La siesta es una de las costumbres más extendidas en los hogares españoles, y que cada vez se está haciendo más conocida en otros países. Tanto es así, que en Estados Unidos consideran que es beneficiosa para mejorar la productividad. Pero no se sabía cuáles eran los factores biológicos que contribuyen a la siesta.
Sin embargo, un estudio publicado en la revista científica Nature Communications y en el que han participado los investigadores de la Universidad de Murcia, ha explicado cuáles son estos factores: "La siesta diurna es un comportamiento hereditario común, pero su base genética y su relación causal con la salud cardiometabólica siguen sin estar claras", han explicado los expertos.
En concreto, la investigación se ha centrado en la asociación del genoma (GWAS) para explicar la genética de este hábito tan extendido. Para ello han analizado los datos de 452.633 personas proporcionados por el Biobanco del Reino Unido. El GWAS encontró 123 regiones relacionadas con la siesta en el genoma: "Entre los participantes de ascendencia europea, el 38,2 % informaron que algunas veces se echaban la siesta y el 5,3 % de los participantes siempre la dormían. Los participantes que informaron que siempre dormían la siesta tenían más probabilidades de ser hombres mayores", explican.
Además de esto, los investigadores decidieron replicar los datos que habían obtenido en 541.333 personas por parte de la empresa 23andMe: "El análisis de conglomerados identifica tres grupos distintos de mecanismos que promueven la siesta con asociaciones heterogéneas con resultados cardiometabólicos".
La propensión al sueño (personas que necesitan dormir más que otras), sueño interrumpido (la siesta ayuda a la mala calidad del sueño nocturno) y la costumbre de madrugar (necesitan recuperar las horas de sueño) son los mecanismos.
A raíz de las conclusiones, los autores aseguran que la siesta no es un factor cultural o de comportamiento, sino que es necesaria a nivel biológico. A día de hoy, los investigadores quieren ir más allá y determinar si existe una relación entre la siesta y algunos problemas de salud cardiometabólicos. El objetivo es poder ayudar a desarrollar recomendaciones personalizadas a la hora de echarse la siesta, que mejoren la calidad de vida de las personas con este tipo de patologías.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.