65ymás
"Españoles, Franco ha muerto". Estas palabras pronunciadas el 20 de noviembre de 1975 por el presidente el Gobierno, Carlos Arias Navarro, pusieron el punto final de cuatro décadas de dictadura en España. A los 83 años y tras más de un mes de larga agonía, Francisco Franco fallecía en la Ciudad Sanitaria La Paz de Madrid de una parada cardiaca irreversible, causa final de su muerte, después de que hasta ocho enfermedades fueran complicando su estado de salud.
A la mañana siguiente, los ciudadanos acudían a los quioscos en busca de la noticia. Solo los diarios de Madrid imprimieron en conjunto 40 ediciones. Los más prolijos fueron Pueblo y Arriba con ocho y siete ediciones, respectivamente. Ya, con otras siete, ABC e Informaciones, con cinco; y El Alcázar, con cuatro, completan la profusa obra periodística de la capital.
Tres de los principales periódicos dedicaron un amplio espacio a "editorializar" la nueva coyuntura. Y mientras Arriba y Ya daban un evidente respaldo al Rey Juan Carlos y a pensar en "los nuevos tiempos", ABC se concentraba en comentar una noticia "no por esperada, menos dolorosa" que ponía fin a "un capítulo glorioso de la historia de España".
"Franco ha muerto", titularon la mayoría, o "Murió Franco" o "Franco ha muerto..." a tal o cual hora (hay una horquilla de unos 20 minutos entre los distintos medios). En el plano de lo anecdótico, el deportivo Marca adjuntaba al consabido "Franco ha muerto" un artículo de portada titulado "Deportista ejemplar" junto a una imagen del caudillo a lomos de un caballo. También la revista ¡Hola! recogía la notica con loas al dictador.
En la prensa regional también se glosó con grandes palabras a Franco en el día de su muerte. Cada periódico tituló en sus portadas con el ya consabido "Franco ha muerto", pero en páginas interiores, trataba de resaltar la relación del caudillo con su zona geográfica.
El testamento político franquista que leyese Arias Navarro en TVE copaba las páginas de periódicos, incluso fuera de España. The New York Times lo público íntegro junto a un extenso obituario y un artículo titulado "España sin Franco". En él se le describía como "odiado por muchos, amado por pocos, pero respetado por la mayoría de los hombres de Estado, que fue un líder político de extraordinarias cualidades".
El británico The Times fue otro de los que publicaron aquel "¡Viva España!", lo que da cuenta de la extraordinaria atención dedicada al fallecimiento en ambos países anglosajones. En todo el mundo se dedicó atención al caso, hecho que se ejemplifica con lo explicado por otro corresponsal de RNE: "En Colombia el 80% de las informaciones del día" se dedicaron al caso.
Los nuevos tiempos se habían avanzado en Time. Debido a su grave enfermedad, la revista estadounidense habló de "España después de Franco" incluso antes de que este falleciese. La portada que hasta seis veces ocupó el generalísimo, correspondía ahora a Juan Carlos.
Del Valle de los Caídos a Mingorrubio
El 23 de noviembre de 1975, después de que miles de españoles pasaran por la capilla ardiente instalada en la sala de columnas del Palacio de Oriente, el féretro fue trasladado al Valle de los Caídos, donde los restos mortales eran después inhumados en la basílica. Asistieron personalidades como Hussein de Jordania, Rainiero de Mónaco o Augusto Pinochet. La ausencia de representantes de países democráticos ponía en evidencia el aislamiento internacional del país.
Este jueves 24 de octubre de 2019, casi 44 años después de aquelllo, se cierra un ciclo con la exhumación de los restos del dictador del Valle de los Caídos y su llegada al cementerio de Mingorrubio, donde será enterrado. Allí, en el madrileño barrio de El Pardo, compartirá espacio con destacados dirigentes de su régimen, como sus dos últimos presidentes del Gobierno, Luis Carrero Blanco y Carlos Arias Navarro.
El transcurso de la historia de España posterior a la dictadura se manifiesta entre las lápidas, nichos y panteones de ese cementerio, donde también se encuentran las sepulturas de nombres relevantes de la Transición como Guillermo Quintana Lacaci, militar de procedencia franquista, el jurista Francisco Tomás y Valiente o Francisco Fernández Ordónez, ministro en los gobiernos de Adolfo Suárez y en el primero del socialista Felipe González.
Algunos panteones pertenecen a poderosas familias españolas como los Fierro, López Madrid, Alcocer o Cortina. Y también los Franco. En su gran panteón con capilla yace Carmen Polo, la esposa del dictador, en una sepultura frente a la que espera a su marido.