Cómo detectar indicios de maltrato a mayores

El maltrato a las personas mayores todavía suele pasar desapercibido. Sobre todo porque a menudo se produce dentro del ámbito doméstico y familiar, aunque también existe en el ámbito social y en el institucional. Una situación que se ha agravado en el contexto de la actual de pandemia del coronavirus, dada la especial  vulnerabilidad en la que se pueden encontrar algunas personas mayores, derivada de situaciones de aislamiento social y personal a causa de la crisis sanitaria de la Covid-19.

La OMS (@WHO) ha declarado que el maltrato a personas mayores es un problema social y de salud de primera magnitud y que afecta a mayores de todo el mundo. Sin embargo, no siempre se ha dado suficiente importancia a las labores de prevención y detección.

La “Declaración de Almería”, elaborada durante la Primera Conferencia Nacional de Consenso sobre el Anciano Maltratado (celebrada en Almería el 4 de mayo de 1995), define que “el maltrato al anciano es todo acto u omisión sufrido por personas de 65 años o más, que vulnera la integridad física, psíquica, sexual, y económica, el principio de autonomía, o un derecho fundamental del individuo; que es percibido por éste o constatado objetivamente, con independencia de la intencionalidad y del medio donde ocurra (familiar, comunidad, Instituciones)”.

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El problema a veces radica en cómo detectar ese maltrato, ya que puede manifestarse de diversas formas. Por ejemplo, en su Guía de actuación en situaciones de maltrato a personas mayores del servicio de teleasistencia, la Diputación de Barcelona señala como indicadores de sospecha de maltrato –tanto en la atención telefónica como en las visitas domiciliarias– estos aspectos que deberían detectarse:

• Relaciones sociofamiliares conflictivas: insultos, humillaciones, amenazas, peleas, etc.
• La persona mayor tiene miedo de las personas de su entorno inmediato.
• Las personas de su entorno inmediato se comunican con el usuario directa o indirectamente con un tono y un vocabulario agresivo.
• El mayor manifiesta que han dicho que es una carga para los demás y/o que tiene pensamientos autodestructivos o de muerte.
• Personas de sus entorno no tienen en consideración sus deseos y sus decisiones sobre aspectos vitales.
• No tiene comida o experimenta descontrol en las comidas de manera reiterada.
• No tiene medicación o experimenta descontrol en las dosis.
• Ha firmado o pagado alguna cosa contra su voluntad o que no entendía; ha hecho un cambio de herencia reciente; o ha habido movimientos bancarios sospechoso o pérdida de patrimonio.
• Se detecta falta de privacidad y/o libertad: no dispone de un espacio personal propio, está confinado muchas horas en un espacio en condiciones inadecuadas, le censuran la correspondencia, etc.
• Solo realiza llamadas al servicio de asistencia en caso de ausencia del presunto maltratador en el domicilio, o bien termina las conversaciones en llamadas recibidas y emitidas de manera súbita si el presunto maltratador hace acto de presencia.

Por otra parte, también pueden ser indicadores de posible maltrato que las personas mayores presenten signos de desnutrición o higiene descuidada; que vistan ropa inadecuada para la época del año o que muestre actitudes defensivas en respuesta a un contacto físico.

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En el caso de la atención de emergencias en mayores, la Guía advierte de estos posibles indicios:

• Caídas o golpes en circunstancias extrañas
• Cortes, quemaduras, lesiones y fracturas de difícil explicación
• Síntomas de hipotermia, deshidratación o desnutrición
• Hematomas en áreas genitales
• Acciones violentas.

En todo momento, claro, estamos hablando de posibles indicios, y la existencia de una o más señales de alerta, señalan los expertos, no siempre significa que se esté delante de una situación de maltrato. En cualquier caso, es importante saber reconocer estos indicios para poder detectar posibles situaciones de abuso (físico, psicológico, sexual, económico, etc.) y poder actuar al respecto.