María Martínez Denia
Sociedad
CRECE, el nuevo modelo de cuidados de larga duración de Cruz Roja
El proyecto busca evitar y retrasar la institucionalización de las personas
Cruz Roja instaura un nuevo proyecto experimental denominado CRECE para transformar su modelo de apoyo y cuidado de larga duración, con el objetivo de prevenir y retrasar la institucionalización y potenciar la autonomía de las personas en situación de dificultad social.
La entidad pretende combatir la soledad no deseada, instaurando este nuevo modelo de intervención y de cuidados de larga duración para que sea transferible a otros organismos y políticas públicas.
Actualmente se está desarrollando en 51 localidades de 15 provincias, y se prevé que finalice en diciembre de 2024 con el objetivo de intervenir a 2.730 personas que se encuentren en diferentes situaciones de vulnerabilidad social, como las personas mayores, mujeres víctimas de violencia de género, jóvenes que han pasado por un proceso de tutela o se encuentran en situación de dificultad social, personas sin hogar y personas con enfermedades mentales.
CRECE sumará, complementará y ampliará las respuestas que desde Cruz Roja siempre han dado a las diferentes necesidades detectadas en las personas que acuden a sus asambleas locales desde una perspectiva comunitaria, ahora en colaboración con entidades y administraciones, y promoviendo nuevas actividades que aborden la soledad no deseada, reduzcan el riesgo de institucionalización de estos grupos sociales.
Este nuevo proyecto permite diseñar y testar respuestas tecnológicas que ayuden a paliar situaciones de soledad no deseada, la mejora en la autonomía, la aplicación de capacidades y el empoderamiento, la defensa de los derechos de las personas a permanecer en el entorno en el que viven el mayor tiempo posible, reforzando la intervención directa que se realiza con cada persona.
CRECE está financiado por los fondos de Next Generation de la Unión Europea a través del del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030. Este mismo entorno europeo lleva años replanteándose el sistema de cuidados existente, buscando alternativas al modelo de institucionalización debido a su carácter asistencial y segregador, por la despersonalización que implica y por su rigidez, entre otros factores.
La institucionalización provocada por la pandemia, generó sentimientos de desarraigo, tristeza y abandono, o de pérdida de control sobre la propia vida, con consecuencias aún más graves en el caso de las personas socialmente aisladas, así como en aquellas que sufren una soledad no deseada.