Cuatro consejos para cuidar tu piel seca

La xerosis o piel seca es un problema que afecta a muchas personas de todas las edades. Sin embargo, según el Consejo General de Enfermería, el 75% de los mayores tiene esta afección, que puede estar ligada a enfermedades como la psoriasis, la dermatitis atópica o, en el caso de algunas mujeres, a la menopausia.

Este tipo de pieles se han convertido en las protagonistas del primer webinar del Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS). La campaña ‘En la piel de la enfermera’ lleva en marcha dos años y es parte del convenio entre el Consejo General de Enfermería y CeraVe. Con todo esto, se persigue formar al personal en el cuidado de la piel.

Los síntomas de la piel seca incluyen el cuarteamiento, aparición de rugosidades, descamación, sensación de tirantez o picores de distinta intensidad. Todo esto puede hacer que la calidad de vida de las personas se vea mermada, según Pilar Fernández, directora de ISFOS. “La sequedad y el picor puede suponer problemas para conciliar el sueño o afectar a las relaciones sociales”, ha explicado a Infosalus.

La xerosis es causada por diversos motivos que alteran la hidratación de la piel. Puede producirse por factores externos como el consumo de algunos fármacos en crema o pastillas, jabones, detergentes, ambientes secos… Pero, además, la edad también es un factor que eleva la posibilidad de padecerla, pues, con los años, la piel produce menos aceites de forma natural. 

Sin embargo, hay algunos gestos que pueden ayudar a prevenir o paliar este problema. Para evitar el deterioro de la piel, estos son los cuidados que los profesionales recomiendan.

1-. Una detección precoz

Uno de los temas centrales de la formación se centra, precisamente, en el papel de las enfermeras a la hora de detectar el problema en los primeros momentos del deterioro mientras toman la tensión o sacan sangre, pues están en contacto con la piel de los pacientes. De esta forma, un diagnóstico precoz puede ayudar a frenar los síntomas y mejorar el estado de la piel, lo que evitaría la merma de calidad de vida.

2-. Una higiene adecuada

La rutina de higiene es fundamental para cuidar la piel. No obstante, no todo vale. Es importante controlar la frecuencia, ya que el exceso podría dañar la piel, eliminar sus aceites naturales y resecarla en exceso. La temperatura del agua es otro factor a tener en cuenta: mejor templada que excesivamente caliente.

También hay que mantenerse alerta con la composición de los jabones, cremas y cosméticos que se utilizan, pues podrían alterar la piel y perjudicar a la barrera cutánea. Por eso, es importante consultar la lista de ingredientes para descartar los alcoholes secantes e incorporar los grasos. Glicerinas, aceites, triglicéridos, ceramidas o manteca de karité son algunos ingredientes que, en general, favorecen a este tipo de pieles. Finalmente, es preferible usar productos sin perfumes.

En cuanto a la ropa, la transpiración es muy importante. Además, el exceso de suavizante en los lavados podría contribuir también a la aparición de este problema cutáneo.

3-. Protección solar los 365 días del año

El uso de protección solar todos los días del año es fundamental, así como su frecuente reposición. Este gesto debe incorporarse a la rutina diaria de todas las personas, independientemente de su tipo de piel. 

La crema fotoprotectora es un producto asociado a los meses estivales, marcados por el calor, la playa o la piscina. Sin embargo, los expertos enfatizan la importancia que tiene la protección frente a los rayos del sol durante todo el año. No solo deben usarla en invierno y verano las personas con sequedad, ya que también protege contra otras enfermedades de la piel como el cáncer.

4-. Acudir a un profesional

En ocasiones, el consumo de fármacos puede ser la causa de la aparición de sequedad cutánea. Si se aplican los cambios en la rutina y hábitos diarios y no se observa ninguna mejoría, será necesario acudir a un profesional para valorar el problema y, si fuera posible, cambiarlo o modificar la dosis.