Verónica Mollejo
Sociedad
¿Cuándo se convirtió Madrid en la capital de España?
El rey Felipe II fue quien tomó la decisión de trasladar la corte a Madrid en el año 1561
A día de hoy, nadie puede negar la influencia que tiene Madrid como capital de España. Sin embargo, no siempre disfrutó de esta posición tan distinguida. Fue en 1561 cuando el rey Felipe II decidió establecer la corte en la ciudad y otorgarle dicha condición. Una mudanza que el monarca justificó con su posición central en el Reino de Castilla, la ausencia de poderes nobiliario y eclesiástico, la abundancia de agua y un clima benigno, así como la presencia estratégica del Real Alcázar, la Casa de Campo y el solar donde Felipe II ya había ordenado la construcción del Monasterio de El Escorial.
Desde entonces, Madrid ha defendido con uñas y dientes este título, el cual cedió durante un lapso de cuarenta años a Valladolid, por orden del Duque de Lerma. No obstante, ¿qué otras ciudades han atesorado la capitalidad del país a lo largo de la historia? Toledo, Zaragoza o Valencia han sido solo algunas de ellas.
Barcelona, a punto de ser la capital
Ahora sería muy poco probable, pero la primera capital de España fue la pequeña villa de Cangas de Onís pues allí se inició la Reconquista en el año 722. Don Pelayo, considerado el primer monarca del reino de Asturias, decidió establecerse allí tras ganar la batalla de Covadonga, una situación que duró apenas un lustro.
Después llegó el turno del emirato de Córdoba, que adoptó esta misma ciudad como capital entre el 756 y el 929 d.C. Fiel reflejo del esplendor cultural, político y comercial que Al-Ándalus obtuvo durante aquella época, que finalizó oficialmente en el año 1031. En ese mismo momento, el Reino de León también gozaba de cierta influencia en un territorio dividido y enfrentado. Tal fue su peso en la política y la gestión del mismo que en 1230 acabó integrado en la Corona de Castilla bajo las órdenes del rey Fernando III de Castilla, León y Galicia.
A partir de entonces, y aunque no existe una confirmación oficial, se cree que Zaragoza adoptó el papel de capital de la Corona de Aragón. En cuanto a la Corona de Castilla, Burgos y Toledo se disputaron durante años la cabeza del reino. Sin embargo, fue Valladolid la que finalmente fue considerada capital judicial del mismo.
Con la llegada de Carlos I al poder, Toledo y Granada pasaron a estar en la primera línea como ciudad imperial y hogar de la Real Chancillería y la Capitanía General del Ejército. Una inestabilidad que por fin finalizó con Felipe II y su decisión de establecer definitivamente las cortes en Madrid. Aunque se barajaron otras opciones como, por ejemplo, Lisboa, Sevilla y Barcelona, la cual fue descartada por el poder limitado del monarca en Aragón.