La salud mental es una de las preocupaciones que más escuchamos en la actualidad que, además, se ha visto agravada por la pandemia. De hecho, una encuesta realizada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) a 2.772 personas de entre 65 y 79 años durante septiembre y octubre de 2020, determinó que el coronavirus también ha afectado a su estado de salud, sobre todo a su salud psicológica: un 47 % de los encuestados reconoció que la pandemia ha impactado bastante o mucho en su salud mental; en concreto, buena parte de ellos refieren problemas para dormir (49 %), tristeza (46 %), ansiedad (31 %), miedo a morir (20 %) y depresión (19 %).
A la ansiedad y depresión los llaman los problemas del mundo moderno. Sin embargo, Robert Burton, un clérigo y erudito inglés y profesor de la Universidad de Oxford, ya escribió en su célebre obra La anatomía de la melancolía (1621) algunas recomendaciones que pueden ayudar a mejorar la salud mental.
Esta larga obra, publicada en 1621 y considerada como un libro de medicina, es uno de los primeros manuales que estudiaron la condición humana: el autor analizó las causas, síntomas y tratamientos de la melancolía, un concepto que entonces era equiparable a la depresión. El reconocido clérigo afirmó entre sus páginas que utilizó este libro como terapia a la propia depresión que padeció él mismo durante toda su vida.
Concretamente, La anatomía de la melancolía se divide en tres partes: la primera trata sobre las causas de la melancolía; la segunda, es un análisis sobre la cura de la depresión y algunos consejos; y, la tercera, un estudio sobre la melancolía surgida de las relaciones de pareja y el matrimonio.
Ahora, la periodista y autora escocesa Amy Liptrot ha publicado La nueva anatomía de la melancolía, una guía actualizada para el siglo XXI que repasa cinco maneras de luchar contra estos problemas que trató Burton y que continúan siendo útiles en la actualidad.
La depresión se trata de un trastorno del estado de ánimo que se caracteriza por un conjunto de síntomas relacionados con esta bajada de ánimos: pesimismo crónico, malestar general, falta de energía o anhedonia (pérdida de interés). Para quien sufre la sufre, identificarla resulta una tarea muy complicada, la cual suele confundirse con la tristeza.
Burton creía que la melancolía era un trastorno hereditario y se encargó de buscar patrones de enfermedad mental en las familias. Realmente, hoy en día, los expertos aseguran que existe un componente genético en la depresión.
"Cuando uno de los padres tiene una depresión severa me gusta ver que haya un servicio donde el menor y su familia más extensa estén involucrados en el mismo tratamiento y que tengan la oportunidad de recibir cuidado", ha contado la doctora Frances Rice a la BBC. Junto a esto, el erudito señaló que la melancolía presenta picos de emociones que podrían ser indicios de un trastorno bipolar.
En este sentido, detectar estos cambios de ánimo nos puedes ayudar a aprender a gestionar las emociones.
Los beneficios de bañarnos al aire libre, en ríos y lagos frescos, es otra de las recomendaciones de Burton. El autor del libro detalló que sumergirse en agua fría puede alargar la vida.
Aunque requiera valentía, los científicos han demostrado que meternos en agua fría provoca que el cuerpo se tense y, por tanto, el estrés se dirige a él, aliviando así el estrés mental. Eso sí, no permanezcas mucho tiempo en este agua ya que podría desatar una hiportermia.
Si eres de los que no aguantan nada el agua tan fría, el doctor Mike Tipton, director de investigación del Laboratorio de Ambientes Extremos de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido), establece que tu baño debe durar 120 segundos como máximo, según recoge la BBC.
Un baño corto será muy beneficioso para levantarte el ánimo.
El siguiente consejo está relacionado con la naturaleza. Burton consideraba que incluir en nuestra dieta algunas plantas y flores como la borraja y el éleboro son claves para aliviar las preocupaciones mentales y alegrar el alma.
A su vez, con la importancia de la naturaleza no solo se refería a la alimentación. Realizar labores como la labranza, jardinería y el arado también ayuda a combatir estos problemas gracias a la conexión física con las plantas: el efecto que produce tocar la tierra y sentir que los resultados dan sus frutos nos da satisfacción psicológica y nos hace felices.
Contar los problemas a otras personas alivia la carga que sentimos en el pecho. Nos permite desahogarnos y parece que nos quitamos un enorme peso de encima cuando verbalizamos esas preocupaciones. Esto ya lo detectó Burton 400 años atrás y, por eso, es otro de sus principales consejos.
El guardarte las cosas para ti mismo puede ser la antesala a la depresión. Frances Rice sugiere que desempeñemos actividades divertidas, con las que disfrutemos, y así obtendremos beneficios. Burton, además, hacía hincapié en acercarnos a nuestros seres queridos y "usar amigos... cuyas bromas y alegría te puedan contentar".
Aunque en esa época no se concebía el estrés del trabajo como ahora, lo cierto es que Burton relacionó esta recomendación con la importancia de no abandonar nuestra vida social por estudiar demasiado.
El autor reveló que el ejercicio, el sueño y la socialización son vitales para mantener una buena salud mental y, por tanto, tenemos que dedicarle el tiempo suficiente. En cambio, si siempre estamos leyendo o estudiando –o trabajando– nos volveremos sedentarios y nos aislaremos de estas actividades que, realmente, nos cuidan a nivel emocional.
