier lugar regulado. Una tercera ventaja es sin duda el conducir un vehículo eléctrico, silencioso, suave y enormemente ágil en el tráfico urbano.
Como casi todas las actividades compartidas que últimamente proliferan en el entorno económico (alojamiento, compra-venta, restauración…etcétera), es a través de una aplicación informática como podemos llevarla a cabo. Cada una de las cuatro compañías que operan en Madrid tiene su propia aplicación, pero hay una, free2move, que permite utilizar todas ellas, lo que es una gran ventaja. Esta aplicación es operativa no solo para automóviles, sino bicicletas, motos y monopatines eléctricos.
Una vez instalada la aplicación y vinculada a una tarjeta de crédito, la utilización de estos vehículos es sencillísima: en nuestro móvil aparece un mapa con la ubicación de los coches disponibles más cercanos. Elegido uno, y desde el propio móvil, lo reservamos. La reserva dura entre 15 y 30 minutos, según qué compañía utilicemos. Este tiempo no tiene ningún coste. Una vez llegados al vehículo lo abrimos con el propio teléfono. Introducimos la llave en el contacto… y a circular. Son coches automáticos, de 2 a 5 plazas; algunos de ellos disponen de sillas para llevar niños. La tarifa también varía ligeramente de una a otra compañía, pero un recorrido medio de 5 kilómetros y un cuarto de hora no llega a los 5 euros en condiciones normales de tráfico. Mucho menos que un taxi e incluso menos que el transporte colectivo si lo utilizan dos o más personas. Una vez aparcado el coche (insistimos que en cualquier zona autorizada y regulada), con el propio móvil damos por terminado el alquiler. Introducimos la llave de contacto en la guantera (o en el espacio destinado para ello) y con la aplicación cerramos el coche.
De lo único que hay que estar pendientes es de la autonomía. Estos coches no tienen la que anuncian. Los responsables de emov, que utilizan el Citroën C-Zero nos han confesado que la autonomía media de sus coches es de unos 100 kilómetros, cuando el fabricante anuncia 150. En el momento de alquilar, en la propia aplicación nos aparece la autonomía que nos ofrece el coche reservado y en el indicador de la instrumentación también se nos indica la autonomía en tiempo real. Pero, insistimos, no es un dato muy de fiar y hay que procurar no acercarse a los límites.
También hay que tener presente que no toda la ciudad de Madrid está abierta a la utilización de estos vehículos. O para ser más precisos, sí que podemos ir a donde queramos (con el mencionado límite de autonomía), pero ni se puede contratar ni se puede dejar más allá de estos límites. Unos límites bastante grandes, que suman cerca de 100 kilómetros cuadrados y que podríamos definir como el interior de la M-30 y algunos barrios periféricos, como Moratalaz, Ciudad Lineal u Hortaleza. De momento no se puede ir al aeropuerto, pero es algo que están estudiando con AENA.
Estos límites de acción vienen determinados por la complejidad logística a la que se enfrentan las compañías de carsharing. Los coches no solo tienen que estar con carga suficiente, sino en buen estado de limpieza y mantenimiento. Eso significa que hay que recargarlos a diario e incluso antes y es esta una operación que obliga al desplazamiento de los coches hasta los puntos de recarga y un tiempo notable de espera para completar la carga eléctrica. Según nos manifestaban en emove, entre 3 y 5 horas y alrededor de 10 viajes diarios cada unidad.
La utilización de los carsharing es más que recomendable. Pero no solo para los habitantes de Madrid, sino para los miles de visitantes. De momento no está disponible más que en la capital, pero hay proyectos para Barcelona y posiblemente Málaga, donde ya fue puesta en marcha un programa piloto el pasado año con enorme éxito.
Nosotros los jubilados solemos tener cierto respeto a probar este tipo de soluciones. Pero les aseguro que no hay nada más cómodo y más fácil. Y más recomendable para quienes vienen a Madrid de turismo o a realizar cualquier gestión. Es verdad que en las horas punta el servicio está más solicitado y es fácil que no encontremos una unidad cercana, pero en la almendra central y fuera de las horas punta, hay centenares de vehículos disponibles. No hay más que bajarse las aplicaciones para ver la proliferación de puntos de reserva. Y el precio incluso anima a hacer la prueba, porque por un par de euros podemos tener la experiencia de conducir un eléctrico. Anímense.
Y no quiero terminar este texto sin mencionar que el carsharing se ofrece también ya como una alternativa de compra. Es decir: podemos ofrecer nuestro vehículo para que sea conducido por otras personas en el tiempo en que nosotros no lo necesitamos. Es una fórmula interesante de financiación que ya están explorando algunas marcas. Pero de ello hablaremos en otra oportunidad.
ESTA SEMANA SE HA HABLADO DE:
- La DGT estudia la posibilidad de retirar la pegatina ECO a los coches microhíbridos. Estos coches no son realmente híbridos al uso, sino una extrapolación del concepto inicial. Algunos fabricantes no han desarrollado al completo los motores híbridos y se han decantado momentáneamente por introducir alternadores eléctricos de más potencia y voltaje para ayudar al motor térmico a rendir más eficientemente en determinadas condiciones. Lo cierto es que no son más ecológicos que muchos de los coches convencionales con motores gasolina o diésel modernos.
- Sigue la polémica en torno al motor diésel. Desde el Partido Socialista se dice en sus mensajes electorales que no hay ninguna decisión sobre la idea inicial de prohibir la venta de vehículos diésel en el horizonte 2025. Por su parte, el Partido Popular dice que no contempla la prohibición del diésel. Y mientras tanto, se desploman las ventas de coches nuevos por sexto mes consecutivo. Según la patronal de fabricantes, ANFAC, la razón de esta caída es la incertidumbre sobre el futuro de los motores diésel. Puede ser, porque lo cierto es que los híbridos han crecido sus ventas en más de un 50 por cien.
- La DGT va a poner en marcha una campaña para concienciar a los conductores sobre el peligro que asumen los trabajadores del mantenimiento de las carreteras. En los últimos 5 años han fallecido más de 100 personas mientras desarrollaban trabajos de acondicionamiento, señalización o control del tráfico. Una cifra realmente elevada que incita a meditar sobre la escasa conciencia de los conductores hacia el trabajo de estos profesionales.