Carlos Losada
Sociedad
¿Cómo era España cuando comenzó la Guerra Civil?
En 1936 el Frente Popular había ganado las elecciones en un clima de inestabilidad política
El 18 de julio de 1936 se produjo en España un golpe de estado militar que no terminó de cuajar y que dio paso a una Guerra Civil que se prolongaría hasta 1939. 83 años después la vida en nuestro país es muy diferente a la de los años 30, tanto a nivel social como económico.
¿Cuál era la situación de España en 1936?
En relación con el exterior, España era permeable a las grandes corrientes políticas que se movían por el mundo. En los años 30, el fascismo italiano y el nazismo alemán se hicieron con el gobierno de ambos países, en la Unión Soviética se consolidaba la dictadura comunista de Stalin y las democracias imperialistas y occidentales temían más la revolución proletaria que los afanes expansionistas de Hitler.
El gobierno español se hallaba en el quinto año de la Segunda República, la cual nació después de la crisis económica mundial del 29. Las elecciones las había ganado el Frente Popular, después de un primer bienio de corte socialista y un segundo de corte conservador.
Sin embargo, la inestabilidad política era constante. Los había que querían la vuelta de la monarquía alfonsina, los que abogaban por un gobierno fascista, quienes querían la revolución y el camino a una dictadura comunista... Si a eso se le añadían las protestas en el campo y en la industria –por las malas condiciones laborales– que desencadenaron sucesos violentos como la Revolución de Asturias, se puede decir que la República lidiaba en 1936 con un ambiente en el que era difícil trabajar (demasiados muertos por violencia política). Este argumento sería utilizado por los militares sublevados para dar el golpe de estado que desembocaría en la guerra.
Predominancia agrícola
Por aquel entonces en España vivían casi 25 millones de personas y las ciudades más pobladas eran Barcelona y Madrid (por ese orden), según el INE. Y aunque fuera en los grandes núcleos urbanos donde se hacía y deshacía en materia política, había mucha más gente viviendo en municipios pequeños que en la actualidad. Esto era debido a que más del 45% de los trabajadores realizaban su labor en el sector primario, especialmente en la agricultura, y en menor medida en la pesca y la ganadería, lo que daba una buena muestra que España se había quedado atrás en la industrialización que otros países habían experimentado a finales del siglo XIX y principios del XX.
Por otro lado, el 70% de la población ya estaba alfabetizada, se había aumentado la escolarización –gracias a la reforma educativa y a las numerosas escuelas que se levantaron– y las mujeres ya podían votar después de la problamación del sufragio femenino.
En definitiva, cuando comenzó la Guerra Civil, España era un país eminentemente agrícola que dependía del campo pero que comenzaba a trabajar en su modernización; con demasiada polarización en el poder político, y donde el nivel de vida de la mayoría era bajo.