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El Consejo de la Juventud de España (CJE) ha presentado este jueves la última edición del Observatorio de Emancipación Juvenil, correspondiente al primer semestre de 2020 y el primero que recoge cómo ha afectado la crisis económica generada por la pandemia de la COVID-19 en la situación socioeconómica de los jóvenes en España.
Y según sus resultados, estos primeros meses de 2020 reflejan los peores niveles de emancipación desde el año 2001, pues sólo el 17% de los jóvenes españoles viven emancipadas. De hecho, la caída en la tasa de emancipación ha sido la más profunda desde 1988, aunque no ha afectado por igual a todas las comunidades autónomas.
El Observatorio asegura que las causas que explican el empeoramiento de los datos de emancipación juvenil se encuentran en el empeoramiento de la situación laboral de la juventud española. La pandemia ha afectado especialmente al mercado laboral de las personas jóvenes, caracterizado por la temporalidad y la terciarización, por lo que el cierre de este sector económico ha hecho que se alcancen datos sin precedentes en la serie histórica de la Encuesta de población activa (EPA).
Como refleja el estudio, actualmente solo 3 de cada 10 jóvenes tiene un empleo y al menos un tercio con empleo se encuentra en situación de ERTE. El Observatorio advierte de que los datos de empleo serían aún peores de no ser por la red de seguridad que han supuesto los ERTE, ya que la juventud ha sido el colectivo de edad más beneficiado.
Así, mientras que el 24% de las personas trabajadoras mayores de 30 años se han acogido a un ERTE durante la pandemia, entre las personas jóvenes trabajadoras esta cifra alcanza el 29,6%, indicando la necesidad de seguir manteniendo esta medida para no dejar atrás a la juventud.
La destrucción de empleo generada por el parón económico ha hecho descender el número de jóvenes con un contrato temporal un 26%, provocando una reducción de la temporalidad, que se sitúa en el 49%, niveles que no se alcanzaban desde la crisis de 2008. Sin embargo, no se debe a causas positivas, según el informe, pues la reducción de la tasa de temporalidad es producto de la mayor destrucción de empleo temporal, un tipo de contrato que no se ha visto beneficiado de la puesta en marcha de los ERTE.
Salario medio de menos de 1.000 euros
En cuanto a la tasa de paro juvenil, dobla la del resto de la población: 30% entre 16 y 29 años, mientras que entre 30 y 34 años es del 17,3% y a partir de los 34 años es del 12,2%.
Otra consecuencia del parón económico es que la tasa de inactividad laboral ha alcanzado el 52%, la cifra más alta desde 2002, año en que la EPA empezó a recoger dicho dato, multiplicándose por 6 el número de jóvenes inactivos respecto a 2019. Más de la mitad de las personas jóvenes actualmente no trabajan ni buscan activamente empleo por las dificultades para llevar a cabo dicha búsqueda de empleo y por el desánimo que generan las expectativas negativas de la situación económica.
Como consecuencia de esta precariedad laboral, la juventud española se encuentra cada vez en una posición más difícil para acceder a una vivienda. Así, el salario medio de las personas jóvenes con empleo en España es de 11.682,91 euros anuales (973 euros al mes).
Los bajos salarios de la juventud hacen que una persona joven trabajadora tenga que destinar el 93% de su salario al alquiler si quisiera vivir de manera independiente sin compartir vivienda, superando ampliamente la recomendación de no destinar más del 30% del salario para garantizar la sostenibilidad financiera, lo que obliga a la mayoría de los jóvenes a compartir piso.
La combinación de altos niveles de paro, bajos salarios y elevados precios del alquiler tiene graves consecuencias para las personas jóvenes, pues el 20% de los hogares jóvenes tienen a todos sus miembros en paro actualmente y 1 de cada 5 jóvenes se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social.
Regulación del alquiler e IMV para jóvenes
Ante la situación de emergencia social que padece la juventud española, el Consejo de la Juventud de España propone regular el precio del alquiler en las zonas tensionadas para que la juventud, y el resto de población, pueda acceder a una vivienda digna con el 30% de su salario.
El Consejo considera, asimismo, urgente igualar los criterios de obtención del Ingreso Mínimo Vital (IMV) de la juventud con el resto de la población, pues indica que no es "coherente" limitar el acceso del colectivo por edad con más riesgo de pobreza.
También señalan que es el "momento crucial" para reformular la Garantía Juvenil y acercarla a la juventud para formarla y orientarla.
Y, por último, sugieren que se haga un "buen" seguimiento a la aplicación y evaluación del Plan de Choque por el Empleo Joven para que sea útil para los jóvenes.