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Investigadores de la Universidad de Colorado Boulder y del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) han determinado en un estudio que las personas que empiezan a cultivar un huerto comen más fibra y hacen más actividad física, dos formas de reducir el riesgo de cáncer y enfermedades crónicas.
La revista Lancet Planetary Health ha publicado los resultados de este ensayo aleatorizado y controlado de jardinería comunitaria en el que también han hallado que los niveles de estrés y ansiedad "disminuyen significativamente", ha informado el centro de la Fundación la Caixa en un comunicado.
Más fibra y actividad física
Han participado 291 adultos de Colorado que no practicaban la jardinería, con una media de edad de 41 años: la mitad se asignó al grupo de jardinería comunitaria y la otra mitad constituyó un grupo de control que debía esperar un año para empezar a cultivar un huerto.
Los participantes en el grupo de jardinería consumían, de media, 1,4 gramos más de fibra al día que los del grupo de control, lo que supone un aumento del 7% y, además, sus niveles de actividad física también se incrementaron en unos 42 minutos a la semana.
Los niveles de estrés y ansiedad de los participantes también disminuyeron, sobre todo entre aquellos que estaban más estresados y ansiosos, que fueron los que experimentaron una "mayor reducción" de sus problemas de salud mental.