Miércoles 25 de agosto de 2021
ACTUALIZADO : Miércoles 25 de agosto de 2021 a las 9:30 H
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Aunque en otros términos se trate de un elemento incómodo y desagradable, lo cierto es que la forma y la textura de las heces tienen un papel fundamental a la hora de detectar un problema de salud. Estos desperdicios, que constituyen el producto final del proceso de digestión, no tienen por qué ir acompañados de molestias. Una gran ayuda para saber si vas bien al baño es consultar 'La escala de las heces de Bristol', una tabla visual usada en medicina que clasifica las heces en siete grupos y que sirve para diagnosticar algunos problemas en el aparato digestivo.
Este baremo fue creado por S. J. Lewis y K. W. Heaton, investigadores de la Universidad de Bristol (Inglaterra). En 1997, la tabla indicativa se publicó por primera vez en el Diario escandinavo de gastroenterología, donde Lewis y Heaton explican que la materia fecal se divide en siete tipos teniendo en cuenta su tiempo de permanencia en el color. Tras el análisis, comprobaron que "se puede usar una escala de forma de heces para monitorear los cambios en la función intestinal".
Cabe recordar que, durante el verano, rompemos nuestra rutina y esto afecta a la hora de ir al baño. El organismo agradece que evacuemos siempre a la misma hora del día y, en esta época del año, esto no se suele respetar. Algo que se suma a los cambios de hábitos en general, como la hora de las comidas y el tipo de alimentos o la hora de irnos a la cama.
En la actualidad, el médico enseña la tabla de Bristol a la persona que acude a su consulta y le pide que señale de qué tipo son sus heces. De esta forma, se puede precisar el diagnóstico.
Son las más difíciles de evacuar. Según los especialistas, se puede hablar de estreñimiento cuando no se defeca al menos una vez cada tres días y las heces son duras, pequeñas y separadas; similares a nueces o excrementos de oveja. Este tipo provoca que la evacuación pueda producir dolor y dejar sensación de insatisfacción.
No es tan grave como el anterior, pero también indica un ligero estreñimiento.
Estos dos tipos son las heces ideales. La primera implica más tiempo de permanencia en el intestino, mientras que la segunda significa una mayor hidratación. Revelan el perfecto estado de salud de los pacientes que llevan una dieta equilibrada, buena hidratación y evacuan con frecuencia.
A medida que avanzamos en la escala, las heces son más blandas, lo cual se traduce como diarrea. En concreto, este tipo no es tan grave como los posteriores, pero su forma puede ser el resultado de la falta de fibra del paciente.
El final de la tabla la componen heces diarréicas. La diarrea puede aparecer a consecuencia de una gastroenteritis por una infección, siendo un episodio pasajero y nada preocupante, o llegar a ser un trastorno crónico. Las más frecuentes en adultos mayores son las derivadas de la polimedicación y las provocadas por alguna alteración en el aparato digestivo, principalmente, aunque existen diversos tipos de diarreas crónicas.
Cuando los fragmentos blancos son esponjosos y presentan bordes irregulares y consistencia pastosa, es un indicio de que el paciente tiene una ligera diarrea. Los médicos señalan que ingerir la suficiente cantidad de líquidos, sobre todo agua, y seguir unas básicas recomendaciones dietéticas, es suficiente para que la diarrea remita de forma progresiva si no se trata de algo más grave. En todo caso, lo más recomendable es acudir al médico y no automedicarnos.
Acuosa, sin pedazos sólidos, totalmente líquida: clara señal de una diarrea importante. Se considera que la diarrea es severa cuando se realizan más de cinco deposiciones por día, se presenta con dolor leve o moderado, fiebre superior a los 38ºC, y aparecen signos evidentes de deshidratación. Antes de llegar a estos extremos es necesario acudir al médico, en especial si vemos que las deposiciones se producen con esta frecuencia, tenemos fiebre y dolor.
