Cuando una persona fallece, su patrimonio se divide y reparte entre sus herederos, tal y como está dispuesto en el testamento del fallecido, o en caso de que no existiera este documento, habría que regirse por lo establecido en el Código Civil. Este reparto de bienes es lo que se conoce como liquidación de la herencia, y hasta que no se haya realizado la partición de herencia, se entiende que nos encontramos ante una sucesión ilíquida.
La sucesión se considerará iliquidada hasta que se liquide la sucesión y se realice la repartición de dichos bienes entre los herederos, explican desde la página web de Gerencie.
¿Qué es la liquidación de la herencia?
Antes de conocer más a fondo las características de la sucesión liquidada e iliquidada, es necesario hacer una aclaración y entender cuál es la diferencia entre herencia y sucesión.
Por un lado, la herencia es el conjunto de bienes y derechos que una persona deja en herencia a sus herederos. Mientras que la sucesión es el proceso por el cual la herencia se reparte. Hasta que este proceso no se termina, nos encontramos en el escenario de la sucesión ilíquida.
Ahora que ya sabemos esta diferencia, es fácil entender que la liquidación de la herencia o sucesión es el proceso de repartir dichos bienes para que los derechos y propiedades pasen a tener un nuevo dueño o dueños.
La liquidación también se conoce popularmente como partición de la herencia, que es un proceso que se hace ante notario público cuando no existe conflicto entre los herederos. En caso de haber problemas, tendrá que ser un juez el que dedica qué derechos corresponden a cada heredero.
Obligaciones de las sucesiones ilíquidas
Las sucesiones ilíquidas o las herencias que todavía no se han repartido implican una serie de obligaciones que el heredero debe conocer antes de aceptar o rechazar su parte. En concreto, hablamos de los impuestos que hay que pagar, y en algunos casos, de declarar la renta.
Si la herencia incluye acciones o fondos de inversión, es relevante saber que el heredero se quedará con el coste de adquisición de la fecha del fallecimiento del testador. Además, tal y como explican desde Gestión de finanzas, existe una regla fiscal especial que se aplica a este tipo de herencias, que es la plusvalía del muerto, que exime a los herederos de pagar impuestos por las ganancias acumuladas por los fondos de inversiones.
Por otro lado, en el caso de heredar inmuebles, además del impuesto de sucesiones, hay que pagar la plusvalía municipal o impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana. Y en caso de que decida venderlo, habrá que pagar la plusvalía dos veces: como heredero y como vendedor.
Sobre el autor:
Laura Moro
Laura Moro es graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III de Madrid, y está especializada en temas de salud y género. Su trayectoria profesional comenzó en Onda Cero Talavera.