Este miércoles ha comenzado la campaña de vacunación de la gripe en Madrid y lo ha hecho con largas colas en muchos centros de salud. Sin embargo, la mayoría de personas que han guardado fila no lo han hecho para vacunarse sino, de momento, para pedir cita, puesto que los servicios de atención telefónica estaban saturados por las continuas llamadas relacionadas con la pandemia.
65Ymás se ha desplazado a tres ambulatorios céntricos de la capital –Montesa, Castelló y Goya– para conversar con sus pacientes y ha podido comprobar que la mayoría de ellos habían acudido para pedir cita presencialmente, tras varios intentos fallidos tratando de contactar telemáticamente con el personal de administración.
Cabe destacar asimismo que la situación no era idéntica en todos los centros de salud visitados y que algunos tenían una mayor o menor saturación sobre la misma hora del día (media mañana). Eso sí, hay que matizar también que los tres centros se encuentran en zonas con una incidencia de casos de COVID baja (entre 300 y 400 contagios por cada 100.000 habitantes) respecto a la media de Madrid.
Centro de Salud Montesa.
Colas sin distancia
En el Centro de Salud Montesa, se concentraban sobre las 12 de la mañana decenas de personas, la mayoría de ellas mayores, sin guardar la distancia de seguridad al tratarse de una calle estrecha y sin marcas en el suelo.
Pocos acudían a ponerse la vacuna. La mayoría venían al ambulatorio a pedir cita, ya que resultaba imposible concertarla por teléfono. "No hay manera de contactar", contaba un hombre al final de la cola. "A lo mejor llamando a las tres de la mañana, pero no me voy a poner a hacerlo", criticaba cuando todavía le quedaban entre 5 y10 minutos para entrar al centro.
Además, añadía, no era la "primera vez" que se ponía la vacuna y nunca otros años había visto tanta cola. "Desde septiembre estamos así. La culpa, sabemos quién la tiene: la que cobra y no gasta", decía en referencia a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso. Y este hombre no fue el único que, preguntado por cómo vivía esta saturación, echó la culpa de la situación a la clase política. Una gran parte de las personas con las que conversó este diario así lo hicieron.
Centro de Salud Goya.
A pocos metros, otro hombre también se mostraba contrariado por tener que esperar. Con todo, el paciente, que venía a apuntarse también para la vacuna, aseguraba que, dependiendo de las horas, había más o menos gente. "Ahora hay más cola que antes, porque vienen para la gripe", sostenía.
Tampoco era la primera vez que se vacunaba. Y es que, según comentan fuentes sanitarias a este periódico, por ahora, están pidiendo la vacuna personas mayores que ya lo hacían en años anteriores, aunque, también matizan, está aumentando la proporción de población más joven.
Centro de Salud Montesa.
No todos los ambulatorios están igual
Sin embargo, las colas de Montesa –donde la incidencia de la pandemia era, el 13 de octubre, de 431 casos– no se encontraban en otras zonas básicas de salud cercanas.
A menos de un kilómetro, cerca de la calle O'Donnell, en el Centro de Salud Goya –incidencia de 379–, la situación no era la misma. Y es que, por el diseño del ambulatorio, que contaba con varias puertas, los pacientes podían hacer dos filas, una, para vacunarse y, otra, para el resto de gestiones.
Pese a todo, en este caso también había poca cola para vacunarse y, mucha, en la fila de los que querían pedir cita. Y, al igual que pasaba en el resto de centros, los pacientes confesaban que les resultaba complicado ponerse en contacto por teléfono con los sanitarios. "Unos consiguen contactar muchas veces y, otros, llegan aquí diciendo que no lo han logrado. No sabemos por qué sucede", contaba un trabajador, que añadía que muchos mayores ya se habían inscrito para vacunarse en octubre y noviembre.
Centro de Salud Castelló.
Con todo, cabe también apuntar que un pequeño porcentaje de los mayores entrevistados reconocían que acudían presencialmente, no por la saturación de los servicios de atención telefónica, sino porque preferían hacerlo en persona.
Así, una mujer con la que este diario conversó a su salida del Centro de Salud Castelló –incidencia de 343 casos– convenía que, en su caso, se había pasado por su ambulatorio porque estaba paseando por la zona. Si bien es cierto también que, en ese momento, no había en ese mucha cola en el ambulatorio.
Centro de Salud Goya.
Miedo al centro de salud
Finalmente, casi todos los entrevistados reconocieron a este diario que, por lo general, habían tratado de evitar acudir al centro de salud desde el comienzo de la pandemia y, si no era algo urgente, recibían atención médica telefónica. Por ello, en esta ocasión, asistían al centro, forzados por las circunstancias, aunque es cierto que no todos mostraban "miedo" a contagiarse en este entorno sanitario. "No he venido desde el mes de marzo porque mi médico ya me hizo la receta para un año. Si no tengo nada especial, no tengo por qué venir", apuntaba una mujer en la cola del Centro de Salud Goya.
Sobre el autor:
Pablo Recio
Pablo Recio es periodista especializado en salud y dependencia, es graduado en Relaciones Internacionales por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su carrera profesional en el diario El Mundo cubriendo información cultural y económica.
Además, fue cofundador de la radio online Irradiando y cuenta con un máster en Gobernanza y Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Madrid y otro en Periodismo por el CEU San Pablo/Unidad Editorial.