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Parece un trabalenguas pero no lo es. Un reciente estudio en humanos, publicado en la revista científica 'Antioxidants', ha descubierto que el consumo de uvas protege contra los daños causados por los rayos UV en la piel.
Los sujetos del estudio mostraron una mayor resistencia a las quemaduras solares después de consumir 2,25 tazas de uvas al día durante dos semanas. Además, quienes mostraban resistencia a los rayos UV han sugerido una correlación entre el intestino y la piel.
Se cree que los componentes naturales conocidos como polifenoles presentes en las uvas son los responsables de estos efectos beneficiosos, de manera que este nuevo estudio refuerza las investigaciones anteriores en este ámbito.
En esta investigación con 29 voluntarios humanos, los científicos examinaron el impacto del consumo de polvo de uva entero –equivalente a 2,25 tazas de uva al día– durante 14 días contra el fotodiagnóstico de la luz UV. La respuesta de la piel de los sujetos a la luz ultravioleta se midió antes y después de consumir uvas durante dos semanas, determinando la dosis umbral de radiación ultravioleta que inducía un enrojecimiento visible después de 24 horas: la dosis mínima de eritema, es decir, de este enrojecimiento.
Además, se realizó un análisis metabolómico del microbioma intestinal, que consiste en el estudio de las huellas que dejan los procesos celulares a su paso, tomando como referencia en este caso a la comunidad de microbios presentes en una zona concreta. Adicionalmente, también se realizaron muestras de sangre y orina.
Finalmente, un tercio de los sujetos demostró resistencia a los rayos UV tras el consumo de uva. Estos mismos sujetos mostraron diferencias significativas en el microbioma y el metaboloma en comparación con los que no respondieron.
Fueron los mismos tres metabolitos urinarios los que se redujeron en el grupo resistente a los rayos UV. Un metabolito es la sustancia que el cuerpo elabora o usa cuando descompone los alimentos, los medicamentos o sustancias químicas. Uno de los que se vieron afectados (la D-2-desoxirribosa) es un fuerte indicador de la reducción del daño del sol y sugiere perfiles genéticos únicos de relevancia para la medicina personalizada.
Además, tres de los sujetos resistentes a los rayos UV mostraron una respuesta duradera en la protección, la cual se mantuvo tras volver a no consumir uva durante cuatro semanas más. Este trabajo sugiere que un segmento de la población es capaz de resistir a las quemaduras solares tras el consumo de esta fruta, y que existe una correlación entre el eje intestino-piel y la resistencia a los rayos ultravioleta.
"Que tu alimento sea tu medicina y la medicina sea tu alimento' se remonta a la época de Hipócrates. Ahora, después de 2.500 años, como ejemplifica este estudio en humanos realizado con uvas de dieta, seguimos aprendiendo la realidad de esta afirmación", concluye el autor principal del estudio, John Pezzuto, de la Western New England University de Springfield (Estados Unidos).