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Una lata y un conductor algo despistado. Esos dos componentes son suficientes para robar un coche en menos de un minuto. Así lo demuestra un vídeo antiguo que ha vuelto a circular estos días en las redes sociales, en el que se puede ver como una pareja de ladrones consigue sustraer un vehículo en muy poco tiempo.
En el vídeo, el conductor aparca su vehículo. Tras alejarse, uno de los cacos ata una lata al parachoques. Cuando el conductor, un rato después, recoge el coche para volver a iniciar la marcha, cree que algo no va bien, al percibir el ruido del metal arrastrado contra el suelo.
Es entonces cuando, al bajarse del vehículo con las llaves aún en el contacto, aparece un segundo ladrón, que consuma el hurto. Para mayor inri, el despistado conductor recurre a la ayuda del primer ladrón, que le entretiene durante varios minutos hasta que, finalmente, sale huyendo.
En España este mismo truco ha sido denunciado en varias ocasiones. Hace unos años, por ejemplo, los agentes de la Udyco lograron desarticular una banda que almacenaba ocho vehículos robados mediante éste método en un garaje de Getafe.