Paula Buedo
Sociedad
¿Cuáles son los requisitos para pedir plaza en una residencia pública de mayores en 2023?
Se trata de un proceso largo que incluye una visita de valoración en tu domicilio
Con el paso de los años, algunas personas mayores comienzan a necesitar apoyo para sus tareas cotidianas o sienten la necesidad de pasar esta nueva etapa en un lugar nuevo y adaptado. Por ello, muchas deciden o se les aconseja trasladarse a vivir en una residencia de mayores para recibir atención y ayuda especializada.
Sin embargo, el coste de este servicio puede ser poco asumible para bolsillos con pocos ingresos. Para garantizar la posibilidad de acceso a todos los ciudadanos, existen plazas públicas, aunque conseguir acceder a una de ellas no es una tarea sencilla.
Los trámites burocráticos son, en general, largos y tediosos. El acceso a una plaza pública en una residencia no es la excepción. Si tienes intención de solicitarla, lo mejor es que te informes bien y conozcas todos los detalles de un proceso que se demorará bastante tiempo.
Pedir una plaza paso a paso
La edad a la que se ingresa en un centro residencial es muy variable. En general, a partir de la década de los 60 suele empezar a rondar la idea, aunque puede demorarse muchos años más, especialmente si la persona mantiene su autonomía y salud física y mental en buen estado, algo muy habitual en la actualidad gracias a las técnicas y rutinas que favorecen el envejecimiento activo.
Sin embargo, si se desea optar por vivir en una residencia y se busca una plaza pública, conviene iniciar el proceso con tiempo, pues son muchos los pasos que hay que seguir hasta que se completa el trámite. Además, al tratarse de una competencia autonómica, pueden existir ligeras variaciones en la solicitud según la región.
1. Pedir cita a un trabajador social
El primer paso consiste en conseguir una cita en el centro de servicios sociales más cercano. A través de una llamada telefónica, se te asignará un trabajador que se encargará de dar comienzo al trámite. Si no puedes desplazarte hasta el centro para una cita presencial, podrás designar a un familiar para que acuda en tu nombre.
2. Valorar el grado de dependencia
El acceso a las prestaciones públicas depende de una valoración del grado de dependencia del interesado. Entre las diferentes ayudas o recursos que se ofrecen están el servicio a domicilio, centros de estancias diurnas, prestaciones económicas para cuidadores no profesionales y las plazas públicas de residencia.
Entre los documentos que se solicitarán por parte del trabajador social para este trámite están:
- Una fotocopia del DNI
- Una fotocopia de la cartilla sanitaria
- El certificado de empadronamiento
- Una solicitud firmada de valoración de la dependencia que se rellenará en el momento
3. Concertar una valoración en el domicilio
Después de realizar la solicitud, recibirás una llamada de la Delegación de Bienestar Social para concertar una cita en tu casa. Con unos días de antelación, te notificarán el día y la hora aproximada. Es imprescindible, además, que esté presente algún familiar que conozca la situación de la persona valorada, como un hijo, durante la visita.
En esta visita, el trabajador social te realizará una encuesta sobre tus capacidades físicas y cognitivas. Entre las posibles preguntas están, por ejemplo, si puedes tomar tu medicación sin ayuda, si vas al baño y comes con autonomía, etc. Es importante contestar con sinceridad para ajustar y detectar las necesidades concretas de cada persona.
4. Carta de reconocimiento
A continuación, recibirás una carta. En ella, se reconocerá un grado de dependencia. Existen varios tipos y niveles recogidos en la Ley de Dependencia:
- Primer grado o dependencia moderada: se necesita ayuda para algunas actividades básicas de la vida cotidiana, como comer, beber, vestirse o ir al baño. También se incluye en este nivel a quien necesita ayuda intermitente para mantener su autonomía.
- Segundo Grado o dependencia severa: incluye a personas que necesitan ayuda para realizar varias actividades rutinarias básicas dos o tres veces al día, pero no requieren el apoyo permanente de un cuidador, o necesitan mucha ayuda para poder mantener la autonomía personal.
- Tercer grado o gran dependencia: en este nivel se incluyen a las personas con mayor dependencia, pues necesitan ayuda para llevar a cabo varias actividades básicas del día a día y tienen muy poca o ninguna autonomía. Por tanto, es un grupo que necesita de forma indispensable apoyo de otra persona.
5. Explicación de la carta
Tras recibir el grado de dependencia, tendrás que solicitar una nueva cita para que el trabajador social explique la respuesta y a qué recursos y prestaciones puedes acceder según la ley. Aunque el trabajador puede aconsejar y asesorar sobre cuál es la mejor opción, la última palabra la tiene el solicitante.
6. Solicitar la plaza en una residencia pública
Si, según el grado asignado, te corresponde una plaza pública en un centro residencial, ahora es el momento de solicitarlo. Este servicio se reserva para aquellas personas con un segundo grado de dependencia como mínimo y la solicitud se realiza con apoyo del trabajador social.
Esta plaza puede concederse en la misma localidad en la que se reside o en otra, aunque siempre con un máximo de 50 kilómetros de distancia. Además, existe una lista de espera que puede hacer que la asignación tarde algunos meses, aunque en los casos más severos el tiempo de espera se reduce.
Además, si la situación es urgente, puede optarse por un centro privado y, una vez se ocupe esta plaza, solicitar una ayuda para el pago mensual de la residencia privada. Para este trámite, se solicitarán los datos de una cuenta bancaria y un escrito donde se declare que no se poseen bienes inmuebles adicionales a la vivienda.