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El descenso de la masa ósea y el deterioro en la microarquitectura del hueso se traducen en una pérdida de calidad esquelética, que a su vez aumenta las posibilidades de sufrir fractura. Este proceso es lo que se denomina osteoporosis, una enfermedad sistémica y progresiva que tiene asociado un problema tan acuciante como es el riesgo de fractura, y muy especialmente de cadera. De hecho, está demostrado que esta afección es la causa del 80% de las fracturas en mujeres menopáusicas de más de 50 años
La mayoría de nosotros desconocemos datos tan impresionantes como los que nos señala la doctora Susana Gerechter Fernández, especialista en Reumatología del Complejo hospitalario Ruber Juan Bravo: "Tras una fractura de cadera, el 40% de los pacientes se queda sin poder caminar sin apoyos, el 33% dependerá de otra persona para realizar las actividades cotidianas y la mitad de los pacientes sufrirá otra factura en el siguientes año".
Pero no solo eso. Además, las estancias en el hospital de las personas que se rompen la cadera son más largas que las de los enfermos con un ataque cardiaco, diabetes u otras enfermedades tradicionalmente más graves.
Conocer el riesgo de padecer osteoporosis es posible
Por una parte, es importante tomar conciencia de que la osteoporosis se puede prevenir.
Además, recientemente, la Fundación Internacional de la Osteoporosis, publicó en su web un test para realizar online que se tarda un minuto en contestar y que ofrece información detallada sobre cada uno de los factores que pueden influir en la enfermedad.
Por otro lado, casi todos hemos oído asociar la osteoporosis a la menopausia. Lo que sucede es que a partir de ese momento disminuye la producción de estrógenos, lo que dificulta la fijación del calcio ingerido en los huesos.
Pero esta enfermedad también afecta a la población masculina, como nos recuerda el doctor José Carlos Barranco Moreno, especialista en Obstetricia y Ginecología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, "ya que pueden coexistir el factor genético y la falta de ingesta de calcio o imposibilidad de fijación del mismo, al igual que la falta de vitamina D o la provitamina que aportan los rayos del sol son comunes a los dos sexos, e incluso a los niños.