Cómo evitar la 'trombosis del viajero' que se produce en los desplazamientos largos de avión

La trombosis es una afección de coágulos de la sangre en las arterias, que suele aparecer en los tobillos. Estos suelen hincharse, cambiar de color e incluso pueden aparecer calambres y hormigueos.

La trombosis del viajero puede aparecer cuando realizamos viajes de larga distancia –una media de entre cuatro horas hasta ocho– y puede darse en avión, tren, coche o autobús indistintamente.

 

La Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) aclara que esta incidencia dependerá de la duración del viaje y los factores individuales (herencia de problemas con la coagulación de la sangre).

Aunque la incidencia por tromboembolismo en las venas por los viajes a larga distancia sea muy baja (1 por cada 1000 pacientes al año), el SETH  recuerda que 'el principal problema es que la mayoría de esos coágulos no producen síntomas y, por tanto, son difíciles de diagnosticar'.

Casos de riesgo

Los factores de riesgo que pueden favorecer la trombosis venosa en el viajero serían la edad avanzada, antecedente de trombosis previa, cirugía o traumatismo reciente, embarazo, uso de anticonceptivos orales, obesidad, cáncer o predisposición genética a la trombosis”, detalla la SETH en un comunicado de prensa. 

Cómo evitarlo 

Aunque el diagnóstico de la trombosis venosa puede ser en ocasiones difícil de detectar porque a veces los síntomas no son tan evidentes, los especialistas recuerdan que se debe acudir al médico siempre que el dolor sea persistente o permanezca el edema o la inflamación de la pierna. La prueba es sencilla e indolora y se emplean ecografías doppler.

Las medidas generales para las personas sin riesgo al realizar viaje prolongado son evitar ropa que comprima, mantener una hidratación adecuada y realizar ejercicio regular, mediante paseos durante el vuelo o ejercicios de contracción y extensión de las piernas.

Por otra parte, para aquellas personas con algún factor de riesgo deberán aumentar sus precauciones “se aconseja el empleo de medias que mantengan una presión moderada en la pierna o el uso de fármacos que interfieren la coagulación de la sangre, denominados genéricamente heparinas”.