Si la palabra Cohousing resulta todavía novedosa, más lo es una vivienda compartida colaborativa en la que convivan personas mayores del colectivo de Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI). Parece que hablamos de un futuro muy lejano, pero ya son muchas las ciudades en toda Europa que se están preparando para este tipo de alojamiento compartido, una alternativa a las residencias de mayores bajo un modelo cooperativo que puede estar también abierta a que cohabiten personas de diferentes orientaciones sexuales e identidades de género.
Madrid, primera ciudad con una residencia pública LGTBI
Madrid ha sido, de hecho, la primera ciudad en albergar una residencia para personas mayores LGTBI dependientes de España y la primera de carácter público del mundo. Está en Villaverde y ha sido promovida por el educador y activista LGTBI Federico Armenteros de la Asociación 26 de Diciembre (@fundacion26D), quien ha participado en el encuentro "Cohousing, convivir con el orgullo", organizado en Mares de Energía (@MARES_Madrid) para reflexionar sobre las posibilidades de envejecimiento de este colectivo. "Por el momento el 80% de los mayores LGTBI viven en sus casas, solos", ha explicado Armenteros, "pero estamos construyendo una escalera para las futuras generaciones".
Armenteros reconoce que no ha sido un camino fácil ya que este colectivo se enfrenta a una doble discriminación por edad y por sexo, que además "apenas tiene espacio dentro del colectivo LGTBI", reivindica. "Pero yo tenía un sueño, con los recuerdos de la corrala en la que me crié donde la gente se conocía, se cuidaba, participaba e incluso había lugar para 'locas' como yo. Me comprendían y me protegían en ese entorno protegido de los prejuicios de la sociedad", cuenta. "La residencia es la primera pieza para dignificar a este colectivo olvidado y ojalá podamos tener esos proyectos preciosos de cohousing en el futuro", opina.
Fuente: 26Diciembre
La casa de la diversidad
Y el trabajo ya está en marcha. El ingeniero francés François Lorthioir, de 58 años, presentó el proyecto de Rainbold Society @RainboldSociety en el que está trabajando para lograr desarrollar Casas de la Diversidad en ciudades como Nantes, Montpellier, o Niza. "Un proyecto abierto a la edad, al barrio y a todas las personas que abracen la diversidad, sin tener que ser necesariamente del colectivo LGTBI y que permita a través del cohousing prolongar la autonomía y la calidad de vida de los mayores LGTBI", defiende.
Lorthioir señala además el rol social de este proyecto ya que las personas LGTBI presentan, según expone, características específicas que incrementan su aislamiento social. "Cerca del 90% no tienen hijos y sufren varios tipos de discriminación, por lo que estamos notando que hay muchos gays seniors que están volviendo al armario". De ahí que desde Rainbow Society propongan un proyecto que garantice salud y seguridad para las personas mayores de este colectivo, que aún está en fase de lanzamiento y concienciación.
El proyecto cuenta con el apoyo de asociaciones como Les Audacieuses et les Audacieux, muy implicadas la planificación del proyecto que aspira a crear comunidades de 30 pisos compartidos con servicios asistenciales y de ocio compartido, con la posibilidad de ser alquilados. En cuanto al precio, sus impulsores se plantean que se sitúe entre el coste del alquiler de un piso vacío y el de una residencia tradicional. "Pero aún tenemos que estudiar el precio final", confiesa.
Arquitectura social
"El cohousing puede generar relaciones sociales fuertes que permitan abordar problemas como la soledad en los mayores", defiende la arquitecta Patricia Alvarez Watson de la sociedad cooperativa Atelier 15, con varios proyectos de cohousing en España y Europa. "Se trata de crear una alternativa para mantener el vínculo social donde el grupo decide qué actividades se van a desarrollar y está pensado para cumplir las necesidades de ls habitantes de todas las edades que comparten recursos", añade su compañera Martina.
"Nuestra idea es crear un nuevo modelo habitacional en el que cada persona se convierta en autopromotora, se optimice el espacio para usarlo en lo que se decida en conjunto y se recuperen los valores de la cooperativa", insisten desde Atelier 15. Por su parte, la trabajadore social trans, Pau Eloy-García Jimenez de Transdiversa (@transdiversa) insiste en la importancia de formar parte de procesos participativos y la necesidad de sensibilizarnos y formarnos para que se acepten identidades diversas en la sociedad".
La importancia de los cuidados
Pero ante la idea idealizada de los proyectos por construir, la socióloga Penélope Castejón Villarejo, de la Fundación Pilares (@FPilares), insiste en "analizar los modelos existentes antes de cometer los mismos errores", en referencia a la situación que caracteriza a las residencias de mayores actuales, la mayoría centrada en ofrecer servicios asistenciales básicos y olvidándose de que hay otras esferas en la vida de las personas de más de 80 años que hay que tener en cuenta.
"El abandono de tu casa, de tu red social de familiares y amigos y de tu barrio supone una pérdida de control sobre la vida a la que has estado acostumbrado hasta ese momento. Tu vida en los centros residenciales existentes, se estandariza y a mayor necesidad de cuidados, mayor vulnerabilidad", insiste. Más allá de las posibles irregularidades que puedan existir en algunas residencias, lo que es común es que el sentimiento de soledad se dispara.
"Hay que señalar que en algunos aspectos la vida de estos mayores mejora. En términos de salud, alimentación, seguridad e higiene, pero en la mayoría de los casos estamos hablando de niveles muy básicos. De ahí el esfuerzo que debemos hacer para repensar el modelo que queramos, incluido el cohousing. Existe un consenso internacional en el que la base es lograr una atención personalizada porque cada persona es única", concluye.