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Conchita de Fuentes, influencer a los 91 años: "Los mayores de ahora tenemos ganas de hacer cosas"
Comparte a través de las redes sociales sus "ganas de tener ganas"
![Conchita de Fuentes, influencer a los 91 años: "Los mayores de ahora tenemos ganas de hacer cosas" (Cedida por la entrevistada) Conchita de Fuentes, influencer a los 91 años: "Los mayores de ahora tenemos ganas de hacer cosas" (Cedida por la entrevistada)](https://www.65ymas.com/uploads/s1/19/73/08/3/conchita-de-fuentes-influencer-91-an-os.jpeg)
Si hay algo que defina a Conchita de Fuentes son sus ganas de vivir. De hecho, es el lema que la caracteriza en las redes sociales, donde cuenta con cerca de 170.000 seguidores con los que comparte sus 91 años de experiencia y una actitud que es, cuanto menos, admirable.
Conchita se define como "una persona enamorada de la vida, con mucha ilusión por todo y en todo momento, tanto en los buenos como en los malos". También de la etapa vital en la que se encuentra a sus 91 años, considerándola "preciosa e interesante, con todas sus dificultades".
Aunque nació en Madrid, se considera granadina de adopción desde que se casó. Es madre de familia numerosa, tiene cinco hijos, nueve nietos y tres bisnietos. De hecho, fue una de sus nietas la que le propuso grabar uno de sus consejos. "Me dijeron: Cámbiate de vestido, cámbiate de pendientes… A mí me hacía gracia aquello, como es natural. Así empezó", explica a este diario, asegurando que en ningún momento esperaba obtener la repercusión que ha conseguido. "Yo soy la primera asombradísima, porque no sé lo que la gente puede ver en mí de interesante. Puede ser que yo quiera que otras personas tan mayores como yo se animen en la vida, salgan de la butaca, decidan hacer cosas, piensen que valen muchísimo más de lo que creen".
Las muestras de cariño de la gente también son una sorpresa para ella, las cuales recibe "encantada de la vida". "Cuando voy por la calle, me para una persona, me para otra, y me dicen cosas preciosas, que yo es que me asombro. Pero lo acepto y lo agradezco, y lo guardo en mi corazón", añade, y admite que "todo esto me está proporcionando unos momentos sorprendentes, emocionantes y divertidos".
Ganas de tener ganas
Para Conchita la actitud lo es todo, y quiere transmitir esa idea a todos los que la siguen. "Para mí, lo primero es cuidar el cuerpo y cuidar el alma. Yo no concibo la vida sin espiritualidad", explica. "Veo a mucha gente que se ha apartado de Dios, que no piensa en que dentro de nada, a la vuelta de la esquina, tenemos que dejar este mundo. Pues para eso hay que prepararse, hay que tener alegría y hay que plantearse las cosas muy bien, y todo eso tiene su dificultad, pero también es una cosa armónica y que nos sirve muchísimo".
Su libro, Ganas de tener ganas. El poder de la actitud, publicado recientemente, incluye lecciones de vida como esta que ha aprendido a lo largo de los años, experiencias, consejos y reflexiones con los que espera ayudar a "encontrar la fuerza y el impulso para vivir en plenitud".
El libro "son pinceladas, son recuerdos, observaciones y lo que me ha salido del corazón", explica en sus vídeos, en los que se muestra "realizada", porque, según explica, "he plantado un árbol, he tenido un hijo y ahora he escrito un libro". "Me han hecho pasar un buen rato mientras recordaba mi vida, y ahora viendo que la gente le agrada. Me gusta mucho cuando me piden que lo dedique, me asombro", añade.
A Conchita le gusta mantenerse en forma y escribir, también tiene afición por la lectura. De hecho, asegura que le falta tiempo en el día, "lo paso sensacional".
En este sentido, cuenta en sus vídeos que "me da muchísima alegría compararme con la vejez de mis anteriores generaciones, porque tengo 92 años casi y en aquellos momentos o se habían muerto o estaban sentados en una butaca", explica.
"Recuerdo a mi abuela sentada siempre delante de una mesa-camilla, en una butaca, vestida de negro, con un moño atrás y recibiendo el cariño de sus hijos, que se traducía en llevarle cositas de comer, en hacerle monerías, pero no la obligaban a moverse y a salir y a entrar. Eso es una cosa horrible. Luego vino otra generación que era mejor, la de mi madre. Mi madre ya perteneció a unas personas que comprendían que tenían que hacer cosas y las hacían y eran muy laboriosas. Fueron una generación maravillosa, tan maravillosa, que una persona joven me dijo un día lo siguiente: Las personas mayores deberían poner de rodillas a España para darles las gracias por todo lo que han hecho por la sociedad y por cómo hemos salido adelante gracias a ellas. Y mi generación es muy diferente también. Qué duda cabe. Yo pretendo ahora tener un físico agradable, más bien luminoso, que no sea negro. Pretendo no dejar de saber cantar si puedo. Y tener un contacto muy grande con mis amigos y mi familia".
Así, apunta que las personas mayores de ahora, como ella, "salimos, nos movemos, nos cambiamos de ropa y tenemos ganas de hacer cosas. Tenemos ganas de tener ganas. Y esa es una de las cosas más estupendas que nos puede pasar".
Mantenerse activo es de vital importancia para Conchita, es por ello que aconseja a las generaciones más jóvenes, y no tan jóvenes, "exigencia personal", así como "deseo de hacer el bien".