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No se contempla por ahora, pero la medida ya está sobre la mesa si los contagios no bajan en las dos próximas semanas. La vuelta al confinamiento domiciliario ya asoma en el horizonte. La primera comunidad autónoma en advertir sobre esta posibilidad y en solicitar al Ministerio de Sanidad las herramientas necesarias para poder ejecutarlo llegado el caso ha sido Castilla y León.
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, y la consejera de Sanidad, Verónica Casado, han reclamado al Gobierno que ponga en manos de las autonomías herramientas jurídicas que permitan acometer un confinamiento domiciliarios si crece el número de contagios por Covid-19 y se produce un incremento de la presión hospitalaria que puede llevarla a un colapso.
La consejera de Sanidad de esta comunidad ha asegurado que le pidió al ministro de Sanidad, Salvador Illa, de forma "clara y rotunda" la puesta en marcha de este instrumento para poder actuar. Verónica Casado ha explicado que el actual estado de alarma no contempla el "confinamiento domiciliario programado", algo que sería necesario "si la tendencia" siguiera siendo mala. "Pedimos herramientas para que, si fuera el caso, utilizarlo", ha exigido la consejera, quien ha recordado las medidas adoptadas en Alemania con una incidencia media acumulada de 156,2 casos por 100.000 habitantes y Francia con 659,9 casos.
En concreto, tanto Casado como Igea han insistido en que no se trata de una decisión que ya se haya tomado en Castilla y León sino que ha sido una recomendación apuntada por el Comité de Expertos de la Comunidad, por lo que es necesario contar con esta herramienta para atajar el número de contagios si se mantiene la tendencia actual y la presión hospitalaria aumenta.
De este modo, Igea ha apuntado al "confinamiento domiciliario programado" como la última medida ante una situación en la que, la cifra de contagios y la presión hospitalaria provocara que "no hay otra manera de contraer la incidencia".