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Peatonalizar calles dejando sólo el tráfico a motor necesario, crear espacios compartidos de prioridad peatonal y ampliar el destinado a los peatones para que estos puedan mantener la distancia social, son algunas de las propuestas que la Red de Ciudades que Caminan (asociación que integra a 45 ciudades de España y Portugal) recomienda para "ir recuperando la normalidad y adaptando la movilidad urbana a las nuevas coordenadas de uso del espacio público", en el marco de la crisis del coronavirus.
La Red ha elaborado un decálogo de medidas con la perspectiva de mejorar la habitabilidad en general del espacio público y de "acompañar las previsibles medidas de distanciamiento que será necesario mantener hasta el reestablecimiento completo de la normalidad".
En primer lugar, la asociación insta a las autoridades locales a aprovechar la predisposición de los ciudadanos al cambio de hábitos para introducir "modificaciones sustanciales" en su movilidad con la finalidad de hacerla más amable con la naturaleza, dado que se está viendo que una de las consecuencias del parón productivo está siendo "la recuperación ambiental de los espacios urbanos".
También piden que la movilidad a partir de ahora tenga una base peatonal, en el que la bicicleta se posicione como "aliada fundamental de la caminabilidad", la cual debe ser promocionada y favorecida en esta situación de Estado de Alarma.
Igualmente, reclaman que haya más espacio peatonal. En concreto, propone convertir el mayor número posible de calles en espacios sin tráfico a motor, limitando su uso al estrictamente necesario para el acceso a garajes, abastecimiento comercial, traslado de personas con movilidad reducida y seguridad pública, con la velocidad limitada a 10 km/h; crear espacios compartidos con prioridad peatonal y máxima velocidad 20 km/h, recurriendo para ello al empleo de la señal S-28 (Zonas 20); y en aquellas calles donde no sea posible aplicar las recomendaciones anteriores, aumentar sustancialmente la anchura de las aceras suprimiendo líneas de aparcamiento y/o carriles de circulación.
Del mismo modo, la Red asegura que reducir el límite de velocidad a los 30 km/h en ciudades "favorecería la reducción de la presión sobre el sistema sanitario", dado que "tiene probados beneficios para la salud pública, tales como la reducción del número de accidentes y la disminución del nivel de ruido y contaminación y, por extensión, de las enfermedades derivadas de estos".
En consonancia, considera necesario tomar medidas que reduzcan el riesgo de accidentes en las ciudades. Para ello, recomienda desarrollar planes para calmar el tráfico a motor, como la elevación de pasos de peatones en toda la ciudad, el estrechamiento de calzadas, eliminación de semáforos, etc.
La Red también reclama espacios para la infancia: "En la transición hacia la normalidad, los niños y niñas deberían poder salir a jugar a la calle lo antes posible, en las condiciones de seguridad que se determinen, sin embargo no todos tendrán plazas y parques cercanos a las sus hogares, por lo que se deberían recuperar calles en las que les sea posible jugar de forma segura".
Asimismo, propone, para promover la vida de proximidad, y que los desplazamientos permitidos sean preferentemente en medios sostenibles y activos (a pie y en bicicleta), la realización y promoción de campañas informativas, publicitarias y multimediáticas.
Según señala el documento, que pide "valentía política" para acometer estos cambios, "las medidas provisionales que se adopten deberían servir como ensayos para convertirlas en definitivas, consiguiendo así mejoras sustanciales para el medio ambiente urbano, la movilidad infantil, el uso de la calle como lugar de sociabilidad, el descenso de la violencia vial y la accesibilidad universal, con la que tan en deuda están la mayor parte de nuestras calles".