Una compañía andaluza, el Grupo Cardiva, acaba de lograr una nueva herramienta de protección para los sanitarios que luchan en primera línea contra la covid, un uniforme quirúrgico dual.
Se trata de una bata que además de ser una prenda considerada como el clásico producto sanitario (PS) es al mismo tiempo Equipo de Protección Individual (EPI). "Por un lado está testada como equipo sanitario y por otro como EPI”, ha explicado Francisco Roca, director de fábrica del Grupo Cardiva en el Parque Tecnológico de Málaga, en una entrevista concedida al diario 20 Minutos.
Esta herramienta dual combina por tanto el producto sanitario (PS) cuyo objetivo es proteger al sanitario y al paciente por un lado y añadirle un Equipo de Protección Individual (EPI) que solo protege a quien lo viste.
Tejido no tejido
Con esta nueva bata quirúrgica "el EPI trabaja como un añadido adicional, que refuerza la seguridad del usuario", apunta Roca.
La bata ha sido confeccionada con el "tejido no tejido" o SMMMS. "Se trata de un tejido no tejido de un solo uso, que facilita la esterilidad del producto y la fácil eliminación del mismo". Además se define como una prenda permeable al aire, hidrófuga, y flexible, de alta transpiración, resistencia y comodidad
"No es como una prenda de algodón fabricada por un telar que las entrelaza. No se entretejen los hilos de forma tradicional", puesto que se trata de filamentos de polipropileno y "hay distintas configuraciones tanto de materiales como de forma de enlazar el tejido".
Producto nacional
"El duro bloqueo mundial que trajo el desabastecimiento en el mercado de materia prima sanitaria y el aumento de la demanda a nivel global” que se vivió durante la primera ola de la pandemia fue lo que empujó a la empresa sevillana dedicada a la fabricación, importación y distribución de productos de cobertura quirúrgica a explorar esta vía.
La escasez de material que sufrieron los sanitarios durante los primeros meses de pandemia vino a mostrar que “la principal dificultad del sector -asegura Francisco Roca- fue la alta dependencia de las fuentes extranjeras, principalmente de China. Las multinacionales que estaban comprando en China, rompieron y hubo que trabajar con el stock que teníamos en casa para tener la mejor cobertura posible”.
Desde entonces hasta ahora, Cardiva, se ha convertido en "el único fabricante de material sanitario de ámbito nacional que desarrolla todo el proceso productivo con lo que se minimizan los riesgos ante posibles problemas de suministro y se garantizan los estándares de calidad más exigentes".
La competencia
La consecuencia es que "la facturación en fábrica se haya multiplicado más de un 40% y se suma al aumento de la demanda de materiales de un solo uso para proteger a los sanitarios durante la pandemia", aclara el experto orgulloso de "apostar por el producto nacional".
"El 70% de la producción de esta fábrica se queda en España, pero el 30% que se exporta" apunta Roca para quien es importante "tener una fabricación estratégica a nivel local, más que tener una reserva estratégica que se compre de fuera, que en España podamos fabricar un porcentaje importante de este material, sin depender de otros países".
Solo hay un problema, explica Francisco Roca, que más de la mitad del coste de cada bata recae sobre la mano de obra con lo que "si la competencia trabaja en otros países como Vietnam, Camboya o China, cuyos costes salariales son muy inferiores a los nuestros".
