Toni Esteve
Sociedad
¿Cuál es la tasa de pobreza en España y cómo afecta a los mayores de 65 años?
Toni Esteve
Foto: BIGSTOCK
Domingo 14 de junio de 2020
ACTUALIZADO : Lunes 19 de julio de 2021 a las 17:07 H
3 minutos
Aumenta la privación material entre los mayores de 65 años
Según el último informe AROPE (At Risk Of Poverty and/or Exclusion) de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (@EAPNes), 12,3 millones personas en España (26,1% de la población) se encuentran en riesgo de pobreza o exclusión social. El estudio, publicado en octubre de 2019 (con datos hasta 2018) afirma que “en términos absolutos, si de media, a una persona pobre le faltaban 2.148 € para dejar de serlo, en 2018 le faltan 2.529 €”.
La tasa AROPE no es homogénea para todas las personas y tiene importantes diferencias según sexo, edad, nacionalidad, nivel educativo, hábitat, situación ocupacional, tipo de hogar, discapacidad y territorio. Según el sexo, desde el año 2014 el AROPE desciende con más intensidad entre los hombres, lo que ha provocado que la tasa de mujeres sea dos puntos porcentuales más alta que la masculina (27% y 25,1%, respectivamente). Por edades, debe destacarse la elevada tasa AROPE entre los jóvenes de 16 a 29 años (33,8%) y el incremento por cuarto año consecutivo entre las personas mayores de 65 años (17,6%).
También cabe destacar la gran desigualdad territorial de la pobreza en España. Así, el informe muestra una España dividida en dos mitades, en la que las regiones del norte tienen tasas bajas en los indicadores de pobreza y exclusión y homologables con los países más desarrollados de la UE. Las comunidades autónomas del sur, por el contrario, muestran tasas muy elevadas, que pueden llegar a ser hasta 30 puntos porcentuales más elevadas que las del norte.
Lo que no pueden permitirse los pobres
La renta media por unidad de consumo de las personas pobres para 2018 era de 5.806 €, cifra que contrasta con los 19.993 € que obtienen las personas no pobres (casi cuatro veces menos). El informe AROPE analiza la capacidad para permitirse 16 ítems de consumo distintos (participar en actividades de ocio, comprar ropa nueva o zapatos, actividades sociales, retrasos en pagos, comer proteínas, temperatura adecuada del hogar, etc.) y no hay ningún aspecto medido en el que la situación de la población pobre sea al menos parecida a la de las personas que no lo son. Para todos los ítems, y para todos los años, los porcentajes de personas pobres que no pueden permitírselos multiplican entre dos y seis veces los datos medidos entre la población no pobre.
En general, la mayoría de los ítems de consumo considerados en el informe han mantenido datos parecidos a los del año anterior, excepto entre las personas que no pueden mantener la vivienda con una temperatura adecuada en los meses de invierno, cuya tasa interrumpió tres años de bajada continua y se incrementó en 1,1 puntos porcentuales, hasta el 9,1%. Por otra parte, se mantiene el fuerte incremento registrado el año pasado entre las personas que no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado cada dos días. El año pasado la tasa alcanzó el 3,7%, que es el valor más alto de todo el período estudiado, y este último año se ha reducido una exigua décima.