El Consell de Mallorca anunció el pasado mes de junio la creación del Consejo de Personas Mayores, un instrumento a través del cual los mayores de la isla y sus asociaciones podrán hacer llegar al gobierno sus dudas, quejas y sugerencias.
De esta manera, la isla Mallorca se suma a la escasa lista de ciudades y provincias (unas 30, según cálculos de 65YMÁS) que cuentan ya con este órgano representativo. Los sénior llevan desde hace tiempo reclamando una mayor presencia en la toma de decisiones y que sus opiniones sean tenidas en cuenta. De las más de 8.000 ciudades españolas sólo 14 cuentan con este órgano. Mientras que de las 52 provincias, tan sólo 16 tienen este instrumento.
Pero, ¿cuál es su funcionamiento? ¿Están satisfechos los mayores con este instrumento?
Lo primero que hay que saber es que cada ciudad gestiona el Consejo de forma independiente, por lo que, aunque el órgano sea el mismo, la manera de organizarse y su funcionamiento puede ser distinto. Por ejemplo, en La Rioja “se creó en el año 1992, como órgano colegiado de carácter consultivo, el Consejo Sectorial de Tercera Edad. Ahora bien, el dinamismo del sector, las nuevas demandas de servicios y prestaciones, así como los cambios sociales y familiares que conllevan un cada vez mayor y progresivo envejecimiento de la sociedad, han implicado la necesidad de adaptar los servicios sociales a las nuevas demandas de las personas mayores. Y este órgano tenía que adaptarse a la nueva realidad social. Actualmente, el de personas mayores es un sector con grandes inquietudes que exige servicios de calidad y que demanda ser oído y tenido en cuenta en la implementación de aquellas políticas públicas que puedan afectarles y a sus intereses. Quienes mejor conocen las inquietudes, problemas, intereses y necesidades de este colectivo son ellos mismos, y por eso precisamente este Gobierno concibe el Consejo Sectorial de Personas Mayores como un foro, un órgano colegiado, en el que el debatir las políticas vinculadas con las personas mayores contando con su opinión, visión y aportaciones ya que, en definitiva, ellos son los protagonistas”, nos explica a 65YMÁS, Carmen Benito, directora general de Dependencia, Discapacidad y Mayores.
En La Rioja, el Consejo Sectorial de Personas Mayores “es un órgano colegiado de carácter consultivo y de participación social que permite canalizar la participación y la colaboración de las personas mayores en la definición, aplicación y seguimiento de las políticas del Gobierno de la Rioja que directamente les afecten e incidan en su bienestar social y calidad de vida”, aclara Benito.
Madrid
Si bien el Consejo Sectorial de Personas Mayores de La Rioja abarca toda la comunidad, este órgano también está presente en ciudades particulares, como es el caso de Madrid. En la capital este órgano se conoce poco, y está integrado en su mayoría por asociaciones de mayores, y tal y como nos Pilar Serrano, Secretaria del Departamento de Programación, Evaluación y Desarrollo de la Dirección General de Mayores del Ayuntamiento de Madrid.
Lo que hacen en la capital es “incorporar la visión de los mayores en las propuestas que se van a llevar a cabo”. Para ello, cuentan con varios grupos de trabajo de diversas temáticas donde todos sus integrantes son mayores: “Como todos los consejos funciona con un plenario donde están todos los miembros, y con una permanente donde hay cinco miembros representantes, y muchos grupos de trabajo que nos asesoran en diferentes cuestiones, y la mayoría de sus integrantes son asociaciones”, aclara Serrano. A lo largo del año, el plenario se reúne cuatro veces, al igual que la permanente, mientras que los grupos de trabajo tienen otra forma de organizarse, y “están continuamente haciendo cosas”.
Por ejemplo, a día de hoy el Ayuntamiento está trabajando en un proyecto de seguridad vial enfocada a los mayores, y en un plan de soledad: “Como este último les preocupa especialmente, nos están pidiendo cuentas continuamente sobre lo que vamos haciendo”, asegura la directora.
A pesar de este órgano, los mayores madrileños siguen demandando mayor presencia en la toma de decisiones, porque como bien resume Serrano “estamos muy acostumbrados a diseñar para alguien, pero no con alguien”.
El caso de Barcelona
“Queríamos tener nuestra voz propia, y tener un organismo que fuera la voz de los mayores de la ciudad”, comienza contándonos Mercé Mas, una de las mujeres que participa en el Consejo Estatal de personas mayores, en el Consell de la Gent Gran de Catalunya (autonómico) y en el Consell Assessor de la Gent Gran de Barcelona: “Cuando formas partes de estos consejos es mucho más fácil que te oigan y te hagan caso”, asegura la mujer.
Mercé nos cuenta que “al principio éramos pocos, pero cada vez fuimos siendo más porque los mayores teníamos interés”. De hecho, durante la pandemia, el Consejo estuvo muy activo, “y además de los cinco grupos de trabajo, se creó un grupo para el momento, y redactamos un decálogo en el que los mayores denunciaron, entre otras cosas, la situación que por aquel entonces estaban viviendo en las residencias. El documento se aprobó en septiembre de 2020 en un plenario”, explica.
Como Barcelona está dividida en 10 distritos, en cada uno de ellos hay un Consejo de Personas Mayores, “algunos más activos que otros, del que forman parte los representantes de cualquier institución de personas mayores o los grupos de mayores de cualquier institución”, aclara la mujer. A estos representantes, hay que sumarle los miembros individuales, como es el caso de Mercé.
“Se procura que nuestra voz esté representada en todos los consejos, para que así nuestras preocupaciones sean escuchadas en estos consejos, y al mismo tiempo lo que se hable en esos consejos, llegue al nuestro”, comenta la mujer.
El trabajo entre mayores es muy fluido, y tal y como asegura la propia Mercé, los mayores se sienten escuchados por esta institución: “No siempre es posible hacer las cosas que nosotros pedimos, pero sí que somos escuchados”.
Además de la participación en los diferentes consejos, Montserrat Mora, que forma parte del equipo de la Secretaría técnica que da asistencia al Consejo Asesor, nos explica que “al Consejo de Mayores también le consultamos algunos aspectos municipales. Algunos son puntuales, otros fijos como por ejemplo cuando hay un cambio en la alcaldía, el nuevo Plan Municipal se pasa también al Consejo”.
En Barcelona “el Consejo tiene su propia agenda e impulsa sus propios proyectos”, afirma Mora. Uno de ellos es la Convención de las Voces de las Personas Mayores que comenzará a prepararse desde el mes de septiembre: “Es un espacio de trabajo donde debatimos sobre los temas que nos gustaría trabajar”, concluye Mercé.
Madrid, Barcelona y La Rioja son tres ejemplos muy distintos de cómo funciona un mismo instrumento. Lo que está claro es que los mayores tienen una puerta de acceso a la toma de decisiones que si saben utilizar como lo hacen los vecinos de la ciudad condal, podrán lograr pequeñas mejoras en sus ciudades, y sentirse parte activa de la sociedad. Quién sabe si algún día los Consejos de Mayores serán un órgano más del organigrama de los gobiernos.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.