Carlos Losada
Cultura
Las mejores y más geniales citas de un genio del humor como Groucho Marx
Carlos Losada
Foto: Wikimedia Commons
Jueves 10 de octubre de 2019
ACTUALIZADO : Miércoles 16 de septiembre de 2020 a las 9:24 H
5 minutos
"¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?"
ACTUALIZADO
Si existiera algo así como un Olimpo del humor es muy probable que Groucho Marx formara parte del mismo e incluso lo presidiera aunque, como él mismo dijo “jamás aceptaría pertenecer a un club que admitiera como miembro a alguien como yo”.
Su nombre real era Julius Henry Marx. Nació en Nueva York el 2 de octubre de 1890 siendo muy joven, según sus propias palabras –”debo confesar que nací a una edad muy temprana”– y murió en Los Ángeles el 19 de agosto de 1977, hace ahora 42 años, a pesar de que pensaba “vivir para siempre, o morir intentándolo”.
Genio del humor
Actor, humorista y cómico, Groucho formó parte (y lideró) a los famosos Hermanos Marx, dejando para la posteridad películas tan desternillantes como Sopa de ganso, Una noche en la ópera, Un día en las carreras o Los hermanos Marx en el Oeste.
Además cultivó la faceta de escritor, donde dejaría grandes muestras de su particular humor. Y es que Groucho amaba los libros, algo que dejó claro con su particular estilo: “Fuera del perro, el libro es el mejor amigo del hombre. Dentro del perro, quizá esté muy oscuro para leer” o “Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro”.
Marx estuvo casado tres veces y tuvo tres hijos. Y precisamente sobre el matrimonio dejó alguna de sus perlas:
- “El matrimonio es la principal causa del divorcio”
- "Quiten a las esposas del matrimonio y no habrá ningún divorcio"
- "Conozco a centenares de maridos que volverían felices al hogar si no hubiera una esposa esperándolos"
- "Siempre me casó un juez: debí haber exigido un jurado"
Humor inteligente
Groucho hacía gala de ver la vida con cierto cinismo, sin llegar a confiar demasiado en la inteligencia humana. De su boca salió aquello de “es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente” o lo de “bebo para hacer interesantes a las demás personas”.
Sumamente inteligente, se mostraba muy escéptico con respecto a políticos, militares y la sociedad en general. Para Groucho “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”; mientras que “el secreto de la vida es la honestidad y el trato justo. Si puedes fingir eso, lo tienes hecho”.
También en las películas
Parte de ese derroche humorístico lo ofrecía en las películas que protagonizó y por las que fue conocido en todo el mundo. Tal y como hemos señalado con anterioridad, algunas de ellas son auténticas obras de arte del cine, sobre todo en lo tocante a la comedia.
'Sopa de ganso' (1933)
Que Benito Mussolini prohibiera esta película en Italia durante su mandato dice mucho de la capacidad burlona de los Hermanos Marx, que por supuesto mostraron su felicidad por haber provocado que el Duce se sintiera ridiculizado. Y es que en este film de 68 minutos, cuyo título es una expresión coloquial que se refiere a "algo sencillo de hacer", Groucho interpreta a Rufus T. Firefly, un tipo que termina siendo presidente de Libertonia, país en conflicto con Sylvania. Con numerosas escenas hilarantes y un exquisito humor absurdo, los hermanos Marx nos regalaron una de esas películas que han pasado a la historia del Séptimo Arte.
'Una noche en la ópera' (1935)
Otro de esos títulos en el que los hermanos Marx dieron lo máximo. Esta divertidísima película cuenta con escenas tan clásicas como la del camarote (de la que proviene el típico dicho de “Esto parece el camarote de los hermanos Marx” cuando nos referimos a un lugar donde hay demasiada gente) o la de “la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte…”.
'Un día en las carreras' (1937)
Acompañados por Mauren O’Sullivan, en esta película los Marx ayudan a que un hospital se mantenga abierto pese a su mala salud financiera. Para ello tratarán de que no salga una millonaria algo hipocondríaca de cuyo dinero depende todo. Inolvidables frases como “No hable usted tan alto que se le entiende todo” o “Y a quién va usted a creer, ¿a mi o a esos tramposos rayos X?”.
'Los Hermanos Marx en el Oeste' (1940)
Una de las más famosas películas de los Marx los lleva al salvaje oeste, donde volvieron a demostrar que se lo tomaban todo a guasa. Allí se hacen con una mina que no vale nada pero tienen la suerte de que una compañía de trenes quieren hacerse con él. No hay más que decir “¡Es la guerra! ¡Traed madera! ¡Más madera!” para recordar al gran Groucho desatado en el tren.
En definitiva, hablamos del hombre que se disculparía por llamarnos “caballeros” por el simple hecho de “no conocernos muy bien” pasó a la posteridad como uno de los mayores genios del humor. Eso sí, si alguna vez vais a su tumba en California (Estados Unidos) no esperéis leer aquello de “Perdonen, señores, que no me levante”. Es un falso mito.